Aumenta el optimismo sobre el ritmo de la recuperación económica de EE.UU.
Los economistas encuestados por The Wall Street Journal se muestran cada vez más optimistas respecto al ritmo de la recuperación, y predicen que Estados Unidos tendrá un crecimiento anualizado superior a 3,2% en cada trimestre de este año.
"La economía estadounidense parece haber navegado exitosamente el ajuste al pasar de una recuperación impulsada principalmente por el estímulo fiscal y la reposición de inventarios a otra cuyo motor han sido la demanda interna privada y las crecientes exportaciones", indicaron economistas de Wells Fargo & Co. "Un crecimiento de 3% se ve muy bien, en particular cuando la construcción de viviendas todavía es lenta", agregaron.
En los últimos meses, los economistas se han vuelto cada vez más optimistas respecto al crecimiento y en esta encuesta revisaron al alza sus pronósticos para el cuarto trimestre de 2010. En promedio, quienes respondieron consideran ahora que EE.UU. creció a un tasa anual desestacionalizada de 3,3% en el cuarto trimestre, por encima del 2,6% calculado el mes pasado. La economía creció 2,6% en el tercer trimestre.
Estos pronósticos optimistas se producen a pesar de un panorama persistentemente negativo para la vivienda. En promedio, los economistas ahora prevén que los precios de las casas caigan en 2011, luego de más de 12 meses de pronosticar modestos avances para este año.
Mientras tanto, 30 de los 56 economistas consultados -no todos contestaron todas las preguntas- afirman que el alza en los precios de las viviendas no superará la inflación durante al menos los próximos tres años. Se considera que el exceso de oferta de viviendas está manteniendo la construcción en niveles deprimidos. En promedio, los economistas prevén que en 2011 comience la construcción de 700.000 casas, más que en 2009 y 2010, pero muy por debajo de los 1,5 millones de viviendas anuales en promedio entre 1959 y 2007.
"La debilidad del mercado laboral está reprimiendo la recuperación de la vivienda", sostuvo Sean M. Snaith, de la Universidad Central de Florida.
En medio de la mejora en los pronósticos de crecimiento, los economistas ahora esperan que EE.UU. genere cerca de 180.000 empleos mensuales en promedio este año, significativamente más que la media de 94.000 correspondiente al año pasado. Pero con el persistente crecimiento de la población, esta cifra no es ni de cerca suficiente para reducir rápidamente la tasa de desempleo, actualmente en 9,4%. Para fines de 2011, los economistas, en promedio, prevén que la tasa de desempleo sea de 8,8%.
También se prevé que la persistente debilidad del mercado laboral mantenga la inflación bajo control durante 2011. En promedio, los economistas aguardan que los precios al consumidor suban 1,9% este año, dentro del rango de entre 1,5% y 2% que agrada a la Reserva Federal estadounidense.
El banco central tiene el doble mandato de promover el pleno empleo y mantener la estabilidad de los precios. Con escasa presión inflacionaria y una lenta recuperación en el mercado laboral, la mayoría de los economistas no anticipa que la Fed comience a subir las tasas de interés antes de comienzos de 2012.
A medida que avanza la recuperación, los economistas pronostican que la Fed se mantenga mayormente al margen. Cincuenta de los 55 economistas que respondieron la encuesta predicen que los responsables de políticas completarán la compra de bonos anunciada previamente por US$600.000 millones, y se detendrán allí. Pero esta política sigue siendo polémica, y sólo 27 economistas respaldaron el monto total del programa.
Los economistas en general también se mostraron alentados por la elección por el presidente estadounidense Barack Obama de Bill Daley para suceder a Rahm Emanuel como jefe de gabinete y a Gene Sperling como director del Consejo Económico Nacional ahora que Larry Summers dejó ese puesto.
Veintitrés de los 46 economistas dijeron que el nuevo equipo sería mejor para la política económica y solamente uno dijo que será peor. El resto no espera que los nombramientos vayan a representar una diferencia significativa.