Bill McGlashan: quién es el cerebro detrás del fondo de inversiones de Bono
Hay una receta para que Bono invierta en tu empresa. Y la buena noticia es que ni es mágica ni está guardada bajo siete llaves. Buenos retornos más impacto, sobre todo ambiental y social, son los ingredientes claves que debe tener una compañía para captar la atención y los millones de The Rise Fund, el fondo de inversiones de US$2000 millones creado en 2016 por el cantante de U2 , el expresidente de eBay Jeff Skoll, y Bill McGlashan, CEO y líder de la firma.
McGlashan estuvo en la Argentina el último mes y, en un mano a mano con LA NACION, completó la fórmula del éxito: "El equipo empresario, cómo funciona el modelo de negocio y el mercado al que se apunta, es decir, hasta qué tamaño puede crecer, son las tres cosas simples que se buscan en un emprendimiento", dijo el también fundador y socio gerente de TPG Growth, que gestiona activos por US$12.000 millones y es la plataforma de crecimiento global de TPG, un equity fund que administra capitales por US$72.000 millones.
Y eso es lo que el fondo vio en Digital House, el coding school argentino en el que invirtió US$20 millones. "Está dando respuesta a una necesidad de mercado enorme del sector educativo, en particular creando oportunidades para que la gente consiga empleo en el ámbito digital, que es el de mayor crecimiento, y mejorando sus ingresos", evalúa McGlashan. La firma también invirtió en el Grupo VI-DA, cuya sede central está en Buenos Aires y que tiene por objetivo es cerrar la brecha de lectoescritura y expandir alfabetización digital en América Latina. "Hemos demostrado que se puede lograr retorno e impacto, que se puede hacer a gran escala y que lo podemos medir", aclara el CEO de The Rise Fund, cuyo directorio está integrado por Pierre Omidyar, fundador de eBay; Richard Branson, empresario británico dueño de Virgin Group; Reid Hoffman, creador de LinkedIn; y Laurene Powell Jobs, empresaria, filántropa y viuda de Steve Jobs.
-¿Por qué está en la Argentina?
Estamos activamente interesados en encontrar grandes emprendedores, compañías en las que podamos invertir, para crear tanto una ganancia como un impacto social o ambiental mensurable.
-Ustedes ya han invertido en la Argentina, en Digital House, por ejemplo, US$20 millones. ¿Cómo evalúa esa inversión?
Digital House es una inversión que nos entusiasma mucho en dos dimensiones. En un sentido tradicional es una compañía que fue fundada por grandes emprendedores. Tenemos buenísimos socios de inversión con los que trabajamos y que respaldan la compañía. Y está dando respuesta a una oportunidad de mercado enorme en el sector educativo, en particular creando oportunidades para que la gente consiga maravillosos empleos en el sector digital, que es el de mayor crecimiento, y mejorar sus ingresos a lo largo de sus vidas de modo significativo. Por lo tanto, como negocio funciona bien.
-¿Cómo mide el impacto no económico de la empresa?
Seguimos el impacto de la compañía. Medimos hasta qué punto la compañía tiene impacto social en la forma de una mejora de los ingresos de los estudiantes que se enrolan en el centro de estudios. Medimos la obtención de empleos y los ingresos de por vida. Y la compañía está cumpliendo con el impacto al que nos comprometimos cuando hicimos la inversión. Es una compañía que calculamos que generará 17 veces el dinero de la inversión. Por cada dólar que invertimos generará 17 dólares de ganancia social con relación a los estudiantes. Esas son cifras que reportamos y son auditadas por KPMG. No es una medida subjetiva. Es creíble y real.
-¿Cómo son Bono y el resto de los integrantes del fondo como inversores? ¿Esperan más retornos que impacto o al revés?
Lo que garantizamos en The Rise Fund es que lograremos los mismos retornos que TPG Growth. Porque es el mismo equipo de inversión. Por lo que cuando aparece una oportunidad de inversión empezamos por preguntar si es una buena inversión. Si lo es y ofrece al menos un "impact multiple of money" (IMM, impacto múltiple de dinero) de 2,5 veces, entonces puede incorporarse a The Rise Fund. Las ganancias son las mismas. The Rise Fund se ve igual que los fondos de crecimiento. Hemos demostrado que se puede lograr ambas cosas, que se puede hacer a gran escala y que se puede medir de un modo creíble con auditoría de terceros. Y queríamos demostrar que no se comprometían las ganancias por lograr impacto.
-¿Cómo logra una compañía llamar su atención como inversor? ¿Cuáles son las tres cosas más importantes?
El equipo empresario, cómo funciona realmente el modelo de negocio y el mercado al que se apunta, es decir, hasta qué tamaño puede crecer. Esas son las tres cosas simples que se buscan.
-¿Cómo convence a sus socios de invertir en un país tan volátil como la Argentina, con alta inflación y fuertes devaluaciones?
La macro es un desafío y ha sido así en la Argentina por mucho tiempo. Al mismo tiempo hay dimensiones macro de la Argentina que son muy convincentes. Los recursos naturales en este país son extraordinarios. El capital humano de hecho es extraordinario. Al nivel macro hay bueno y malo. Nosotros invertimos al nivel micro. Por lo que encontramos esas empresas que son tan buenas, tan convincentes, lo que nos permite respaldarlas y asociarnos con ellas.
-Pero ¿en qué medida complica los negocios?
