Børge Brende, presidente de Foro Económico Mundial: “Las preguntas son si las reformas van a continuar y si hay paciencia para atravesarlas”
El exministro de Relaciones Exteriores de Noruega, titular del foro de Davos, habló sobre los pedidos empresarios y las potenciales inversiones en el país; el impacto del contexto económico internacional
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“Las preguntas son si las reformas van a continuar y si hay paciencia para atravesarlas”, dijo Børge Brende, presidente de Foro Económico Mundial: “Las preguntas son si las reformas van a continuar y si hay paciencia para atravesarlas”, repitió el presidente del Foro Económico Mundial (WEF). El noruego estuvo en Buenos Aires para participar de un encuentro organizado por el Foro en el ex-Correo Central, que contó con la participación del presidente Javier Milei, algunos ministros de su Gabinete y una comitiva de 50 empresarios de 16 países.
Fue el primer evento del WEF en el país en siete años, luego del organizado en 2017, durante la presidencia de Mauricio Macri. Además de reuniones sectoriales, ahí se confirmó que Milei volverá a Davos en enero de 2025, luego de su visita este año, que incluyó un duro discurso contra líderes y gobiernos “colectivistas” que conducen a Occidente al “socialismo”.
-¿Cuál fue su impresión sobre la situación en el país?
Definitivamente, hay mucho interés en Argentina hoy, que no estaba antes del lado de las empresas. Este es uno de los países que menos inversión extranjera directa recibió en los últimos 15 años, entre las economías más grandes, y creo que esto va a cambiar. Hay mucho interés por invertir en la Argentina, porque aún es una economía del G20, que tiene un montón de recursos naturales. Y las compañías quieren invertir en cobre, litio, el sector de la energía y alimentos. Así que esperamos que el crecimiento vuelva a esta economía.
-¿Qué piden o buscan las empresas?
-Las preguntas son si las reformas van a continuar, si el Gobierno puede asegurar que habrá previsibilidad cuando se hagan las inversiones. Porque si mirás al país desde afuera, la inflación está bajando y el crecimiento muy posiblemente regrese a la economía argentina. Pero también hay una situación bastante dura para mucha gente en el país, entonces la pregunta es si hay paciencia para atravesar estas reformas, y si van a continuar.
-El presidente Milei tuvo un discurso bastante particular en Davos. ¿Cómo tomaron esa participación?
-Como saben, el Foro Económico Mundial es una organización internacional neutra e imparcial, y no nos involucramos en la discusión política per se. Lo que observamos también acá en Buenos Aires, cuando en apenas seis semanas logramos que 50 empresarios vengan a la ciudad, es mucho interés en la Argentina, y en entender sus reformas. La gente de negocios es muy práctica. Mira si la inflación baja, si hay crecimiento, si hay menos cintas rojas y regulaciones que hacen más difícil invertir. Y en esas áreas, los empresarios ven que hay cambios ocurriendo en Argentina. No escuchan otras cosas que son más, quizás, de naturaleza más política.
-La última vez que el Foro hizo un encuentro en la Argentina fue en 2017. ¿Cómo cambió el clima económico hoy con respecto a ese momento?’
-La última vez que estuvimos en Argentina, la situación económica no era tan complicada como es hoy. Los últimos años han sido muy difícil, con una inflación arriba del 220%, un déficit grande. Y por eso creo que el presidente Milei fue electo. Él llegó en una boleta que planteaba que quería introducir reformas. Y estamos viendo eso. Claro que también está creando desafíos sociales en la Argentina. Por supuesto hay trade-offs. Pero lo importante es que vuelva el crecimiento, porque eso también hará que haya más oportunidades para asignar recursos a la educación, la ciencia y la infraestructura en los próximos años. Pero una situación de contracción de la economía es una situación muy difícil.
-Habló de un ‘nuevo orden global’. ¿Cuáles son esos riesgos?
-La economía global volvió a crecer después del impacto de Covid, y se espera algo más del 3% para el año que viene. Eso es bueno. El comercio internacional no está creciendo tan rápido como antes. Y eso es un desafío, porque antes el comercio era el motor detrás del crecimiento. Y lo que nos preocupa es que la situación geopolítica es muy difícil. Tenemos la guerra en Ucrania, un conflicto potencial que podría crecer a una guerra entre Irán e Israel, y si eso crece, también puede tener un impacto negativo en el crecimiento. Hasta acá, la economía mundial ha sido muy resiliente, pero siempre uno se puede hacer la pregunta de cuánta recesión geopolítica puede resistir hasta que eso tiene un impacto negativo en la economía mundial. Y eso sería algo muy desafortunado, porque muchos países hoy tienen su mayor nivel de endeudamiento desde la Segunda Guerra Mundial. Y si se necesitaran más estímulos fiscales en el futuro, no hay músculo fiscal. Y es una situación muy frágil. Debemos asegurarnos de que el factor geopolítico no se descontrola, para mantener el crecimiento y que se incremente. Pero eso tiene que venir con reformas, y evitar una situación de conflicto, porque eso termina en guerras comerciales y mayor proteccionismo. Y eso lleva a menos crecimiento.
-¿Le preocupa esa situación de mayor proteccionismo?
-Creo que es una posibilidad, lamentablemente. Deberíamos pensar en una situación de win-win para el mundo. Por ejemplo, lo que es bueno para Argentina, es bueno para Brasil, y viceversa. Pero eso no es el pensamiento global necesariamente hoy. Entonces, hacia adelante, vamos a ver diferentes formas de globalización. Es una re-globalización, en lo que refiere al comercio. Habrá mucho más foco también en temas como la seguridad nacional, robustecer las cadenas de suministros. Podemos vivir con eso, mientras no lleve a una situación que genere importaciones mucho más caras. Eso llevará a más inflación, mientras no lleve al mundo a un escenario de guerras comerciales. Habrá que hacer ajustes y vivir con eso, pero esperamos sinceramente que continúe la cooperación global y el comercio. Un desacople global tendrá un costo muy alto. Si eso ocurriera, si se frenara una parte importante del comercio mundial, eso podría generar un decrecimiento del producto global, y es algo muy similar a una depresión. Es algo serio. No creo que vaya a ocurrir, y trabajaremos contra eso si ocurre, pero es importante tener en claro el costo que eso tendría.
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