Aunque algo tarde, Nokia se apunta a la fiesta en Silicon Valley
SUNNYVALE, California—Nokia Corp., en apuros para revertir una ola de malas noticias, quiere reiniciar sus operaciones estadounidenses desde un lugar en el que muchos creen que debería haberse instalado hace años: Silicon Valley.
En un elegante edificio, el fabricante finlandés de celulares intenta crear el tipo de cultura de empresa joven que catapultó a muchos de sus competidores a su reciente éxito. La sede también está cerca de una población de desarrolladores que podrían lanzar nuevas aplicaciones en el ecosistema Windows de Microsoft Corp., al cual ha apostado el futuro de su nueva línea de teléfonos Lumia, en lugar de dirigirse en masa al iPhone, de Apple Inc., o al sistema operativo Android, de Google Inc.
Durante un reciente día de trabajo aquí, el concepto parecía estar cuajando.
Programadores de software de firmas externas acudieron en tropel a un espacioso lobby y fueron llevados a salas de conferencia con nombres como Pier 39 y Alcatraz. En la cafetería de la planta baja se vendían filetes de carne con pico de gallo y café, mientras que en un televisor se podía ver el partido entre Inglaterra y Ucrania.
Si el enfoque de la compañía parece algo exagerado, debe ser por una buena razón. Durante años, Nokia operó su filial norteamericana desde White Plains, en el estado de Nueva York, muy lejos de donde surgían las innovaciones clave de la industria.
Cuando la empresa perdió su dominio en EE.UU., se debió principalmente a los productos de Apple, con sede en Cupertino, California.
Las consecuencias de la desconexión han sido devastadores.
En 2003, las ventas de teléfonos móviles de Nokia en América del Norte alcanzaron los 32,4 millones de unidades, o casi 20% de su volumen mundial. En 2011, luego de que la empresa prácticamente se retiró del mercado debido a su tecnología poco competitiva, la empresa vendió apenas 3,9 millones de aparatos, con una gran caída en los últimos meses, lo que representa menos de 1% de su facturación global.
El descenso se ha revertido ligeramente desde enero, cuando el presidente ejecutivo, Stephen Elop, lanzó los teléfonos Lumia. Nokia vendió 600.000 aparatos móviles en Norteamérica durante el primer trimestre, comparado con 500.000 en el trimestre previo. Los ingresos de esos dispositivos, en tanto, aumentaron 75% entre los dos trimestres gracias a los precios más altos.
De todos modos, las ventas en América del Norte representaron sólo 2% de las ventas mundiales en los primeros tres meses del año.
Matt Rothschild, director de operaciones minoristas y de ventas, dijo en una entrevista que la mudanza le ha dado al personal una "mentalidad de empresa nueva y desafiante" en el crucial mercado estadounidense. El ejecutivo ha apuntalado el entusiasmo con la creación del "Ejército Nokia". Bajo este plan, más de 1.000 empleados en Norteamérica se han apuntado para ir a tiendas de operadores celulares a vender teléfonos.
Los empleados están a menudo armados con comida y café, y forjan vínculos con los representantes de ventas e interactúan con potenciales compradores de teléfonos. Las conversaciones con frecuencia se centran en la gama de aplicaciones de Nokia, como su sistema de navegación, que está disponible de forma gratuita en el teléfono.
Los ejecutivos de Nokia no tienen que viajar mucho para encontrarse con gente poco interesada en los nuevos aparatos de la empresa. En un centro comercial de Santa Clara, a unos 15 kilómetros de Sunnyvale, Jonthan Lamb, un estudiante universitario de 18 años, estaba en una fila fuera de una nueva tienda de Microsoft. Con su iPhone en la mano, se preparaba para participar en un evento de marketing del local. Quien demostrara que su teléfono inteligente era más rápido que el nuevo Lumia 900 de Nokia, que utiliza el sistema operativo Windows, ganaría US$1.000.
Aunque pensaba que el aparato de Nokia le ganaría por más que se esforzara —"Nokia es extremadamente rápido en términos de desempeño", dijo—, no estaba ni remotamente interesado en abandonar su iPhone. El suyo, afirmó, es más fácil de navegar, tiene más aplicaciones disponibles y da más por el precio. El teléfono de Windows, en cambio, "es aburrido".
Como parte de su nuevo enfoque en Silicon Valley, Nokia también ha hecho varios cambios en su junta directiva, nombrando a nuevos directores con fuertes conexiones en la meca tecnológica.
—Joann Lublin contribuyó a este artículo.
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