Arte dentro de la copa
La amplia variedad de bebidas que incluye las líneas premium, la presencia de prestigiosos bartenders y el entorno definen las barras más selectas de Buenos Aires
Un whisky es una bebida que se puede disfrutar en muchos bares de la ciudad. Pero cuando una medida se mezcla con jugo de arándanos, menta, limón, tónica y azúcar se transforma en un cóctel muy selecto que sólo se sirve en algunas barras porteñas.
El jefe de comercio para cuentas premium de Pernod Ricard (Absolut, Havanna Club, Chivas y Beefeater, entre otras), Joaquín Wagner, explica que hay varias variables que definen una barra de alta categoría: amplia variedad de bebidas que incluyan las mejores líneas, el diseño de la barra y de la carta en manos de reconocidos bartenders, y el ambiente en el que están.
Así como pasa con las canchas de golf o más recientemente con los sommeliers, que hacen las cartas de vino, los nombres propios también son importantes en un bar en lo que hace al diseño de la barra y la capacitación del personal que la atiende. Muchas veces los barmen dejan su leyenda con tragos de autor que a veces son propios del lugar y muchas veces los trascienden. "Los bartenders son personas curiosas y ávidas de cosas nuevas, se capacitan constantemente y viajan a buscar tendencias para traer", dice Wagner. Las dos barras del Faena Hotel (Library y Pool), la de los restaurantes To, Grand Bar Danzon, Frank’s, Puerta Uno y Oak en el Palacio Duhau son algunas de las propuestas premium que mencionó para disfrutar de un trago.
El Café Arroyo en el hotel Sofitel presenta una propuesta de alta sofisticación los jueves. El Aperitif Montmartre busca recrear en el bar del hotel el espíritu artístico y bohemio del típico barrio parisiense de Montmartre. Artistas pintando en vivo, un acordeonista tocando los clásicos franceses y un caricaturista que se pasea entre las mesas hacen que este rincón de Buenos Aires se vuelva un poco más parecido a París.
El gerente de operaciones de Sofitel Buenos Aires Arroyo, Luciano Fontana, cuenta que hay mucho público local que va en grupo o en parejas, también intelectuales, escritores, gente del barrio y algunos huéspedes del hotel. El menú de bebidas incluye una selección de vinos, maltas y armagnacs. Los cócteles se dividen entre clásicos, digestivos, tragos largos, de autor y aperitivos, entre otros. El precio de un tradicional mojito es de $ 63, mientras que uno más sofisticado con ron añejo cuesta 82.
Nicolás Beccar Varela, de Unico Bar, dice que la gente que va a este tipo de barras en general ya sabe lo que quiere y no va a probar. "Son muy importantes los recursos humanos porque a estas barras se va en busca de una experiencia. Como experiencia premium, desde Unico buscamos que la gente se divierta", comenta. Para él, no son más de diez las barras de esta categoría en la ciudad.
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