Brasil sale de gira en busca de inversiones
Los gestores defondos critican loscambios en lasreglas de juego
En una sala de conferencias repleta de asistentes en un hotel del centro de Manhattan, el ministro de Hacienda de Brasil, Guido Matega, pasó 45 minutos tratando de convencer a unos 250 gestores de fondos y ejecutivos de que inviertan en el primer tren de alta velocidad del país, la ampliación del aeropuerto de Rio de Janeiro y decenas de otros proyectos.
Mantenga sostuvo que el programa de concesiones de infraestructura de US$235.000 millones es vital para que la economía deje atrás dos años de letargo y alta inflación. Pero el reloj avanza: Brasil espera que cientos de miles de visitantes acudan a presenciar la Copa Mundial de Fútbol de 2014 y los Juegos Olímpicos de 2016.
El ministro y otros altos funcionarios se han embarcado en una gira mundial para captar inversión extranjera y sus próximas escalas son en Londres y Tokio. Es una posición a la que Brasil, que en los últimos años ha sido uno de los destinos predilectos de la inversión extranjera, no está acostumbrado.
Pero ahora los inversionistas han empezado a tener dudas sobre la mayor economía de América Latina. El crecimiento probablemente se desaceleró a 1% en 2012, frente a 7,5% en 2010, mientras que la inflación ascendió a una tasa anualizada de 6,2% este mes. La respuesta del gobierno, una combinación de impuestos a la inversión, recortes en las tasas de interés e intervenciones en el mercado de divisas, ha servido más para ahuyentar capital que para atraerlo, opinan algunos inversionistas. El banco de inversión británico Barclays estima que los intentos del gobierno para controlar los flujos de capital en 2012 frenaron la inversión lo suficiente para costarle al país más de 2 puntos porcentuales del Producto Interno Bruto (PIB).
"Lo que se necesita es un conjunto de reglas claras y dejar que el mercado funcione", dijo Will Landers, quien gestiona un fondo de renta variable en América Latina por US$6.500 millones para BlackRock, Inc. Agregó que el gobierno solo necesita enviar un mensaje: "Hagamos esto y veamos crecer la economía".
Landers señaló a México, la segunda economía más grande de la región, como un ejemplo de un país en desarrollo que "ha podido cumplir" con reformas que estimulan la inversión, algo que no se ha logrado en Brasil. La economía mexicana se expandió 3,9% el año pasado y la bolsa acumula un alza de 17% en dólares en los últimos 12 meses, un lapso en el que las acciones brasileñas han caído 21%, según el índice MSCI.
Los inversionistas han criticado la política cambiaria de Brasil, a la que acusan de alternar entre el debilitamiento del real para promover el crecimiento y su fortalecimiento para controlar la inflación. Los impuestos sobre ciertos tipos de inversión extranjera también provocan molestia.
En una entrevista con The Wall Street Journal, Mantega aseguró que el gobierno ha sido consistente y transparente en el manejo de la economía y el tipo de cambio. Añadió que los controles de capital y la intervención en el mercado de divisas eran necesarios para frenar "un exceso" de especulación y que la cotización del real se ha estabilizado. "Queremos que el mercado cambiario funcione de forma más libre", aseveró. "Hubo un momento en el que tuvimos que intervenir porque era necesario para impedir la destrucción de la industria nacional. Pero ahora… podemos hacer menos intervenciones".
Brasil salió casi ileso de la crisis financiera de 2008 y los problemas actuales palidecen con los que afrontó en los años 80 y 90, cuando la economía pasó de crisis en crisis. Brasil atrajo US$65.000 millones en inversión extranjera directa el año pasado, lo que convirtió en uno de los destinos más atractivos para el capital foráneo.
"El gobierno está tratando de administrar la economía en un entorno muy difícil, es de esperar que se produzcan tropiezos; pero la historia de largo plazo es positiva", dijo Robert Abad, gestor del fondo Western Asset Emerging Markets Debt, de Western Asset Management Company, que gestiona unos US$462.000 millones.
Abordar los cuellos de botella de infraestructura es considerada una tarea vital tanto por el gobierno como por el mercado para impulsar el crecimiento y combatir la inflación. Pero aunque Brasil sigue captando inversión foránea, enfrenta la competencia de países como México. "Nadie tiene la obligación de invertir en Brasil", dijo Eduardo Farhat, director ejecutivo de Darby Private Equity en Brasil.
—Paulo Winterstein contribuyó a este artículo.
The Wall Street Journal