Brasil: las consecuencias del resultado de las urnas para el mundo y para la Argentina en particular
El domingo pasado, en el ballotage de las elecciones presidenciales en Brasil, fue electo el candidato de centro izquierda del Partido de los Trabajadores (PT) Lula da Silva. En las urnas, se impuso al actual mandatario Jair Bolsonaro, por una mínima diferencia: el resultado fue 50,9% a 49,1%. Lo sucedido tendrá claras consecuencias geopolíticas y económicas no solo a nivel global, sino también, en particular, para nuestro país.
En efecto, desde el punto de vista político, el regreso de Lula implica un giro hacia la izquierda, luego del período presidencial de “derecha dura” encarnada por Bolsonaro. Este desplazamiento continúa la tendencia de los últimos años en América Latina de elecciones ganadas, en su gran mayoría, por partidos de izquierda. Sin embargo, este fenómeno no es exclusivamente una cuestión de ideología, sino que también existe otro factor que ha llevado a esta situación.
En efecto, en las elecciones latinoamericanas de los últimos cuatro años, casi todas ellas fueron ganadas por la oposición. Dicho de otro modo, más allá de la ideología, hay un factor común en los últimos años; esto es: un “voto castigo” al oficialismo, en general por mala gestión sanitaria durante el Covid, por graves sospechas de corrupción, y por el aumento de la pobreza y de las desigualdades sociales y económicas. Sin duda, este fenómeno ha sido uno de los factores determinantes de la derrota del actual presidente.
Más allá de lo anterior, lo cierto es que Brasil ha quedado dividido en dos partes prácticamente iguales, pero con posiciones políticas claramente opuestas: centro izquierda versus derecha más bien alejada de posiciones moderadas. Dado ese peligroso escenario, ¿podrá Lula llevar a cabo la totalidad de las reformas progresistas prometidas en su campaña, todas ellas con una fuerte intervención estatal? Entre otras, habló de la regulación de determinados mercados, de aumento del gasto social, de una reforma laboral y de la eliminación de la cláusula de limitación del gasto público en términos reales. Afortunadamente, las elecciones dieron lugar a que haya en ambas cámaras del Congreso mayorías de derecha, que actuarán de contrapeso y negociarán los planes teñidos de populismo.
“Las elecciones dieron lugar a que haya en ambas cámaras del Congreso mayorías de derecha, que actuarán de contrapeso y negociarán los planes teñidos de populismo”
Ahora bien, ¿qué impacto podría tener en nuestro país este complicado escenario de brutal polarización y gobierno de izquierda? Desde el punto de vista político, todo indica que impulsará un optimismo en las filas del actual gobierno (especialmente en el kirchnerismo duro), esperanzado por un eventual efecto espejo para las próximas elecciones y desestimando el efecto “voto castigo” para las próximas elecciones. La reciente e inusual visita del presidente Alberto Fernández así parece indicarlo
Respecto del área económica, al ser Brasil nuestro principal socio en materia de comercio exterior, los impactos podrían ser importantes. La afinidad política de ambos gobiernos y la relación personal entre los presidentes pueden dar lugar a acuerdos positivos. En lo que hace al comercio exterior, Brasil es el principal destino de nuestras exportaciones, con un total, en los primeros nueve meses del corriente año, de US$9350 millones (13,9% del total). Para el mismo período, las importaciones alcanzaron los US$13.350 millones (19,4% del total). Este déficit comercial debería ser uno de los puntos claves a negociar, en busca del equilibrio.
“En el área económica, al ser Brasil nuestro principal socio en materia de comercio exterior, los impactos podrían ser importantes”
Otros temas a considerar serían: revitalizar el Mercosur, limar las diferencias con Uruguay en relación a poder establecer acuerdos individuales de libre comercio, agilizar el tratado de libre comercio con la UE y establecer convenios eficientes en materia de energía, tecnologías e inteligencia artificial. Son muchos los puntos, en materia de complementación, que podrían implementarse.
En síntesis. La equiparación de fuerzas de izquierda y derecha, surgidas de las elecciones en Brasil, ha dado lugar a una profunda polarización en ese país. De no mediar los contrapesos mencionados, el escenario podría dar lugar a un peligroso populismo. Y no deben descartarse eventuales escenarios de violencia. Respecto de los impactos en nuestro país, políticamente la victoria de Lula generará –respecto de las próximas elecciones– optimismo en el actual gobierno, aun considerando la posibilidad cierta de un “voto castigo”. Desde el punto de vista de la economía, una mejora en las relaciones bilaterales abre varias posibilidades positivas. Sin embargo, a este respecto, todo dependerá de una buena gestión diplomática, que vaya más allá de una buena relación personal. Lamentablemente, a la fecha no ha sido ésta la característica de la Cancillería en el actual gobierno.
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