"Alberto no tiene que independizarse de Cristina, quizás de sus propios fantasmas o de una cierta traición de abogado que posterga y que prorroga", aseguró Andrés Malamud, analista político, y agregó que esta acción solo llevaría a un "agrietamiento dentro del Gobierno" que generaría más inestabilidad de la que ya hay hoy. Además, él supone que Cristina no está intentando controlar el Gobierno y que sólo tiene dos objetivos: la justicia y su legado.
Por lo tanto, en analista afirmó que es por esto que Alberto no debe separarse porque el Gobierno es suyo. "Yo no veo que Cristina está reteniendo ni empujándolo. El interés de ella es clarísimo. Alberto, más que hacer, deja de hacer y el kirchnerismo no le pasa factura por eso", explicó.
A la hora de pensar en qué decirle a Mauricio Macri, Malamud dijo que "Argentina necesita ex presidentes". "Moderan conflictos y realizan trabajos en el exterior, son personas de referencia y ante crisis pueden mediar. En Argentina los ex presidentes siguen en política y por lo tanto nos dejan sin capacidad de reserva para moderar en caso de conflictos", dijo y agregó que este pensamiento va más allá de las banderas políticas. "Es una función que hace falta en las democracias, y nadie la está cumpliendo", explicó.
Asimismo, aseguró que en la Argentina falta confianza en el gobierno y a la vez transparencia en este último. "Cuando no hay confianza tiene que haber transparencia, todos los procedimientos tienen que quedar a la vista porque la gente no confía en aquel que toma la decisión. Y en este caso, el Gobierno fracasó en ofrecer transparencia pensando que con la confianza alcanzaba -dijo-. No esperemos que la confianza nos salve, porque no la habrá. Por lo tanto hay que mostrar todo".
Con respecto a la "grieta" en Estados Unidos, Malamud explicó que esta se diferencia con la argentina porque es "material", en vez de argumentativa. "En Estados Unidos la base es física. A esto se le agrega que es una sociedad armada", dijo y aseguró que el peligro de la sociedad norteamericana es la violencia.
"Los problemas de Estados Unidos son más graves y más estructurales que nuestra simple, retórica y argumentativa grieta", finalizó.
-¿Cómo está viendo la vuelta a clases?
-No soy especialista en educación. Lo que te cuento es la experiencia comparada. Acá en Europa, desde el principio las escuelas fueron prioridad. Los maestros y profesores son trabajadores esenciales y desde el principio se trató de que los chicos tuvieran clases. Contención emotiva y cuestión cognitiva. Y es lo que se está tratando en este rebrote. En otoño refresca y los chicos van a clases con ventanas abiertas. En invierno va a ser un problema, pero están haciendo todo lo posible para que sea lo último que se cierre. Hay confinamientos parciales y las escuelas por ahora siguen.
-¿Por qué se busca en la Argentina dar una normalidad?
-Lo de Argentina es un poco raro porque va a contramano de la experiencia que estamos viendo en otros casos. Lo que llama la atención, o quizás no lo hace, es que la demanda partió de las instancias más bajas de la administración, desde los intendentes por sobre todo. Diego Valenzuela, de 3 de Febrero, fue uno de los primeros que propuso un proyecto estructurado de cómo volver a las clases en seguridad. Y de esto se trata, no es un descuido es manteniendo todos los protocolos. En Argentina parece que hubo un abandono, probablemente porque se esperaba que esto durase mucho menos. Da la sensación que la estrategia argentina de lucha contra la pandemia tuvo dos meses de plazo. Y si la pandemia hubiese terminado en dos meses, hubiese sido hiper exitosa. Lo que no se previó es que iba a durar mucho más y creo que va a durar más todavía de lo que están previendo. Por lo tanto, hay que planificar ya el comienzo de las clases en marzo. Este va a ser el problema, es el próximo año y no el próximo mes.
-¿Cómo esta viendo el tema de las vacunas?
-Hay dos valores que están en contraposición, aunque uno piense que van juntos: la confianza en el Gobierno, y la transparencia del mismo. Estamos viendo que en el occidente hay poca confianza en los gobiernos porque en muchos países hay grieta. Argentina está lejos de ser el único caso, pasa lo mismo en España, Brasil y Estados Unidos. Y cuando no hay confianza tiene que haber transparencia, todos los procedimientos tienen que quedar a la vista porque la gente no confía en aquel que toma la decisión. Entonces tiene que ver el proceso para darse cuenta de la validez científica. Y el Gobierno en este caso, me parece que quizás con buenas intenciones, fracasó en ofrecer transparencia pensando que con la confianza alcanzaba. No es el caso, y no es sólo un problema argentino. Hay que explicar a dóde se viaja para buscar qué vacuna, cuáles son los procedimientos, por qué los plazos, por qué no coinciden las fechas, las dosis y los números. No esperemos que la confianza nos salve, porque no la habrá. Por lo tanto hay que mostrar todo.
-Si fuese asesor de Juntos por el Cambio, ¿le diría a Mauricio Macri que siga activo presentándose en los medios de comunicación o que dé un paso al costado para dejar emerger otras figuras para 2021 y 2023?
-Si fuera asesor de Juntos por el Cambio, pero aún si no lo fuera, le diría a Mauricio Macri que la Argentina necesita expresidentes. Es un país que tiene dificultad para construir expresidentes, es una figura que en los Estados Unidos es muy prestigiosa y es muy útil. Porque los expresidentes moderan conflictos y realizan trabajos en el exterior, son personas de referencia y ante crisis pueden mediar. En Argentina los expresidentes siguen en política y por lo tanto nos dejan sin capacidad de reserva para moderar en caso de conflictos. Esto va más allá de Juntos por el Cambio y más allá del peronismo, porque le hubiera dicho lo mismo a Cristina. Es una función que hace falta en las democracias, y nadie la está cumpliendo.
