Aunque las empresas argentinas cotizan “regaladas”, la Bolsa local no deja de caer
Pese al rebote de la economía, el índice líder cede casi 10% en el año, mientras la tasa de riesgo no deja de marcar máximos
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El índice S&P Merval, principal referencia de precios de la bolsa local, cerró su séptima rueda del mes con un rebote del 0,4%, que no le evitó acumular ya una baja del 9,4% en lo que va del año (o 15,6% medido en dólares), por lo que se mantiene en mínimos de 2021 en ambas monedas, aún cuando el índice representativo de los mercados emergentes avanza 4,1% en igual período, la soja no deja de subir y hasta los pronosticadores menos optimistas revisan al alza las previsiones de recuperación de la economía argentina para el presente año.
Esta disociación marcaría que, a juicio de los inversores, las empresas cotizantes no sólo no están en condiciones de captar esas mejoras, sino que se enfrentan a un escenario en el que probablemente enfrenten mayores costos y se les complique hacer negocios.
“La apatía muestra a las claras el escepticismo que hay en el mundo inversor respecto de la Argentina, al no tener claro el horizonte y crecer la sensación de que se pierde la posibilidad de esclarecerlo, por caso, al plantearse dilaciones ante un posible acuerdo con el FMI, que significaría que se asuman algunas metas macro relevantes. En especial, porque se sabe que, sin un entorno favorable a la inversión, la recuperación es de corto vuelo”, explica Diego Martínez Burzaco, economista Jefe de Estrategia en Inviu.
La agonía de la plaza doméstica, que solo encontró en la importación de papeles (vía Cedears) una forma de mantener al menos un “piso” de negocios, se da en el marco de la sostenida tendencia al alza que registra la tasa de riesgo país, que avanzó otro 2,7% hoy, al escalar 43 puntos, para acercarse a los 1650 puntos básicos (cerró en 1647). Todo porque los bonos que emitió el Gobierno tras el ultimo canje de deuda “siguen sin encontrar su piso y no se cansan de marcar mínimos históricos”, apuntó Balanz.
“Las acciones se encuentran condicionadas por las continua desvalorización de los bonos soberanos que muestran rendimientos de hasta 21,5%, como en el caso del Global 29. En general, los saltos significativos del Merval en dólares se dan en momentos en los que el riesgo país es inferior a los 1000 puntos″, hace notar el analista Juan José Vázquez, de Cohen, quien recuerda que el manifiesto desinterés inversor hace que no aparezcan en el radar de la demanda “ni las empresas que tienen buena actividad y se manejan prácticamente sin deuda”.
“La escena que vemos hoy es repetida: es una jornada moderadamente favorable para la mayoría de las bolsas, pero el Merval queda otra vez marginado. Aunque la situación económica local está mejorando pausadamente, lo que miran los inversores es el futuro. Y las expectativas al respecto no son buenas e incluyen incluso temores a turbulencias políticas”, coincide el consultor Roberto Drimer.
Para el analista Gustavo Ber, la plaza doméstica “sigue condicionada por el clima de incertidumbre política y económica local”. “Los inversores reconocen que ya todo se mueve en modo electoral, lo que traducido les indica que se postergaría no solo el acuerdo con el FMI, sino también la aplicación de políticas económicas que vayan corrigiendo desequilibrios” describe.
Martínez Burzaco hace notar que a todo lo apuntado se sumó ahora “un contexto general que pasó a ser desfavorable para la exposición en emergentes, por la suba de tasas en Estados Unidos y las turbulencias en Brasil”, o el temor a que se incurra en unos meses en un default con el Club de París. Pero, a la vez, aclara que nada de eso “determinó que nuestro mercado estuviera netamente ofrecido y con negocios en franco y reiterado retroceso. En todo caso lo profundizó un poquito”.
Un viejo inflador perdido
La tendencia manifiestamente declinante que exhibe el índice Merval no sorprende en lo más mínimo a los agentes de mercado más experimentados.
Sin estímulos de la macro y con un clima de negocios muy condicionado por la falta de referencias y la pérdida de ingresos que registró la población tras tres años de muy dura recesión, no desconocen que el mercado perdió uno de los anabólicos que, en circunstancias similares (tan repetidas en los últimos años), solía empujarlo: la fortaleza y tendencia alcista de los dólares financieros que, como el Contado con Liquidación (CCL), cayó otro 2% hoy quedó debajo de los $145 (cerró en $144,73)
Con el Banco Central (BCRA) usando buena parte de las reservas recuperadas mediante recompras para mantener bajo control la brecha cambiaria, los principales papeles líderes del mercado perdieron ese inflador, ahora además afectado por liquidaciones para cumplir con el pago del denominado impuesto a la riqueza. “Es un condicionante que tiene el mercado en el corto plazo. En todo caso, pasada la fecha de pago de este tributo y la temporada alta en la liquidación de divisas, estos condicionantes podrían incidir menos”, explican.
Los analistas de Portfolio Personal Inversiones (PPI) advierten que la presión bajista del mercado ya lleva al S&P Merval en dólares a desafiar límites. “Ya se ubica en niveles de un soporte clave de 300/310 puntos que puede marcar la tendencia de corto plazo. De romper con este soporte, el índice podría ir a buscar los mínimos del 2020 en los 250 puntos”, advierten, aunque aclarando que “todo depende de las noticias y cómo se comportan los distintos drivers de cara a los próximos días, aunque por ahora, las expectativas no son buenas”.
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