En 2019, la Argentina dejó de compartir lugar con Kuwait y Marruecos e ingresó en una lista en la que está acompañada de China y Brasil. Con la recalificación de MSCI, el país abandonó el estatus de mercado de frontera para retornar al de emergente, título que perdió en 2009 y que podría volver a perder hoy.
Así, el año pasado la Argentina se sumó a un grupo de 25 naciones, entre ellas, otras cinco latinoamericanas (Brasil, Perú, Colombia, México y Chile), y quedó abierta la puerta a potenciales inversiones millonarias provenientes de fondos de inversión. Se calculaba, por ese entonces, que ingresarían al menos US$7000 millones.
Los seis países de la región que MSCI analiza, entonces, están hoy en el grupo de emergentes. Naciones como Uruguay o Paraguay no forman parte del grupo de más de 80 analizadas porque no cumplen con requerimientos relacionados con el desarrollo de la economía y el tamaño y liquidez del mercado de capitales.
La recategorización trajo consigo una "pérdida" de liderazgo. En el grupo de mercados de frontera, hasta ahora conformado por 21 naciones, la Argentina era líder con el 19,1% de peso en el índice y cinco compañías locales entre las 10 más importantes. Grupo Financiero Galicia, Banco Macro, YPF, Pampa Energía y Telecom estaban en la lista de la decena de compañías más importantes de ese índice.
En el grupo de emergentes, en cambio, ninguna de las latinoamericanas brilla demasiado, excepto por Brasil, que representa el 7,2% del índice. La Argentina está en la categoría "otros", con un 11,6% de peso que comparte con 16 países más.
Hoy los que pesan más entre los emergentes son China (33%), Corea del Sur (13,02%), Taiwán (11,35%) e India (9,16%). A pesar de que la participación de la Argentina quedó más desdibujada en la categoría de mercado emergente, los pronósticos eran bastante más sonrientes en cuanto a flujo de capitales. En cuanto a calificaciones, a veces es mejor ser cola de león que cabeza de ratón.