Blanco, celeste “crema del cielo” y con un sol en la panza, llegó el avión de Alberto a festejar el 25 de mayo
A las 7.39 despegó desde el aeropuerto de Miami el nuevo ARG-01 por el que la Argentina pagó alrededor de US$25 millones; la aeronave presidencial aterrizó pasadas las 17.20
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Finalmente llegó el día que soñó el presidente Alberto Fernández. Casi como una escarapela aérea, hoy, 25 de mayo, arribó al país el avión que compró la Argentina a cambio de US$25 millones para que se muevan sus presidentes. Polémico desde que se anunció la decisión, el integrante del parte aéreo es un Boeing 757-256, un modelo fabricado en 2000, que aterrizó en las pistas criollas esta tarde.
De esta manera, finalmente, se terminará el reinado del Tango-01, aquel ícono en los años noventa. Toda una paradoja, se lo reemplaza por uno igual, de la misma familia de aviones, y tan lujoso como aquel.
Como se dijo, la aeronave llegó al país alrededor de las 17.20. Hizo su aparición cuidadosamente pintada de “Bicentenario”, con franjas celestes “crema del cielo”, tal el gusto de helado que fue furor en los noventa, y con aquel icónico sol del bicentenario, similar al de las lejanas monedas de un peso, estampado en la panza. Toda una particularidad de un avión presidencial que, generalmente y por cuestiones de seguridad, suelen tener fuselajes sobrios. No será el caso del ARG-01, al que se podrá individualizar desde tierra cada vez que vuele.
Según el Gobierno, la aeronave estaba configurada como un avión comercial y en 2009 cambió su interior por equipamiento VIP. Entonces, le colocaron cómodos asientos, una cama y baños de lujo. Tuvo una nueva remodelación en 2012. El jet era propiedad de un matrimonio de millonarios israelíes. Pero la relación entre ambos terminó y el ahora ARG-01 quedó en manos de la mujer. Ella, finalmente, es la que encontró comprador en el gobierno argentino.
Desde que se conoció la licitación, fue unánime la idea entre los conocedores del mundo aerocomercial y los operadores de este tipo de compras de que el avión sería el que finalmente se adquirió. Tal era la certeza en el mercado sobre el favoritismo de ese Boeing, que este cronista publicó una foto ni bien se abrió el concurso. Finalmente, fue el elegido por la Casa Rosada. Los rumores se basaban en los renglones de letra chica que tenía la licitación. No había avión en venta en el planeta que tuviera las condiciones requeridas salvo este. Y claro, ganó el favorito.
Hay otra novedad. Fernández, además de decidir pagar por el avión alrededor de 21,7 millones de dólares más el valor de mercado del Tango-01 que se queda el vendedor, tomó otra decisión. La nueva perla celeste no tendrá la matrícula Tango, como todos los aviones que conformaban la flota presidencial.
La identificación de la aeronave como ARG-01 en reemplazo de Tango está fundamentada en la profunda desconfianza que históricamente se dio entre cualquiera de las cuatro versiones de kirchnerismo y las Fuerzas Armadas. Sucede que este cambio esconde la decisión de abandonar cualquier relación entre la aeronave y la Fuerza Aérea. En la Argentina, la denominación “T”, Tango, es una matrícula militar para identificar a los aviones de transporte. En este caso, para colocarlos al servicio del traslado del Presidente, pero también de otros funcionarios. En la fuerza, además, se utiliza la “A” para las aeronaves de ataque y la “E” para los que son escuela.
Los ahora ARG, donde también se ha incluido a los helicópteros y a los demás aviones que conforman la flota presidencial, tendrán toda la tripulación, la mantención y la operación en manos de un colaborador de la Casa Rosada.
La polémica por el avión
Respecto del avión, no hay coincidencia en la conveniencia o no de la elección. “Es un avión que en unos años, con 30 o 35 de antigüedad, y con esa configuración, va a tener cero valor en el mercado. Es invendible y habrá una situación muy parecida a la que se dio con el Tango-01 que compró Carlos Menen”, dijo una fuente.
Varios coinciden en que la tecnología y el gasto por hora de vuelo es altísimo. “Un Boeing 737, que era el más recomendado, gasta alrededor de US$8000 por hora, en vez de US$14.000 que es el costo aproximado de este. Pero claro, en el mercado cuesta US$50 millones, y no 21 más el Tango como fue el precio del que finalmente se adquirió”, dijo otra fuente. “Eso es verdad -agregó otra fuente-. Pero tiene valor de reventa en unos años, por lo tanto, el costo de amortización es distinto”.
En tanto, un especialista en aviación dijo que “hubiese sido preferible comprar alguna aeronave similar a las que tiene Aerolíneas Argentinas y las Fuerzas Armadas, como el Boeing 737 que hasta tiene simulador en el país”. Pero la debilidad de los compradores de la Argentina por hacerse de este avión y no de otro quedó clara desde el inicio mismo de la operación.
Tal es la similitud del avión que se compró con el viejo Tango-01, que aquel ícono menemista fue parte de la negociación. De hecho, en la operación se pedía que el vendedor tome en parte de pago la aeronave. Y eso sucedió, al punto que el comprador ya pidió dar de baja la matrícula que tenía el avión. Solo una novedad. Según lo que trascendió, se quedaría en el país y se utilizaría como repuesto del nuevo, ya que en la Argentina no hay ninguno similar. Finalmente, aquel obsoleto avión donará sus entrañas al ARG-01 fabricado en 2000. Algo así como un “lo atamos con alambre”, en versión aeronáutica.
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