Apoyo empresario tras el embate oficial. “Sin una Justicia independiente es imposible crecer”, según AEA
El presidente de la Asociación Empresaria Argentina llamó a respetar las instituciones, luego del discurso presidencial y de las críticas de Cristina Kirchner al Poder Judicial
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Por desconfianza a la exposición pública o por temor a represalias sobre sus compañías, los dueños de las empresas argentinas suelen esquivar los micrófonos. Pero siempre tienen una voz. Jaime Campos, presidente de la Asociación Empresaria Argentina (AEA), habla en nombre de los hombres más poderosos del país, entre los que están Paolo Rocca (Techint), Luis Pagani (Arcor), Carlos Miguens (Grupo Miguens), Alfredo Coto (Coto), Héctor Magnetto (Clarín), Sebastián Bagó (Laboratorios Bagó), Cristiano Rattazzi (FCA), Enrique Cristofani (Santander) y Marcos Galperín (Mercado Libre), entre otros.
Luego de una reunión de comisión directiva y con un papel con anotaciones en la mano, Campos recibe a LA NACION en el piso 22 de una torre sobre la Avenida Madero, donde están las oficinas de AEA. “Sin una Justicia independiente es imposible crecer”, sentencia, sin hacer referencia directa a los embates de Alberto Fernández en el Congreso o al contraataque de la vicepresidenta Cristina Kirchner por youtube.
Como lo hizo el Foro de Convergencia Empresarial esta semana, Campos estima que sin un consenso político la Argentina seguirá en una trampa continua, sin resolver los problemas profundos que la aquejan, estancada económicamente y sin las condiciones necesarias para invertir, crecer y frenar la generación de pobreza. Como cualquier empresario en las últimas dos décadas cuestiona los cambios en las reglas de juego, la creciente -y distorsiva- presión impositiva sobre el sector privado y el exacerbado gasto público.
Sobre la coyuntura urgente, pese a que afirman que la actividad mejoró frente al año pasado, siente necesario fijar un rumbo con un plan claro para cambiar las expectativas del sector privado. Dice que la Argentina no tiene moneda, que preocupa la inflación, pide cerrar con el Fondo Monetario Internacional (FMI) con un pacto previo entre fuerzas políticas y actores sociales, y apoya a Martín Guzmán.
- ¿Cómo están hoy las empresas argentinas?
- Hay situaciones diferentes. La situación es heterogénea, aunque está un poco mejor que el año pasado. Hay más actividad, porque la pandemia aflojó y hay más movimiento. Tendremos una recuperación y ojalá sea intensa. Pero el desarrollo tiene que responder a temas que son mucho más de fondo.
- ¿Los empresarios entienden el rumbo que marca el Gobierno?
- Ningún gobierno puede generar certidumbre absoluta. Es preciso un consenso más amplio, de toda la dirigencia política. El sector privado debe saber si el próximo gobierno va a seguir las mismas líneas. Decir esto en un período electoral puede ser inoportuno. Pero no hay que decirlo; es preciso un acuerdo sobre ciertos temas entre oficialismo y oposición para dar tranquilidad al al empresariado.
- Pero si uno escucha al Presidente en el Congreso y a algunos referentes de la oposición parece que la campaña electoral se montó nuevamente sobre la polarización, ¿qué se puede acordar así?
- El rol de una entidad empresaria es decir qué es lo que creemos que es mejor para el país. Estamos convencidos de que buscar el consenso es lo que le va a hacer bien al país. Una polarización excesiva no es buena para la Argentina. Vemos un gesto positivo del Gobierno en la creación del Consejo Económico y Social, aunque todo es perfectible.
- Pero la oposición tiene escasa representación allí
- Es bueno que se haya constituido con una persona como Gustavo Béliz, que tiene tiene pergaminos por ser un hombre que trabaja el consenso. Los que trabajan por el consenso no son valorados. Sino no vemos cómo la Argentina va a solucionar problemas de fondo, como el terrible crecimiento de la pobreza. Se requiere un plan económico aceptado, coordinado y consensuado por fuerzas políticas y sociedad civil. El rol de la política para llegar a estos consenso es clave; hay que revalorizar ese rol.
- Un programa económico de consenso, ¿incorpora al FMI? ¿es preciso cerrar esa negociación?
