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Cuando Andrew Michael tenía 17 años apostó por cambiar su vida gastando US$38.000 de la tarjeta de crédito de su madre... sin su permiso.
En 1997, cuando vivía con su madre en Cheltenham, en el oeste de Inglaterra, Michael vio una oportunidad de negocios.
Llevaba un tiempo queriendo crear su propia página de internet junto a un amigo de la escuela.
Michael se había dado cuenta de que muy pocas compañías de alojamiento web (aquellas que proporcionan espacio de un servidor a sus clientes) estaban destinadas a pequeñas empresas o miembros del público.
"Todas las compañías de alojamiento web en Reino Unido en ese momento buscaban atraer a empresas grandes", dice Michael, que hoy tiene 39 años.
"Pero vimos que pequeñas empresas e individuos querían algo que funcionara como un autoservicio y fuera fácil de usar".
En un mes
Así, Michael y su amigo decidieron aprovechar ese vacío en el mercado y establecieron su propia empresa de alojamiento web a la que llamaron Fasthosts.
"Teníamos las computadoras que necesitábamos en mi habitación, en la casa de mi madre, y software creado por nosotros mismos", cuenta.
"Pero lo que realmente necesitábamos era una conexión de internet rápida que, en esa época, implicaba hacer un pozo en la calle. Eso costaba US$38.000, pero no teníamos el dinero", dice.
Pensando en que no había otra opción posible, Michael usó la tarjeta de su mamá para pagar por la mejora de su servicio de internet.
El plan era promocionar el servicio y ganar suficiente dinero con ello en el primer mes para pagar la tarjeta, cuando llegara la boleta.
El plan, sorprendentemente, funcionó: "A fin de mes teníamos suficientes clientes y dinero como para pagar por la línea de internet y la publicidad", explica.
Y algo que fue muy importante: su madre lo perdonó por lo que hizo.
Fiestas exuberantes
Mientras su amigo se fue a estudiar en la universidad, Michael canceló sus planes de estudio para dedicarse por tiempo completo a Fasthosts.
Acabó vendiendo su empresa nueve años más tarde por US$78 millones.
Con 26 años, y siendo dueño del 75% de las acciones, se llevó cerca de US$60 millones.
Dos años más tarde, Michael creó una empresa de almacenamiento en la nube llamada Livedrive, que más tarde vendió por una suma que no reveló pero que se estima en decenas de millones de dólares.
Michael se hizo conocido en el mundo de los negocios no solo por el éxito de sus dos empresas, sino también por las fiestas lujosas que organizaba.
Se dice que en las celebraciones de Navidad de Fasthosts participaron bandas como Girls Aloud y Sugababes y animadores famosos.
"Me encantan las fiestas, me encanta entretener a la gente", dice. "Y yo no hago las cosas a medias".
Aburrimiento
Nacido en Chipre y educado en Reino Unido, Michael cree que heredó su pasión por los negocios y su habilidad para enfocarse en ello de su padre.
"Mi padre vino de Chipre y era un pequeño empresario", explica.
"Al igual que muchos chipriotas, abrió sitios de venta de pescado y papas y cafés. Así que parte de mi infancia era ir de una de estas tiendas a otra para recolectar el dinero recaudado y discutir ideas de negocios".
"Desde muy pequeño adquirí esa mentalidad comerciante".
En cuanto a la expansión de Fasthosts, Michael dice que estaba muy centrado en ello y que "nada más importaba".
Y si bien la venta de la empresa en 2006 lo hizo rico, también le dejó una sensación de insatisfacción.
"Recuerdo estar en la oficina cuando la plata entró en mi cuenta de banco y pensé que eso me haría muy feliz".
"Pero, de hecho, tuve una sensación de vacío cuando me di cuenta de que lo había vendido todo, de que todo se resumía en una cifra en una hoja de cálculo".
Como resultado, Michael admite que durante un tiempo se sintió aburrido: "Probablemente bebí y comí demasiado".
Comienzo difícil
Deseoso de volver a los negocios, dos años más tarde lanzó Livedrive.
Desafortunadamente, esta compañía experimentó dificultades en un inicio debido a la saturación del mercado.
"Descubrimos que había mucha gente con la misma idea al mismo tiempo, por eso solo con publicidad no funcionaba", dice.
"Fue mi primera experiencia con un potencial fracaso y estaba preocupado de que acabase siendo un hombre de un solo éxito" .
Y podría haber sido así si no hubiese sido por una noche en un pub.
"Me había hecho amigo de alguien de la tienda de electrónica Dixons, que conocí por un amigo en común en una salida", cuenta. "Y luego empezamos a trabajar con ellos".
Dixons decidió ayudar a Livedrive a desarrollar su producto y luego a incluirlo en los paquetes que vendían con sus portátiles y tabletas.
"Fue un hit", dice Michael. "Así que luego replicamos el modelo con otros minoristas. Eventualmente, la empresa se volvió más grande que Fasthosts".
Después de vender Livedrive en 2014, Michal creó Bark.com, un sitio web que permite contratar servicios profesionales locales, desde plomeros hasta profesores de guitarra, paseadores de perro o entrenadores personales.
Ambición
En opinión de Chris Green, analista de tecnología, Fasthosts es un clásico ejemplo de las innovaciones en computación surgidas "en un dormitorio", típicas en Reino Unido en los años 80 y 90.
"No solo fue un éxito instantáneo para un Andrew Michael de 17 años, sino que también simplificó para muchos el proceso de registrar dominios y el acceso a una red de alojamiento".
Por su parte, "Livedrive fue (una empresa) pionera en el almacenamiento en la nube para personas y pequeñas empresas".
De cara al futuro, Michael dice tener aún muchas ambiciones.
"Soy el tipo de persona que, cuanto más tiene, más quiere. E incluso aunque a mis dos primeros negocios les haya ido bien, no me considero tremendamente exitoso".
+ Esta nota fue publicada originalmente en BBC Mundo el 11 de febrero de 2019.
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