Bausili admitió ante banqueros que el dólar oficial casi congelado durará poco
Les dijo que el crawling al 2% de arranque es para usar al tipo de cambio como ancla, hasta que impacten los recortes al gasto, por lo que será revisado en adelante
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“Este no es un programa de estabilización, es el paso previo para ajustar precios relativos y limpiar distorsiones”, les dijo el nuevo presidente del Banco Central (BCRA), Santiago Bausili, a sus regulados: los banqueros que había convocado esta mañana, antes de la apertura de los mercados, para explicarles las medidas anunciadas ayer.
Fue el paso previo antes de avisarles que el ajuste del 2% mensual que tendrá el dólar oficial, tras el salto dispuesto ayer y que comenzó a regir hoy, será “temporal” y breve. “En esta primera etapa, la política cambiaria será el ancla como herramienta complementaria del ancla fiscal, porque el ajuste del gasto que se decidió impactará en las cuentas con rezago”, les explicó.
“La idea de fijar el dólar a $800 más crawling del 2% fue para evitar que piensen que arrancamos con tipo de cambio fijo. Ese 2% sabemos que es bajo y se podrá ajustar en adelante”, se sinceró.
La reunión con los banqueros y presidentes de las cámaras del sector (Adeba, ABA, Abappra y ABE) fue multitudinaria y positiva para los convocados: allí se confirmó que el plan para desarmar la “bola de Leliq” (la enorme y costosa deuda remunerada que acumuló el BCRA por la sostenida emisión monetaria que realizó en los últimos cuatro años para asistir al fisco por distintas vías y en un marco de caída en la demanda real de pesos) será muy parecido al que habían sugerido públicamente mediante un documento técnico meses atrás.
El día de ayer no se renovaron Leliqs por $ 1,5 billones, es decir, lo adjudicado fue del 1,8%.
— Romano Group (@romano_group) December 6, 2023
Un nuevo mínimo.
De ello, $ 1 billón se colocó en Pases Pasivos. pic.twitter.com/k8YemlbZhX
Bausili admitió que la idea del nuevo equipo económico es alentar por vía de incentivos de tasa una relocación de pases pasivos (deuda que vence cada día) hacia las Letras de Liquidez (Leliq, que vencen a 28 días) que emite el BCRA y un traspaso a deuda del Tesoro Nacional. Para eso es el diseño, ya conocido ayer, de una nueva escalera de tasas que deja -por ahora- en punta al rendimiento de las Leliq (que se mantiene en el 133% nominal anual) y amplía la diferencia con los pases pasivos (baja del 126% al 100%).
Además, se agregará desde la semana próxima un nuevo escalón más alto: lo fijará el Gobierno al volver a ofrecer al mercado Letras del Tesoro (Letes) a corto plazo para “invitarlos” a migrar parte de los pasivos remunerados hacia allí con una garantía: esos títulos tendrán opción de recompra por parte del BCRA y podrán ser considerados para el cómputo en sus balances como “riesgo BCRA”.
“Queremos estabilizar precios según liquidez e ir hacia endeudamiento de largo plazo con el Tesoro y no con el BCRA: que lo que quede acá sea lo transaccional o de corto plazo, nomás”, explicaron los funcionarios del BCRA a sus invitadas.
Como la tasa del 133% anual de las Leliq, que representa una del 11% mensual, quedará rezagada en relación con el pico inflacionario que se espera para los próximos meses, la idea es que esa migración se vea alentada por el riesgo de licuación que enfrentarán las entidades. Incluso, en caso de que el traspaso sea fuerte, “eventualmente vamos a evaluar una flexibilización en los límites de financiamiento al sector público, de ser necesario”, admitieron.
En esta primera etapa, se mantienen las tasas reguladas al 133% anual para los plazos fijos tradicionales. La idea es que los ahorristas que se animen a inmovilizar pesos a 90 días migren hacia plazos fijos UVA, lo que llevaría a los bancos a demandar deuda CER (inflación) para evitar descalce y aseguraría a la vez otra fuente de financiamiento para el Gobierno. “Más adelante podrían revisarse las tasas”, dijeron.
Desde lo conceptual, Bausili reafirmó que la idea de la nueva administración es “levantar el cepo y lograr la independencia del BCRA”, aunque repitió que esto requiere “lograr credibilidad en el BCRA para que puedan crearse los instrumentos necesarios para lograr estos objetivos”, razón por la que lo consideró un objetivo “principal, pero a largo plazo”.
“Por eso, hoy el foco está puesto en los equilibrios macro, y no en los micro. Se fue a lo más importante y la idea en adelante es ir destrabando otras restricciones micro”, dijo Bausili, según logró reconstruir LA NACION de consultas con distintos asistentes al encuentro.
Allí fue cuando confirmó que la idea oficial es conseguir financiamiento hasta marzo o abril, cuando “por la propia estacionalidad el comercio exterior argentino se acelera”. Por ello, “se está trabajando en un nuevo desembolso del FMI para cubrir pagos de enero a marzo y luego se planea una negociación más a largo plazo con ellos”, detalló.
En la reunión no hubo alusiones a la situación creada con las Lediv, las letras ajustables por el tipo de cambio oficial que la anterior gestión del BCRA entregó a importadores como “seguro cambiario”. Pero sí respecto de la deuda comercial impaga con ellos.
Allí, Bausili confirmó que el flujo importador, con el dólar a $940 ($800 más 17,5% del impuesto PAIS) queda desde hoy liberado. Pero el stock de deuda acumulado (que será revisado mediante un peinado sobre los precios y cantidades efectivamente ingresadas al país, cruzando datos con AFIP tras pedir a los afectados que se presenten desde mañana a un registro) será reprogramado ofreciendo a las empresas afectadas bonos en dólares, pero que se podrán adquirir en pesos.
LA NACION pudo averiguar que también aquí habrá un esquema de incentivos: serán títulos de uno hasta cuatro años que se podrán suscribir al tipo de cambio oficial al mayor plazo y al tipo de cambio oficial más del 17,5% de impuesto PAIS al más corto, según trascendió. Como el 60% de la deuda importadora de las empresas la tienen contraída con sus casas matrices o vinculadas, se espera que buena parte de la demanda vaya hacia el bono largo.
“La estrategia del BCRA es sensata y acertada en este contexto. Prioriza la estabilidad del sistema e irán removiendo sucesivamente las malas regulaciones, yendo primero por los problemas mayores y de la macroeconomía, para después entrar en los temas más micro, pero que son importantes para el buen funcionamiento del sistema”, declaró al salir del encuentro Javier Bolzico, presidente de Adeba.
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