Aprueban el primer espumante con “aroma y sabor” a cannabis
Es un producto mendocino que acaba de ser habilitado por el INV como “espumante compuesto”, a base de terpenos naturales, sin componentes psicoactivos; un repaso por la historia de sus hacedores, dueños de una histórica champañera argentina
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MENDOZA.- Fueron largas idas y vueltas para llegar a dar el primer paso. Así puede definirse el proceso que llevó a una tradicional champañera mendocina a lanzar el primer espumante vinculado a la cultura cannábica de toda Latinoamérica. Se trata de “Terpénica”, un vino burbujeante, de color verdoso, con un perfil aromático a la planta de marihuana, a base de terpenos naturales, sin componentes psicoactivos como el cannabidiol (CDB) y el tetrahidrocannabinol (THC), lo que permitió finalmente la autorización de los organismos nacionales competentes, por lo que estaría en el mercado en los próximos días, según indicaron a LA NACIÓN desde el Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV).
Así las cosas, los hacedores de esta bebida, Mariano Sisti y Florencia Burgoa, marido y mujer, celebran el nacimiento de su “hijo”, elaborado como “brut”, con perfiles aromáticos de seis variedades de cannabis distintos: tres Sativa y tres Índica. Las etiquetas son llamativas y elocuentes: llevan la hoja del cannabis y una copa. Ambos empresarios, son además creadores y dueños de la marca del polémico “Champannabis”, un espumante a base de marihuana, que está prohibido en el país, por lo que tuvieron que transitar momentos complicados al quedar envueltos en una denuncia por la comercialización ilegal de una imitación de ese producto en Uruguay.
“Fue una situación difícil que ya quedó atrás. Hoy, tenemos grandes expectativas, incluso para exportar. Ya son varios los interesados. De hecho, nos han llamado de Estados Unidos para producir allá, pero nosotros apostamos al país”, contó Sisti a LA NACIÓN. En tanto, Burgoa pone en valor ser los primeros de la región en avanzar con este tipo de productos. “Estamos muy sorprendidos y agradecidos, sobre todo por la apertura que han demostrado los organismos oficiales. Nunca quisimos hacer nada ilegal o torcido, por eso llevamos tantos años, y adapándonos a lo que sí se puede”, acotó Burgoa.
Burgoa es la tercera generación de una familia vitivinícola, que, a partir de 1988, se dedicó exclusivamente a la elaboración de espumantes. Su padre es enólogo y su madre fue elegida reina Nacional de la Vendimia en 1962. La bodega, denominada Piedras 202, es una antigua casona de más de 100 años, ubicada en la calle Piedras, en el reconocido distrito Chacras de Coria, en Luján de Cuyo, a 30 kilómetros de la capital mendocina. En tanto, Sisti es un referente de la cultura cannábica en tierra cuyana y desde 2005 viene experimentando con los espumantes especiales. En diálogo con este diario, los empresarios vitivinícolas dieron más detalles sobre el producto con el que ahora pretenden que argentinos y extranjeros puedan brindar desde este fin de año.
“En nuestro caso, con Terpénica, lo que se replica es el aroma del cannabis; es igual, pero no hay componentes psicoactivos, aunque químicamente es el mismo aroma, de la variedad determinada. De ahí también que el disfrute está en la percepción de los sentidos”, comentó Sisti, quien apuesta a que, en el futuro, el país puede avanzar en la legalidad de un producto a base de cannabis, algo que, por ahora, encuentra prohibiciones y resistencias. “Mendoza es muy conservadora, por eso vamos paso a paso”, acotó.
Según los especialistas, los terpenos son compuestos orgánicos naturales, con aromas pronunciados, que se encuentran en diversas plantas, por lo que no son extractos ni sintéticos. Así, al analizar la inmensa gama de terpenos, se obtiene el perfil aromático buscado, a través de técnicas de laboratorio.
“Nos encantó cómo quedó el producto. Somos los primeros en Latinoamérica en lograrlo. Hay tanta burocracia y cuesta mucho abrir las puertas. De hecho, acaba de salir un espumante similar en Europa”, comentaron los creadores.
En este caso, la champañera importa el insumo a una empresa española que también elabora, por ejemplo, los compuestos para diversas industrias y productos, como en el caso de perfumes, helados y gomitas que se consumen diariamente. “Nuestros perfiles de terpenos de cannabis son complejos aromas (saborizantes), creados a partir de terpenos orgánicos de origen natural, que tienen un perfil aromático exacto al de la extracción de terpenos de cannabis”, indica la compañía española en su página web.
Desde el INV dieron su aval al producto, al ingresar en la categoría de ”espumoso compuesto”, el cual debe contener, al menos, 86% de espumante, y el resto, agregados permitidos, dejando en claro que no incumple las normativas sanitarias y alimentarias argentinas. En este sentido, desde el organismo nacional pusieron en valor todo el proceso de la champañera con su espumoso y cómo se fueron aprobando las distintas etapas en los diferentes estamentos oficiales, principalmente la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat), el Instituto Nacional de Alimentos (Inal) y el Instituto Nacional de la Propiedad Industrial (Inpi), principalmente por el logo y la marca. Por eso, luego se avanzó en el INV, ya que se adecua a lo establecido por la Ley General de Vinos 14878, en cuanto a “velar por la genuinidad y aptitud para consumo”.
“Podrás percibir un aroma, pero que nada tiene que ver con la elaboración con cannabis, que está prohibido. Los terpenos de este producto no provienen del cannabis, es lo que dicen los informes oficiales. Se cumplen todas las condiciones y requisitos legales”, explicó a LA NACIÓN, el enólogo Luis Sentinelli, director de Relaciones Institucionales y Estadísticas del INV, entidad que acaba de dar la aprobación final al espumante, aunque solo resta el certificado de “libre circulación” para que se comercialice masivamente, el cual podría expedirse en los próximos días.
“Han sido muy inteligentes en hacer todo el proceso. Nosotros controlamos que todo esté en regla”, destacaron desde el organismo nacional, desconociendo el impacto que puede tener el producto en el mercado, aunque dejaron en claro que hay un crecimiento exponencial de los espumantes en los últimos años.
De hecho, aseguran en el INV, “hay un boom de consumo de espumosos como de espumosos compuestos”. En este sentido, ya son 134 fábricas en el país, distribuidas en 12 provincias. “El año pasado, las ventas de mercado interno y externo tuvieron un 36% de crecimiento. Es más, en lo que va de 2022, se registra un 40% de crecimiento en volumen”, agregaron en el instituto, dejando en claro que, a contramano de lo que la población cree, lo que más se incrementa son los productos burbujeantes con colores, dulces, fríos y con mezclas. “Hay nuevos momentos de consumo, sobre todo de los jóvenes, con aperitivos burbujeantes, a toda hora; incluso se hacen cada vez más tragos con champán”, explicaron.
“Es un primer paso importante en la conjunción del champán y el cannabis. Es festivo; estamos orgulloso de todo lo que vamos logrando”, concluyó Sisti.
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