Así funciona el complejo entramado que mueve millones de pesos en apuestas ilegales
La cadena incluye transferencias a través de medios digitales, influencers, “cajeros” y beneficiarios finales, cuya estrategia de tres clics logra engañar a las herramientas de detección del fisco
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Un chico de 14 años entró de urgencia a la guardia del Sanatorio Anchorena, en la Ciudad de Buenos Aires. Su familia corrió para salvarle la vida. Había intentado suicidarse. Según consta en el expediente judicial, fue después del trabajo de la asistente social que su madre entendió lo que antes no había visto: prestamistas que presionaban y deudas que en silencio se multiplicaban por apuestas sin control pesaban sobre el joven.
En la Fiscalía Especializada en Juegos de Azar de la Ciudad de Buenos Aires hay otros dos expedientes similares. No son casos aislados. Investigan denuncias que señalan a una red de apuestas ilegales, con prestamistas incluidos, que se habría infiltrado en el secundario de un conocido colegio en el barrio porteño de Núñez. Las denuncias hablan de “mis hijos y los compañeros de mis hijos”. Los fiscales estiman que se trata de “al menos 50 estudiantes”.
Sucede delante de todos y a nivel masivo. La “scaloneta” jugó de visitante y en los estadios de Colombia y Venezuela aparecieron los carteles de 1xbet. Según fuentes judiciales, no se encuentra registrada en la Argentina, a diferencia de otras empresas que están reconocidas por ARCA a nivel nacional o por organismos específicos de cada provincia. Por lo tanto, dicha casa de apuestas es ilegal. “Es una de las plataformas más grandes de las que operan acá”, describió uno de los investigadores de la Justicia. Sin embargo, nada impidió durante los partidos de la Selección que cualquier persona desde su casa y con tan sólo tres clics, le transfiera dinero sin ningún tipo de restricción.
De hecho, la Justicia realizó ese mismo ejercicio para obtener la prueba de que este sitio ilegal se encuentra activo en el país. ¿Cómo? Realizó una apuesta a través de un “agente revelador”, autorizado a hacerlo por un juzgado porteño. “Pudo registrarse en el sitio web, ingresar dinero y luego apostar. De este modo, quedó comprobada la posibilidad de realización de apuestas lúdicas desde una computadora instalada en CABA desde la plataforma AR.1XBET.COM/ES”, sostiene un documento judicial.
En consecuencia, las autoridades lograron bloquear la página, pero aun no dieron con “la pata argentina” que intervino en toda la cadena, compuesta por influencers, “cajeros” y beneficiarios finales.
El proceso de la apuesta clandestina
Un primer clic sobre el teléfono puede derivar el dinero depositado en una cuenta de un banco tradicional a una billetera virtual. Luego, el apostador entra en contacto con el “cajero”. Este brinda instrucciones sobre cómo transferir la plata. Finalmente, la cifra llega al beneficiario final. Así, desde la palma de la mano, se completan los tres pasos del juego clandestino.
“Esto se sabe, pero no se controla porque se lo denomina chiquitaje, lo cual está mal porque es como dicen: ‘mucho chiquitaje hace malevaje’”, admitió una funcionaria de ARCA que prefirió mantener su identidad en reserva. Describió que la mayoría de las transferencias por apuestas suelen encontrarse por debajo de los $1.400.000. Esto hace que las entidades financieras no estén obligadas a informar los movimientos. Como consecuencia, las alertas no se activan y la vigilancia pierde efecto. Desde agosto, este medio solicitó la opinión del fisco en reiteradas ocasiones pero no obtuvo respuesta oficial.
Las casas de juego legal y las autoridades gubernamentales contactadas por LA NACION estimaron que el negocio de la clandestinidad absorbió $700.000 millones en 2023, mientras que AFIP recaudó $9.163 millones en impuestos por juegos de azar tras retener entre el 5% y el 15% de los depósitos de apuestas, tal cual indica la ley.
Entonces, se podría determinar que el dinero jugado en los canales oficiales totalizó un flujo aproximado de $185.000 millones. Es decir, menos de la tercera parte de lo que se movió por la ruta ilegal. Este medio solicitó la opinión de las autoridades del fisco en reiteradas ocasiones durante la era Misrahi al frente de ARCA y nunca obtuvo respuesta.
Por citar un ejemplo: el Instituto de Lotería y Casino de la provincia de Buenos Aires informó que en octubre bloqueó al sitio bet71 tras considerarlo ilegal. Sus líderes fueron detenidos. “Se calcula que recaudaba unos $1.000 millones por mes”, determinaron. Según el presidente del organismo, Gonzalo Atanasof, existen al menos otros 300 sitios de apuestas ilegales.
El impacto en menores de edad
Una medida cautelar de la Fiscalía Especializada en Juegos de Azar de la Ciudad de Buenos Aires que dispuso el bloqueo de 237 sitios de apuestas ilegales determinó en septiembre: “Se corroboró que cada una de las plataformas denunciadas se encuentra activa para operar, se pueden realizar apuestas en el ámbito del país y únicamente se requiere para ello estar registrado y tener crédito para apostar, sin necesidad de validar la identidad de las personas físicas ni su edad. Esto último permite, en consecuencia, que las personas menores de edad puedan realizar apuestas”.
La fiscalía, a cargo de Juan Rozas y su secretario, Rodrigo Branca, detectó la participación de influencers, quienes promueven las apuestas en plataformas como Instagram y vinculan a los usuarios con “cajeros”. Estos intermediarios, generalmente de entre 20 y 45 años, dan instrucciones precisas sobre cómo transferir el dinero para que llegue al beneficiario final. El circuito es tan accesible que puede involucrar a menores de edad, quienes, en muchos casos, reciben fondos de sus padres sin saber que son blancos fáciles de las apuestas ilegales.