La dimensión negativa de lo macro es que limita la cantidad de cosas que podríamos hacer. Nos encantaría estar más activos. Y tenemos esperanzas que como nación ustedes resuelvan lo macro de un modo que permita que más capital, el nuestro y el de otros, venga e invierta en buenas compañías en la región. Porque el lado positivo de su macro lo merece, los recursos naturales de aquí, el capital humano, merecen recibir fondos y apoyo.
-¿De los problemas que tenemos, ¿cuál es el que más asusta a un inversor? ¿Inflación o devaluación?
Las dos están relacionadas obviamente. Cuando uno actúa como garante de una ganancia sobre el capital -recuerde que nosotros invertimos dinero en nombre de viudas, huérfanos y jubilados, fondos de pensión, fondos soberanos- tenemos una responsabilidad con ellos, tenemos que lograr ganancias creíbles. Si usted imagina un ambiente en el que hay una gran devaluación anual de la moneda, es imposible garantizar una ganancia creíble, salvo en una situación extraordinaria. Este es el motivo por el que estamos limitados en la cantidad de inversiones que podemos hacer, porque somos un fondo denominado en dólares, no un fondo en moneda local. Esos son los mayores desafíos, porque cuando invertimos con expectativa de una ganancia tenemos que tener en cuenta el efecto de la divisa.
-¿La política incide?
La segunda cuestión, que no es un problema hoy en la Argentina, pero lo ha sido en otros mercados en los que invertimos, es la estabilidad política. La inversión y el capital prosperan cuando se tiene un ambiente político estable y predecible. Donde se adhiere al dominio de la ley. Donde la corrupción no domina todas las dimensiones de su panorama de inversiones. Y donde uno puede prever una ganancia hacia adelante tomando en cuenta la divisa y que la volatilidad de la divisa sea de un nivel predecible y razonable. Hay ciertos lugares en el mundo que tienen un problema de corrupción inmenso: Nigeria, India. Nosotros invertiremos allí, pero tenemos que elegir sectores en los que la corrupción no sea un problema.
-¿Cuál es el próximo paso, la siguiente compañía que están mirando para invertir en el país o en la región?
Estamos muy ocupados buscando oportunidades en toda la región. Vemos posibilidades. Venimos recién de una reunión muy interesante con tres ideas que estamos explorando aquí. Estuvimos en Brasil analizando algunas oportunidades de inversión que nos entusiasman mucho. Hay gente muy comprometida con generar impacto al modo que nosotros lo promovemos.
-¿En qué tipos de empresas invierten?
Nosotros queremos construir compañías. De lo que nos enorgullecemos es de ser la mayor firma de capital global con TPG Growth, que administra los procesos de inversión de The Rise Fund. The Rise Fund es un fondo de US$2000 millones y TPG Growth administra unos US$12.000 millones. Lo que tratamos de encontrar son situaciones en las que haya un gran equipo de conducción al que damos respaldo en una compañía que está tratando de crecer y expandir sus negocios. Y donde nosotros podamos ser un socio útil como motor de crecimiento. Queremos ser relevantes. No somos el tipo de inversor que apuesta a alguien y se queda sentado esperando a ver cómo le va. Ayudamos. Así nos ganamos la vida.
-¿Nunca se oponen rentabilidad e impacto social?
Demostramos que no hay conflicto entre retorno e impacto. De hecho, es lo opuesto. Si usted construye una linda compañía, pero no es excelente, no va a poder producir mucho impacto. La única manera de lograr un impacto real es construir algo que crece en escala. Que tenga la sustentabilidad para crear más empleo. El producto del negocio es lo que crea el impacto.
-¿Cuándo dice impacto se refiere a impacto social o crear empleos?
Nuestro verdadero norte son los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) definidos por la ONU, todos los países del mundo se reunieron y acordaron 17 metas necesarias para crear un mundo justo. La Argentina fue parte de ese proceso como todos los demás. Hay una brecha de US$2,5 billones entre lo que se necesita para cumplir con esas metas y los dólares que estamos aportando a nivel mundial. Si se toma los fondos de la Fundación Gates que es el ente de caridad más grande del mundo, eso es menos del 1,5% del primer año. Por lo que tenemos un gran problema. Lo que nosotros estamos tratando de hacer es activar capital, capital de inversión, capital corporativo, capital gubernamental con vistas a esas metas de un modo que sea mensurable y productivo.
-Usted maneja grandes fondos, pero también es crítico con el capitalismo. ¿Por qué?
Yo creo que el motor comercial, que impulsa la innovación, la escalabilidad y la durabilidad, es crítico, absolutamente. Pero hago una consideración: el capitalismo es amoral. Y parte del problema de lo que vemos en el mundo hoy, y si miramos EE.UU. donde la gente se siente marginada, es que a menos que sea dirigido, es un problema. Uno de nuestros objetivos es medir externalidades, tanto positivas como negativas, para llegar al punto en el que podamos tomar decisiones como raza humana respecto de a dónde debe ir nuestro capital. Porque toda inversión tiene un impacto. La pregunta es si es un impacto positivo, negativo o neutral. Y un país como la Argentina tiene que tener la capacidad de tomar la decisión respecto de a dónde debe ir el capital de inversión. Y tenemos que conseguir que la gente tome el dinero que está al margen y lo invierta para crear impacto, teniendo en cuenta esas metas.
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