Billetes: el detalle por el que $1000 podrían convertirse en $20.000
En sitios como Mercado Libre o Facebook, algunos usuarios ofrecer dinero a precios mucho más elevados de su valor original por considerar que se trata de piezas coleccionables
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Pocos días atrás, trascendió que hay quienes piden hasta $50.000 por monedas de $1 que tengan un particular error ortográfico: la inscripción “Provingias del Río de la Plata”, en lugar de “Provincias del Río de la Plata”. Pero este fenómeno del dinero revalorizado no se limita solo al universo de las monedas. En Mercado Libre y diversos grupos de Facebook ofrecen dinero a precios mucho más elevados de su valor original. Por ejemplo, circula un billete de $1000 por $20.000: incremento que se debe simplemente al hecho de que no tiene banda de seguridad.
Del mismo modo, una falla en el corte durante el momento de la fabricación hace que un billete de $1000 se ofrezca a $8000 y otro casi a $7000 por seguir una determinada secuencia en su numeración.
Además, la semana pasada llamó la atención el precio de venta de algunos lotes de monedas de un peso argentino defectuosas. Por tener la inscripción “Provingias del Río de la Plata”, su valor iba de 10.000, 15.000 y hasta 50.000 pesos.
Si bien es común que este tipo de billetes y monedas sean rechazadas en los comercios, la razón por la que alguna persona puede quererlas e incluso estar dispuesta a pagar altas cifras para hacerse de ellas se debe a una cuestión de pasión: el coleccionismo.
La numismática es la disciplina que estudia las monedas y medallas. Se trata de un mundo poblado por cientos de personas que viven a la caza de monedas, medallas, billetes, bonos y fichas que, por alguna particularidad, sean consideradas piezas únicas, o al menos diferentes. Así, en su afán por sumar “rarezas” a sus patrimonios, estos detallistas pueden multiplicar el valor de un billete o moneda abruptamente tan solo por una palabra, una alteración o error de fabricación, o por el hecho de que se haya discontinuado.
El origen de la numismática nacional data de 1813, cuando en Potosí se acuñó la primera serie de monedas “patrias” o “republicanas”: ocho escudos de oro y ocho reales de plata.
Algunas personas han vivido por y para esta pasión. Ese es el caso del investigador Héctor Carlos Janson, quien -considerado el principal coleccionista de monedas de la Argentina- donó en 2017 sus 2760 piezas de oro, plata y cobre al Museo Numismático del Banco Central, tras una reunión con el entonces titular del Banco Central, Federico Sturzenegger. Por la donación, esta entidad cambió el nombre del museo numismático José Evaristo Uriburu a Héctor Carlos Janson.
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