Según el Ministerio de Justicia, los menores de edad no pueden apostar. Sin embargo, las barreras que lo impiden en el universo digital son débiles. No existe una ley nacional que regule al juego online. Esto genera disparidades entre las distintas provincias por las diferencias en sus legislaciones. “El gran problema consiste en los sitios ilegales que no están sometidos a ningún control estatal haciendo publicidad por redes sociales donde incentivan a los adolescentes para que apuesten su dinero”, indicó la cartera que dirige Mariano Cúneo Libarona.
Los problemas en la detección de estos movimientos alcanzan niveles de ineficiencia a punto tal que con sólo una búsqueda de “quiero ser cajero de apuestas online” en Google es posible encontrar a los sitios que entrenan a personas para que puedan ejercer ese rol. “Hay al menos mil cajeros”, contabilizó Rozas.
La reacción del mundo financiero
El asunto ya encendió alarmas. El Banco Santander prohibió consumos relacionados con apuestas en las cuentas utilizadas por menores de edad. Y Mercado Pago restringió la posibilidad de que los más chicos puedan cobrar premios de juegos de azar en la app. Pese a eso, el negocio de la clandestinidad se esconde bajo la apariencia de comercios habilitados para engañar a los controles. “El problema es que nosotros no podemos saber si el comercio que dice que vende ropa, efectivamente vende ropa”, admitió un representante del sector fintech.
Según información interna de uno de los bancos más importantes en la Argentina, entre enero y agosto del año pasado se registraron 2.145.142 transferencias a comercios de apuestas. Esto significa que en los primeros ocho meses de 2024 se realizaron al menos 8.791 apuestas por día, 366 por hora y seis por minuto. Estos datos solamente representan lo que ocurrió en las cuentas de un banco. Es decir, representa tan solo una porción del total. Y, para sorpresa de varios, se vuelve más pequeña al considerar que más de la mitad de las apuestas se oculta en canales clandestinos.
La magnitud del problema
La recaudación de la exAFIP funcionó como la punta del iceberg para detectar al juego fuera de control. En la mira del Estado se encuentra la recaudación por impuestos a los juegos de azar. De acuerdo con cifras oficiales, hasta septiembre pasado el dinero que le entró al fisco por el tributo a los juegos de azar aumentó 151,6% interanualmente. Esto lo ubicó como el quinto que menos creció. Hasta marzo, era el segundo con menor incremento, tendencia que también se repitió hasta junio.
Estos registros chocan con la idea de “boom de apostadores”. La sospecha es que la mayor parte va para apuestas ilegales. El presidente del Instituto de Lotería y Casino de la provincia de Buenos Aires, Gonzalo Atanasof convalida esa tesis: “El 80% del juego aquí, y podría asegurar en toda la Argentina, se da de manera ilegal”.
Los puntos débiles del sistema financiero
Uno de los bancos más importantes que operan en la Argentina describió que para la institución resulta dificultoso detectar qué cuenta se utiliza para captar fondos de apuestas ilegales ya que, según analizó el departamento de fraudes, los beneficiarios finales suelen rotar de CBU. Es decir, una misma casa de apuestas posee distintas cuentas que utiliza para que un apostador le transfiera fondos a una, otro apostador a otra y así pueda engañar al sistema.
Un caso reciente en Salta ejemplifica dicha estrategia. En noviembre pasado, el Ente Regulador del Juego de Azar provincial denunció a una red de sitios online que operaba en varias provincias. En consecuencia, la Justicia inmovilizó 253 cuentas bancarias vinculadas a los acusados.
Por su parte, en Mercado Pago sostuvieron: “En los casos detectados avanzamos bloqueando el acceso a la cuenta por infringir términos y condiciones”.
Pese a eso, el gran obstáculo radica en la capacidad de detección. Según fuentes del sector financiero, los comercios de apuestas ilegales suelen “maquillar el rubro al que se dedican”. En ese sentido, fuentes de la billetera virtual afirmaron que “si un comercio realiza este tipo de actividad no declarada, es bloqueado de la plataforma y no podría procesar pagos”.
Desde una fintech indicaron que la función de control del flujo de fondos de una billetera virtual sufre limitaciones. Especificó que solo “virtualiza” el dinero de una entidad bancaria tradicional y lo transforma en una unidad transable a través de aplicaciones. Esto permite que las transferencias de montos pequeños no activen las alarmas.
Sin embargo, indicó que las alarmas pueden saltar cuando un usuario recibe muchas transferencias de montos chicos en las que el origen de los fondos “no se puede justificar”. Además, agregó otro elemento que alimenta las sospechas de los departamentos de fraudes: “Si esas transferencias las realizan menores de edad, una hipótesis recurrente es la de la apuesta ilegal”.
Por otro lado, agregó que cuando el usuario o apostador decide realizar una transferencia desde su cuenta hacia un comercio, interviene otro actor: los servicios de aceptación de pago. En la vida cotidiana se ven sus posnets, sus QRs o diferentes plataformas de pago. De este modo, explicaron desde la fintech que aquellos servicios de aceptación de pago con menos requisitos y comisiones más bajas son más propensos a ser utilizados para facilitar las apuestas ilegales.
De acuerdo con una encuesta de la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires, uno de cada cuatro estudiantes de secundario reconoció haber hecho una apuesta online al menos una vez. De ellos, el 90% admitió que utilizó billeteras virtuales. La expansión de este flagelo convive con la renovación de la exAFIP convertida en ARCA.
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