Antes de dejar su cargo, Tony Hayward defiende la reacción de BP al derrame
LONDRES.- Tony Hayward, el asediado presidente ejecutivo de BP PLC, no siente remordimientos sobre la forma en que el gigante petrolero británico respondió al mayor derrame de crudo en alta mar de la historia de Estados Unidos.
En la primera entrevista concedida después de haber accedido a renunciar a su puesto esta semana, el ejecutivo enfatizó que hizo todo lo posible cuando la plataforma petrolífera de BP explotó y se hundió en el Golfo de México, asumiendo la responsabilidad del accidente y desembolsando miles de millones de dólares para contener el derrame y limpiar la costa.
Al comienzo de la crisis hace tres meses, Hayward fue duramente criticado por decir que BP podía contener el derrame y prevenir un desastre ecológico. Eso, más otra serie de tropiezos e intentos fallidos por frenar el derrame, lo convirtieron en un símbolo tóxico en EE.UU.
"Me convertí en el villano por hacer lo correcto", dijo Hayward en la entrevista con The Wall Street Journal. "Pero entiendo que a la gente le resulte más fácil vilipendiar a una persona que a una compañía". Aseguró que se da cuenta de que algunos de sus comentarios, especialmente la declaración de que le gustaría recuperar su vida, fueron poco acertados.
Sobre el gobierno del presidente de EE.UU. Barack Obama, Hayward dijo que le recrimina la avalancha diaria de críticas a la que lo sometió, aunque añadió que "entiendo su frustración".
El ejecutivo dejó en claro que deseaba continuar al mando, pero que decidió que eso perjudicaría a BP en momentos en que la petrolera todavía lucha por cerrar el derrame de forma permanente, limpiar la costa del Golfo de México y restaurar su reputación.
"No quería dejar BP, porque amo la compañía", dijo el ejecutivo británico en la entrevista. "Pero por ese amor a la compañía, debo dejar BP". A principios de la semana, la firma anunció que Hayward dejaría el cargo el primero de octubre.
"En EE.UU., el camino de regreso será largo pero creo que será alcanzable cuando toda la verdad del accidente finalmente salga a la luz y el Golfo de México se haya recuperado… BP podrá recuperarse más rápido en EE.UU. sin Tony Hayward como su presidente ejecutivo", añadió.
La reacción a sus comentarios fue de escepticismo por parte de los detractores de BP. El presidente ejecutivo fue blanco de una ola de críticas en EE.UU., especialmente durante una audiencia de un día entero en el Congreso.
"Hayward debería preocuparse menos por su vindicación y más por lo que hará BP para ayudar a las familias y empresas víctimas (del derrame) en el Golfo", dijo el representante demócrata Edward Markey. "Serán necesarios años de permanente compromiso para restaurar el golfo antes de que BP vuelva a tener legitimidad para emprender un intento de revisionismo histórico".
Richard Charter, un asesor político para programas marítimos en Defenders of Wildlife, un grupo ecologista, añadió: "Nadie en su sano juicio describiría la respuesta de BP como exitosa". La Casa Blanca no quiso hacer comentarios para este artículo.
La reputación del presidente saliente parece estar en mejor forma en el Reino Unido. Tras su dramática caída en desgracia, el ejecutivo de 53 años fue recibido el miércoles con una ovación de pie durante la primera de una serie de reuniones con empleados en la sede de la compañía.
"Si siguen aplaudiendo, voy a llorar", dijo emocionado. "Tenerme a mí como imagen pública de BP se ha vuelto insostenible… fue una decisión muy difícil" acordar con la junta directiva de BP que entregaría las riendas. También le recordó a la multitud que en el accidente murieron 11 personas cuando explotó la plataforma. "Eso pone nuestros sentimientos en perspectiva".
En su oficina, adornada con fotos de su familia y varios veleros, Hayward revisó los datos provistos por una firma de encuestas sobre la reputación pública de BP. El estudio mostraba cómo la imagen de Toyota Motor Corp. se hundió rápidamente durante la crisis por los problemas de aceleración súbita y ahora se está recuperando. Los índices de popularidad de BP han ido subiendo poco a poco desde que dejó de verterse petróleo al Golfo de México en las últimas semanas. Una señal de esperanza: BP sigue por encima de Goldman Sachs Group Inc., el banco de inversión que para algunos ha pasado a simbolizar los excesos de Wall Street.
Un desastre caro
El desastre le ha costado a Hayward no sólo el cargo (pasó 30 años en la compañía) sino posiblemente también cualquier otro puesto ejecutivo en la industria petrolera. A sus 53 años, dijo que no se ha planteado demasiado qué hacer en el futuro, más allá de colaborar en la transición a su sustituto, Robert Dudley. Tras salir de BP, pasará a ocupar un puesto en la junta directiva con pocas responsabilidades directas en la filial rusa de BP, TNK-BP.
En su oficina, ha respondido a numerosas llamadas de accionistas, otros presidentes ejecutivos y funcionarios gubernamentales de todo el mundo. Una de las ventajas de renunciar después de tres meses de acoso constante por parte de las cámaras que siguen cada uno de sus movimientos, es que Hayward podrá salir de la atención pública. Aquí se ha convertido en una especie de celebridad y muchos británicos creen que ha sido injustamente castigado por el gobierno y los medios de EE.UU.
En el encuentro donde fue ovacionado por los empleados de BP, Dudley, su sustituto, no escatimó elogios. "Habla muy bien de él que Tony esté dispuesto a dimitir justo cuando las cosas empiezan a mejorar", dijo.
BP, sin embargo, tiene un largo camino por delante. Su capitalización de mercado ha caído abruptamente y su futuro en el negocio de perforación en aguas profundas en EE.UU. está en entredicho y la empresa podría tener que pagar miles de millones de dólares en indemnizaciones relacionadas al derrame.