Bares exclusivos de la noche porteña
Cada lugar se distingue por alguna cualidad que lo singulariza; éstas van desde juegos que evocan a la bolsa de valores hasta claves de acceso y ambientaciones de época
En la noche porteña confluyen espacios diversos con propuestas para todos los noctámbulos sin excepción. Los bares se destacan dentro de esta oferta, algunos distinguiéndose por cualidades que los ubican dentro del circuito de los más exclusivos.
El palermitano Isabel Bar es uno de ellos. Con un ambiente chic único y un techo cubierto por 196 bombitas reflectantes cuyas luces cambian al son de la música, este lugar se caracteriza por su alta coctelería y una propuesta musical que combina desde tracks de los 80 hasta el nü disco . Su selección de tragos, asimismo, incluye cócteles clásicos y "homemade" como el Onegai (sake, té verde, lima, cointreau, jengibre y miel de wasabi) y el Last Call (ron, vermouth dulce, pomelo y espuma de canela), ambos a $ 70.
Otra de las propuestas que alberga la noche citadina es The Library Lounge, del Faena Hotel.
Su ambientación recuerda a los livings de las grandes estancias aristocráticas locales, con sillones Chesterfield, cortinados de shantu de seda naturales y candelabros de cristal. En su carta -cuyo precio promedio para comida y bebida oscila entre los $ 200 y $ 225- se destaca El Porteño, un trago que intenta conjugar la argentinidad: Fernet Branca, Hespiridina y un toque de mate cocido, servido en un vaso con hielo picado e, incluso, bombilla.
Ubicado en la terraza del hotel Pulitzer, la propuesta del Sky Bar es ideal para el verano: disfrutar de la noche a cielo abierto desde la altura de un piso 13. Por sus propias características, éste es un bar de temporada: abre sólo del 15 de octubre al 15 de abril. Entre las bebidas más solicitadas aquí, se destacan los cócteles de autor Visit Manhattan, el mojito de agua de coco y la margarita de granada, todos ellos a $ 45.
Ahora bien, si lo que se busca es algo "diferente", Le Merval es uno de los lugares donde conseguirlo.
Tal como su nombre sugiere, este establecimiento emula a la bolsa de valores usando bebidas en lugar de acciones. Con un concepto nacido 25 años atrás en Berlín, su implementación es a partir de un software que actualiza cada tres minutos (y con un margen de $ 2 en la suba y la baja) los precios de las bebidas según oferta y demanda. Los asistentes pueden seguir esta variación a través de los plasmas ubicados en el salón y aprovechar así las bajas de los precios. La amplitud total del costo de un trago puede ser de hasta $ 20 y, durante la noche, se producen también "cracks" en los que caen todos los precios a su valor "piso".
Si Le Merval enmarca a su público en la más alta adrenalina del presente, Frank's lo transporta a la nostalgia del pasado. Este
speakeasy bar
("bar clandestino", en español) tiene sus orígenes en la Nueva York de principios del siglo XX, momento en que regía la ley seca y los establecimientos que vendían bebidas alcohólicas se manejaban con un sistema de lealtades y claves de ingreso.
Siguiendo esta tradición, para acceder a Frank's se debe contar con una clave que cambia semanalmente y a la cual se puede llegar a través de las pistas que se publican en las redes sociales del bar. Una vez dentro de él, la ambientación lleva una vez más al encuentro de épocas pasadas, con un salón elegante y sofisticado, imponentes arañas, sillones antiguos y una barra hecha de roble. El precio promedio de los tragos y la comida es de $ 70.