Autopistas del Sol renegoció su contrato y retira el juicio del Ciadi
La concesionaria del Acceso Norte mantendrá la operación hasta 2030 para cobrar la deuda que le reconoce el Estado; los peajes subirán al ritmo de la inflación
Autopistas del Sol y el Gobierno se pusieron de acuerdo. La principal concesionaria de los accesos a la ciudad de Buenos Aires, que opera la Panamericana y la General Paz, seguirá como prestadora de servicios hasta 2030 y desistirá del juicio por 1135 millones de dólares iniciado en el Tribunal Arbitral del Banco Mundial (Ciadi).
A cambio, el Gobierno le reconoce un monto por la obra que aún no fue amortizada, además de cobrar el peaje en las cabinas que ya existen en la traza que recorre el norte del conurbano.
Según los números de la concesión, la empresa vial invirtió alrededor de 1100 millones de dólares para construir la traza. De esa suma, 539 millones de dólares no se pudieron recuperar durante estos años donde no se avanzó con la renegociación. A esa cifra se le restarán 40 millones en concepto de multas. De ahí que el importe final al que se llegó es de 499 millones.
"La concesionaria tendrá que ejecutar un plan de obras de 430 millones de dólares", dijo Javier Iguacel, director de la Vialidad Nacional, organismo encargado de la renegociación.
Al igual que lo que sucede con la Autopista del Oeste (que acordó con Vialidad en junio), el contrato para la explotación de la Panamericana está caído desde 2002 y remendado en 2006, con un acuerdo provisorio que no se cumplió.
Andrés Barberis, presidente y gerente general de la compañía, dijo a LA NACION que la negociación fue muy compleja. "Fue un proceso muy largo por la cantidad de cosas en las que hubo que llegar a un acuerdo. Pero estamos contentos. En la Argentina hay un proceso para restablecer la seguridad jurídica y por eso se pudo avanzar. Es una gran apuesta al país ya que vamos a cobrar la deuda con la misma concesión", dijo el ejecutivo.
Las cláusulas fueron similares a lo que acordó Autopistas del Oeste. Mientras la empresa se cobre la deuda y termine una inversión acordada de 430 millones de dólares, permanecerá en la concesión, como máximo, hasta 2030. Se negoció deuda por tiempo. El Estado no pone plata por la inversión no amortizada y la empresa se cobra con las cabinas de peaje.
El esquema prevé que el nuevo contrato se inicie con los actuales precios de los peajes. Para los años posteriores se mantuvo la misma fórmula que se estableció en 2006 y que básicamente sigue el ritmo de la inflación. Más allá de que nunca se cumplió, el esquema de actualización es el mismo.
El financiamiento fue uno de los grandes temas. Se acordó una tasa de pago de 8%, lejos del 11,9% que estaba acordado en el anterior contrato. "Ese fue uno de los puntos más difíciles en la negociación", dijo Iguacel. Entre las obras que se acordaron se cuenta el tercer carril en el ramal Tigre, la construcción de colectoras en Pilar y en Campana, varios distribuidores y salidas nuevas y la repavimentación de toda la traza.
Otra de los desafíos importantes es el levantamiento de los puentes para que sean aptos a la altura de camiones establecida en las normas del Mercosur.
Autopistas del Sol es una empresa cuya mayoría accionaria está en manos de dos empresas europeas. La española Abertis (31,59%) y la italiana Impregilo (19,82%). En la bolsa porteña flota el 30,04%, mientras que los minoritarios son Natal (14,12%), Dycasa (1,75%) y ACS (2,68%).
Después de 15 años desde que la ecuación económico-financiera que sostenía el contrato se rompió con la caída de la convertibilidad, empezará el proceso de regularización del contrato.
El acuerdo se enviará a la Procuración del Tesoro y a la Sindicatura General de la Nación. Luego, se necesitará una firma conjunta de los ministerios de Transporte y de Hacienda y, finalmente, se deberá celebrar una audiencia pública.
Entonces, pasados todos estos requisitos, el contrato recién estará en condiciones de ser refrendado con un decreto presidencial. Mientras tanto, los mercados festejaron: la acción de Ausol subió cinco por ciento en la Bolsa porteña.
Una historia de 15 años
- La caída de la convertibilidad, en 2002, rompió la ecuación económico-financiera de los contratos
- Todas las concesionarias de servicios públicos intentaron renegociar los contratos. El gobierno de Néstor Kirchner formó una oficina (Uniren) para volver a desarrollar un marco regulatorio nuevo
- Entre 2003 y 2006 se avanzó en negociaciones provisorias que tenían un año de duración. Preveían una Revisión Tarifaria Integral (RTI)
- Como no hubo avances con los funcionarios anteriores, la gran mayoría de las empresas inició sus reclamos en el Ciadi. Ahora, después de entrar en vigencia el acuerdo, Ausol retirará el reclamo
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