“Basilea IV”: cómo serán las nuevas regulaciones de la actividad bancaria en el mundo
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En diciembre de 2017 el Comité de Supervisión Bancaria de Basilea (BCBS, por sus siglas en inglés) presentó los acuerdos sobre la “Finalización de las reformas reguladoras poscrisis de Basilea III”, poniendo fin a un intenso proceso de actualización del marco regulatorio, con el objetivo de seguir fortaleciendo la resiliencia del sistema bancario global.
Los acuerdos de Basilea sobre supervisión bancaria constituyen los estándares y las mejores prácticas para medir riesgos y definir fondos propios para la industria financiera. Fueron introducidos en 1988 (Basilea I) y actualizados en 2006 (Basilea II). Como respuesta a la última crisis financiera, los estándares cambiaron en 2010 (Basilea III). Desde entonces, el BCBS siguió desarrollando el marco normativo y hay un paquete de medidas conocido informalmente como “Basilea IV”. El BCBS propuso su puesta en marcha para 2023, pero eso se pospuso tras la llegada del Covid-19.
A fines de 2021, la Unión Europea movió una ficha con la aprobación del “Paquete Bancario Europeo 2021″, que introduce las normas de Basilea IV para las instituciones de la Zona Euro a partir de 2025. Se espera que las autoridades de otros países sigan ese camino en breve.
Basilea IV modifica sobre todo la medición de los riesgos de créditos, de mercado y operacionales. La nueva regulación tiende recortar los modelos internos para ir a modelos estándar más sofisticados, con el fin de obtener una mayor transparencia y comparabilidad de niveles de capital entre entidades financieras similares. Los modelos estándar son determinísticos, en el sentido de que tanto la metodología de cálculo como los parámetros a usar son facilitados por la norma. Si bien la estandarización facilita el cálculo, suelen resultar niveles de capital más elevados. Por otro lado, los modelos internos ofrecen una mayor flexibilidad metodológica y permiten que las entidades estimen individualmente los parámetros según las características de sus carteras, lo que normalmente resulta en requerimientos de capital inferiores. La alta complejidad técnica y la exigencia de datos de los modelos internos hacen que principalmente los bancos grandes puedan optar por esta opción.
Con respecto al riesgo de crédito, la mayor novedad es el recorte importante de los modelos internos. A los supervisores nacionales que deben aprobar los acuerdos, el BCBS les ofrece la opción de adoptar enfoques estándar. Habrá que ver en qué forma el Banco Central de la Argentina aprobará las normas, pero es de esperar que siga descartando el uso de modelos internos.
Con respecto a los requerimientos mínimos de capital por riesgo de mercado, Basilea IV introduce la Revisión Fundamental de la Cartera de Negociación (FRTB), que abarca a todas las posiciones en cartera de negociación, así como posiciones en la cartera de inversión relacionadas a los riesgos de tipo de cambio y al precio de materias primas. El BCBS completa el enfoque de Riesgo de Tasa de Interés en Cartera de Inversión. El cálculo bajo el modelo estándar incluye múltiples categorías de riesgo a nivel individual y de conjunto. El enfoque de modelo interno reemplaza el “Value at Risk” como métrica principal de riesgo por el “Expected Shortfall”, que incluye el riesgo de cola e intenta cuantificar las pérdidas no esperadas.
La aplicación del nuevo enfoque requiere un importante conocimiento técnico de valuación de instrumentos, así como sistemas de información adecuados. Si bien las carteras de la banca argentina no indican una exposición importante en cartera de negociación, la norma aplicaría al menos para el riesgo de tipo de cambio para posiciones en cartera de inversión.
En el enfoque de riesgo operacional también hay un cambio de paradigma. Mientras que bajo las normas previas los bancos podían escoger entre tres modelos, ahora deberán aplicar un único modelo estándar. Bajo el nuevo concepto, el riesgo operacional ya no se relaciona a líneas de negocio, sino a su rentabilidad, por lo que todo el cálculo se apoya en valores contables.
Con la aprobación de las regulaciones de Basilea IV, el Paquete Bancario Europeo 2021 tiene como objetivo reforzar la sustentabilidad social y medioambiental. De momento estos requerimientos son solo de carácter informativo sin penalización de capital, pero eso podría cambiar en un futuro no lejano.
Para la implementación local de Basilea IV habrá que esperar la aprobación por parte del Banco Central. Sería importante que las autoridades se pronuncien lo antes posible sobre el marco previsto, la fecha de entrada en vigor y el posible plan director hasta la puesta en marcha final, para que las entidades puedan prepararse.
El autor es socio líder de Gestión de Riesgos Financieros & Servicios Actuariales en KPMG Argentina
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