¿Así que éramos 1,3 millones menos de lo que dijeron después del censo?
El director del Indec informó datos de la población y hubo sorpresas; el número de habitantes difiere significativamente del que había sido informado como cifra preliminar
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Sorprende que un ser humano muerda a un perro, pero no sorprende que un perro muerda a un ser humano. Inmediatamente después del día en que se realizó el censo de población y vivienda, en 2022, el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) informó que en la Argentina vivíamos 47.327.407 personas. Ahora dio a conocer una nueva estimación, según la cual éramos 46.044.703, es decir, casi 1,3 millones menos de lo que se había informado. Rara vez las estimaciones revisadas coinciden con la muy preliminar, pero en este caso tanto la dirección como la intensidad de la discrepancia generaron sorpresa y suspicacias.
Sobre el tema hablé con el estadounidense David Harold Blackwell (1919-2010), quien consiguió una beca Rosenwald, destinada a académicos negros, lo que le permitió pasar un año en el Instituto de Estudios Avanzados de Princeton. La costumbre era que los miembros del Instituto, al año de estar, se convirtieran en miembros honorarios de la facultad, pero, en su caso eso no ocurrió por ser él… afrodescendiente.
Cuando integró un comité de tesis, le dijo al alumno: “Usted sabe sobre esta cuestión mucho más que cualquier otro. Nunca lo entenderemos si trata de explicarnos todo, así que elija un solo tópico, quizás un par”.
–En Princeton tuvo una notable conversación con Johnny von Neumann
–Así es. En la Universidad de Illinois me doctoré en matemáticas, con una tesis sobre las cadenas de Markov. Von Neumann era impresionante. Cuando llegué a Princeton me dijo que nos juntáramos para hablar de mi tesis. Creí que era un cumplido, pero insistió. Nos reunimos. Me escuchó durante 10 minutos, hizo un par de preguntas, y comenzó a decirme a mí en qué consistía mi tesis. Le bastaron 10 minutos para saber sobre la cuestión más que yo.
–Usted pasó por la Universidad Howard.
–Donde conocí a Meyer Abraham Girshick, a raíz de lo cual me interesé vivamente por la estadística. En una clase él planteó una ecuación tan notable que no me la creí. Fui a mi casa y me puse a trabajar. Armé lo que creí era un contraejemplo y se lo envié. Él descubrió dónde me había equivocado, pero, en vez de decírmelo, me invitó a charlar con él. Así nació una relación perdurable. Fue la mayor influencia académica que tuve en mi vida. Juntos publicamos Teoría de los juegos y decisiones estadísticas. Estadística básica, que publiqué en 1956, fue uno de los primeros libros de texto que incorporó el enfoque bayesiano.
–Lo consulto porque el Indec acaba de informar que en 2022 la Argentina estaba poblada por 46 millones de personas, y no por 47,3 millones, como había informado en cuanto terminó de compilar el censo. Eso generó sorpresa y suspicacias.
–Comencemos por lo primero. Diferenciemos la estimación de un valor absoluto, de la de una variación. Pensemos, en este último caso, en la tasa de inflación. Si todos los precios se modificaran a la misma velocidad, bastaría con calcular la variación del precio de cualquier producto para saber cual fue la tasa de inflación. Esto no ocurre nunca, pero para lo que usted me pregunta, lo importante es que, al aumentar el tamaño de la muestra, la tasa de inflación resultante puede subir o bajar, dependiendo de la relación que existe entre las variaciones de los precios que ya habían sido considerados y la de los productos que se agregan.
–Entiendo, pero aquí estamos delante de un caso distinto.
–Efectivamente, porque un censo de población no busca principalmente conocer las características de las personas que habitan un país, sino estimar cuántos son. Utilizando la nomenclatura que se usa en estadística, no se busca identificar características surgidas de una muestra, sino estimar un universo.
–¿Y entonces?
–En este caso, lo que uno espera es que la estimación recontra preliminar sea inferior a la revisada. Digo revisada, porque en el caso de las estimaciones nunca existe algo definitivo. Ironizando, Alexander Kirkland Cairncross solía decir que “Inglaterra es un país de pasado incierto, porque cada vez que se revisan las estimaciones de las cuentas nacionales hay que reescribir los libros de historia”.
–¿Por qué dice usted que en el caso de la estimación de un universo la estimación preliminar es inferior a la revisada?
–Por las dificultades prácticas propias de la confección de un censo y por la “demanda” para que se conozcan los resultados de inmediato. Perdón por la antigüedad, pero uno piensa que el día del censo algunos vehículos que trasladaron formularios desde áreas remotas no llegaron a tiempo para incluir los resultados en la primera estimación; alguna tormenta postergó la visita de los censistas a algunos barrios, etcétera. Todo lo cual se corrige con el paso del tiempo.
–Pero aquí el problema es al revés; la estimación revisada es inferior a la inicial, y por nada menos que 1,3 millones de personas. Y esto sorprende.
–Tiene razón. Entre el anterior censo, realizado en 2010, y el de 2022, la tasa de crecimiento de la población, según el anuncio inicial, era de 1,39% equivalente anual (ea), apreciablemente superior al 1,13% ea, verificado entre los censos realizados en 2001 y 2010; mientras que, partiendo siempre de 2010 pero calculando sobre la base de la nueva estimación de 2022, dicha tasa de crecimiento fue de 1,155% ea. Prácticamente igual que entre los dos censos anteriores, lo cual es congruente con todo lo que se sabe en materia demográfica, es decir, que las tasas de crecimiento poblacional se mantienen constantes o disminuyen.
–A la luz de esta información, ¿cómo el dato oficial no fue denunciado como altamente sospechoso?
–La sorpresa fue consignada, pero tampoco se trata de denunciar al Indec cada vez que una estimación oficial no coincide con las “sensaciones” que tiene el sector privado.
–¿Está usted diciendo que el episodio cuestiona la totalidad de la actual conducción del Indec?
–No tanto, pero los argentinos merecen una explicación de un hecho que, como usted dice, resultó sorprendente.
–Como dije al comienzo de esta conversación, el evento no solamente generó sorpresa, sino también suspicacias.
–Esto tiene que ver con el hecho de que la estimación de la población total, y su distribución geográfica, no persigue solamente propósitos “académicos”, porque también es utilizada para determinar el número total y la cuantía por jurisdicción de los miembros de la Cámara de Diputados, y la distribución de los recursos coparticipados.
–En la Argentina se puso la lupa en los resultados de La Matanza.
–No es para menos. Entre los censos de 2001 y 2010, en el referido municipio, la tasa de crecimiento poblacional fue de 3,9% ea, mientras que, entre 2010 y 2022, dicha tasa cayó a 0,2% ea. Todo es posible, pero hacen bien Diego Valenzuela y Martín Tetaz en poner el dedo en la llaga, tarea en la cual hace tiempo que están empeñados.
–Don David, muchas gracias.
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