- Primero se necesita un acuerdo interno con los partidos y la sociedad civil. Hay que resolver problemas básicos como cómo hacemos para tener moneda. Hoy no tenemos una moneda básica respetada. También tener un Estado eficaz, profesional y que su financiamiento no genere un peso tan grande con impuestos sobre el sector privado. Tiene que haber una baja gradual de la presión tributaria y el Estado tiene que lograr equilibrio fiscal. Son pilares centrales. Sabemos que estamos en una situación de pandemia y obviamente hubo que aumentar gastos, como pasó en todos los países. Pero hay que empezar a pensar cómo balizamos el futuro. Luego, la Argentina tiene que tener la mejor relación con el mundo. Fue excelente la reestructuración de la deuda. Ahora, hay que cerrar un acuerdo con el Fondo.
-¿Qué le pareció lo que dijo el Presidente sobre el préstamo tomado por Mauricio Macri ante el FMI?
-Son temas políticos.
- ¿Preocupa la inflación y los variados diagnósticos que surgen del oficialismo sobre las causas? Guzmán habla de un tema macroeconómico, pero el Presidente cuestiona a los “especuladores”.
- La inflación es un problema macroeconómico que se resuelve con políticas macroeconómicas adecuadas. En ningún lado del mundo los empresarios son responsables de la inflación. Ya lo dijo Guzmán en la reunión con empresarios. Es un tema macroeconómico. Es muy importante el diagnóstico. Si todos lo tenemos claro, vamos a ir por el camino correcto para resolver el problema.
- Pero hay controles de precios, congelamientos y pedidos de información o imputaciones
- En los países que funcionan hay un rol de Estado y hay un ámbito propio del sector privado. Allí, respetando las normas y las leyes, las empresas tienen hay la mayor libertad posible para operar. Los controles de precios no nos parecen que sean útiles. Las intervenciones que cambian regulación de corto plazo tampoco; la dificultad para transacciones en comercio exterior o para pagar deudas, esas cosas hay que ir resolviéndolas. También la ley de competencia. No ayuda. Los cambios se hacen escuchado a las partes. Lo institucional es muy importante. Tenemos socios que encaran inversiones muy grandes con socios externos y a los que les cambian las reglas en forma drástica. Son señales muy negativas ara la inversión y no hay crecimiento de largo plazo si no crece la tasa de inversión.
- Ustedes piden bajas de impuestos, pero se prevé una reforma que parecería va en sentido contrario y hoy hay aval oficial a los gobernadores para volver a subir ingresos brutos
- Hay que hacer un trabajo serio para reducir la evasión. Y el Estado y la case política debe ir dando señales positivas de que va a ir bajando gradualmente la presión tributaria sobre el sector privado. Efectivamente, el tema de ingresos brutos es muy distorsivo. Hay que ir reduciendo eso gradualmente. Y hay que buscar mecanismos para trabajar la complejidad del sistema tributario.
- ¿Qué opina del impuesto a la riqueza?
- Se suma a los que ya existen. Tiene además una distorsión muy importante. Golpea a los que más arriesga, ya que es sobre los activos, pero sin descontar las deudas. Algunos van a tener que vender activos para pagar el impuesto. Es una muy mala señal.
- ¿Cómo lo ve a Martín Guzmán? Hoy parece tener diferencias con parte de la coalición gobernante en temas como inflación, tarifas y el acuerdo con el Fondo
- Es un interlocutor importante con el empresariado. Escucha y es muy respetuoso de los demás. Ejerce sus opiniones y las pronuncia. La idea de que hay que ir ordenando la economía, pensando en el orden macroeconómicamente, es una idea que cae bien entre los empresarios. Creemos que mantiene una orientación general correcta más allá de las restricciones que encuentra.
- ¿Cómo vio el discurso del Presidente en el Congreso y la crítica de la vicepresidenta a la Justicia?
- Nuestro estilo no es opinar sobre las declaraciones de alguien. Le asignamos una importancia a la institucionalidad. En estos días es importante reafirmar la importancia que tiene contar con una Justicia independiente. Con tres poderes independientes. Una Justicia independiente es fundamental para la sociedad civil y para las empresas y las actividades económicas. Sin Justicia independiente es imposible crecer. Hay que insistir en este punto y respetar plenamente a los titulares de cada uno de los poderes.