Bienes Personales: se pagará en julio y alcanzará a más personas
La recaudación por este impuesto trepó 565% en 2020 respecto de 2019; este año el Gobierno decidió no actualizar el monto del patrimonio exento; la AFIP pasó al mes próximo la presentación y pago de este tributo y de Ganancias
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La Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) postergó para la segunda quincena de julio los vencimientos de la presentación de las declaraciones juradas y del pago de Bienes Personales y de Ganancias. En el caso de Bienes Personales no hubo una actualización del monto del patrimonio a partir del cual se aplica el gravamen, por lo que más gente será alcanzada por el tributo.
La presentación de las declaraciones juradas y del pago de Bienes Personales y Ganancias, originalmente iban a llegar a mediados de este mes. A diferencia del impuesto a las ganancias, en el que –con modificaciones en el esquema aprobadas por ley– el Gobierno buscó aliviar la carga para algunos trabajadores en relación de dependencia alcanzados por el tributo, en el caso de Bienes Personales no hubo una actualización de la base imponible, es decir, del monto del patrimonio a partir del cual se aplica el gravamen. Eso provocará que más personas deberán pagar este año, según coinciden los especialistas.
El impuesto a los bienes personales, que se había creado “por nueve años” y que ya lleva 30 de vigencia, atrapará así en su red a más contribuyentes. La base imponible por el año 2020 será la misma que la de 2019, es decir, de $2 millones. Eso, en un país como la Argentina, que en 2019 tuvo una inflación de 53,8% y en 2020, de 36,1%, llevará a un incremento de la recaudación. El año pasado (en el que sí se hubo una modificación del monto imponible por 2019), se elevaron las alícuotas respecto de las que habían regido en los períodos previos. No solo eso. Tampoco se actualizó por inflación el monto de ingresos percibidos en un año (2020 en este caso), que hace que aquellas personas que no deben pagar Bienes Personales, igual queden obligadas por ley a hacer la declaración jurada de sus bienes ante el fisco. El monto está en $1,5 millones anuales.
César Litvin, CEO del estudio Lisicki, Litvin y Asociados, opinó que deberían haber modificado el impuesto en la ley de presupuesto 2021, pero que se prefirió no hacerlo. “Para 2020 están vigentes los dos millones de pesos que había en 2019. Con esto lo que logran es que más contribuyentes paguen Bienes Personales, que es precisamente lo que quieren para aumentar la recaudación”, señaló el tributarista.
Para comprobar la magnitud de la desactualización de este gravamen, que en su origen (1991) se llamó Impuesto a la Riqueza, basta con trasladar a pesos el importe de aquel momento, que era de US$103.000: al tipo de cambio actual esa cuenta da $10,3 millones, $8,3 millones más que el mínimo no imponible hoy vigente.
Ante esta situación, es muy probable que gran parte de la clase media que se ve beneficiada por la modificación de Ganancias (que implica que quedan exentos quienes tienen remuneraciones de hasta $150.000 en bruto, o de hasta $124.500 en términos netos) pierda ahora por caer dentro de la obligación de pagar Bienes Personales, ya que con tener un auto y un departamento (que no sea para vivienda propia, que queda al margen hasta los $18 millones), queda alcanzado.
En 2020 la recaudación por Bienes Personales aumentó un 565%, respecto de 2019. “Al mantener el mismo mínimo y dejar inalteradas las alícuotas es muy probable que esa recaudación se siga incrementando en forma significativa. Para tener una idea, Ganancias aumentó 33%, el IVA un 24% y el promedio de aumento de todos los impuestos fue de 32,1%”, indicó Litvin.
Fernanda Laiun especialista en tributación y socia de LFS.tax, dijo que es muy probable que muchos de los aliviados en Ganancias caigan ahora en la obligación de pagar Bienes Personales. “Hoy estás con un mínimo al que ya llegás con tener un ahorro de US$20.000. Además, cualquier auto nuevo vale más que ese mínimo, sin contar con que se tenga una propiedad inmueble o una parte de ella”, enfatizó la especialista.
Para Guillermo Poch, socio de Impuestos y Legales de BDO, la inflación tiene impacto en los distintos gravámenes. “Particularmente en el impuesto sobre los bienes personales la no actualización del mínimo no imponible, la casa habitación (por una suma de $18.000.000) y las tasas del impuesto, tienen incidencia directa tanto en el monto del impuesto a pagar de los contribuyentes, como en la cantidad de personas sujetas al impuesto. Es decir, al mantenerse fijos dichos importes y aumentar el valor de los bienes por la pérdida de valor de la moneda, no parece razonable que -sin haberse modificado la situación real del sujeto- las personas deban pagar más o pasar a estar alcanzados, cuando en realidad su situación patrimonial no tuvo cambios”, indicó el tributarista.
Iván Sasovsky, titular de Sasovsky & Asociados, comentó que la falta de actualización del mínimo no imponible del impuesto sobre los bienes personales hace que se pierda el sentido de este tributo, que debería alcanzar a las verdaderas manifestaciones contributivas de riqueza. “Nosotros ya teníamos un impuesto a la riqueza, pero la falta de actualización luego de la salida de la Convertibilidad hizo que ese impuesto alcanzara a la clase media y que se produjeran situaciones ridículas”, explicó el tributarista.
Para Sasovsky, desde el punto de vista técnico, el impuesto a los bienes personales tiene dos fallas fundamentales: la falta de actualización por inflación y la imposibilidad de deducir deudas (que hace que una persona que tiene un patrimonio de cero pesos porque compró un bien pero endeudándose para pagarlo, deba abonar igual este tributo).
En este sentido, Litvin afirmó que se trata de un impuesto que viola la igualdad entre contribuyentes. “Porque si uno tiene $5 millones y debe otros $5 millones, tiene que pagar; es decir, se lo considera erróneamente en iguales condiciones que aquel que tiene $5 millones y no debe nada”, señaló el especialista.
La evolución del mínimo no imponible de Bienes Personales fue la siguiente: US$103.200 en su origen; después de la Convertibilidad, como era en pesos, se fue licuando y quedó durante mucho tiempo en $305.000 (desde 2007 a 2015); en 2016 se lo llevó a $800.000; en 2017, a $900.000 (2017) y en 2018, a $1.050.000, hasta que en 2019 se lo fijó en la cifra de $2 millones, vigente en la actualidad.
En cuanto a las alícuotas, para bienes en la Argentina, el primer escalón es de 0,5%; el segundo, de 0,75%; el tercero, de 1%, y cuarto, de 1,25%. En el exterior son de 0,70%, 1,20%, 1,80% y 2,25%, respectivamente. “Alguien que tiene bienes en el exterior, que en 2018 pagaba el 0,25% y que con el nuevo gobierno pasó a pagar 2,25%, esa modificación le significó un aumento de 900% solo en ese impuesto”, destacó Litvin.
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