En Argentina los ex presidentes siguen en política y por lo tanto nos dejan sin capacidad de reserva para moderar en caso de conflictos
-Elisa Carrió, exdiputada nacional, dijo: "Hoy empezó la noche más oscura, pero después de la oscuridad viene un tiempo muy interesante". La "noche más oscura'' tiene que ver con el fallo de la Corte, ¿qué opina al respecto?
-La filosofía y las metáforas de Lilita me exceden, pero en todo caso la metáfora de "La noche más oscura" tiene que ver con el amanecer más claro que viene más adelante. Más allá de la metáfora, los valores que ella reivindica me parecen valiosos. Templanza, prudencia, moderación, estrategia, ¿quién puede estar en contra de eso?
-Cuando vemos lo que sucedió en Estados Unidos y lo que está sucediendo, ¿por qué ese país está dividido en dos?
-A diferencia de Argentina, la grieta norteamericana tiene base material. Material significa de raza, de clase y de ubicación geográfica. La gente que vive en el campo, sectores rurales y pequeñas aldeas son más republicanos. La gente que vive en las grandes ciudades es más demócrata. Después tenemos las diferencias por minorías. En Argentina la grieta es mucho más argumentativa. Estamos enfrentados con nuestro cuñado, con nuestra prima y nos peleamos en la mesa familiar porque uno es kirchnerista y el otro, macrista. En Estados Unidos la base es física y también se manifiesta en todas las burbujas informativas. Cada uno con su canal de información, que esto en Argentina también hay, pero sigue siendo menos fuerte. Por lo tanto, se reproduce de tal manera que después se torna muy difícil de administrar. A esto se le agrega que Estados Unidos es una sociedad armada y no hay que reducir la importancia, de que anden no solamente con pistolas, sino con ametralladoras.El peligro en Estados Unidos es la violencia, tiene la misma tasa de homicidios que Argentina. Los países con el nivel de desarrollo de Estados Unidos tienen un quinto de esos homicidios. Y Argentina tiene muchos menos homicidios de la región, de hecho es el segundo que menos tiene. Estados Unidos es muy violento y Argentina poco violenta para la tasa de desarrollo en la que están. Esto significa que los problemas de Estados Unidos son más graves, son más estructurales que nuestra simple, retórica y argumentativa grieta.
-El Gobierno de Alberto Fernández tuvo una semana, en términos económicos, muy buena y mucho mejor de lo que venía. Y además coincidió con la carta de Cristina que algunos leyeron como una separación del Gobierno. ¿Cree que es el momento para que Alberto Fernández intente alguna independencia, separarse de la figura de Cristina y reafirmar que este es su Gobierno?
-Mi impresión es que hubo una coincidencia. La carta y el veranito llegaron al mismo tiempo, pero por casualidad. En esto coincido con Roberto Lavagna, cuando le manda un par de tuits al presidente para que no se separe de la vicepresidenta. Yo creo que tiene razón, por dos razones: un agrietamiento dentro del Gobierno genera inestabilidad y porque Cristina no está intentando controlar el Gobierno. Toda la información que tenemos sugiere que Cristina tiene intenciones específicas en el área judicial y tiene la tentación de dejar el legado, un sucesor. Lo que se haga mientras tanto tiene que ver con esas dos cosas: que miran para atrás, justicia, y para adelante, sucesión. Mientras tanto el Gobierno es de Alberto Fernández, él no precisa independizarse de Cristina. Quizás precisa independizarse de sus propios fantasmas o de una cierta traición de abogado que posterga y que prorroga. En este caso lo que falta es tomar decisiones un poco más rápido, pero el puede decir: "esta semana salió todo bien, déjenme con mis tiempos que las cosas van saliendo".
-Dijo que el principal problema de Alberto era el mismo, no Cristina. ¿Por qué?
-Porque yo no veo que Cristina está reteniendo ni empujándolo. El interés de ella es clarísimo, y ella lo deja claro. La justicia y el legado, todo lo demás es de él. Cuando él propone la expropiación de Vincentín y no sale, él la retira y el kirchnerismo no le hace lío. Pasa lo mismo con el presupuesto, con todos los proyectos que va sacando y poniendo, inclusive en el proyecto del impuesto a las fortunas extraordinarias, que no queda claro qué pasa. Lo mismo con la cuestión del aborto, que tenía el compromiso de algunos sectores muy militantes. Alberto, más que hacer, deja de hacer y el kirchnerismo no le pasa factura por eso.
El interés de ella es clarísimo, y ella lo deja claro. La justicia y el legado, todo lo demás es de él
-¿Hay mayor tolerancia cuando un líder como Alberto Fernández le dice a su militancia que no? ¿Qué pasaría si este fuera otro escenario político?
-Yo creo que él es más ambiguo que eso. Lo escuché entrevistado por María O'Donnell, y cuando le preguntaba si este año iba a mandar el proyecto, él le contestaba: "Yo me comprometí y cuando me comprometo cumplo". María le repreguntó si entonces lo iba a mandar y él decía: "Estamos trabajando en eso". Él tiene el cuidado de no decir que no, pero tampoco lo manda. Lo que está haciendo ahora con los intendentes de la Provincia de Buenos Aires va en el mismo camino. En la Provincia de Buenos Aires hay una inhibición, un límite a la reelección. En 2023 la mayor parte de los intendentes no puede ser reelecto, se reunieron con él y les dijo que deben ser reelectos. No depende de él, es una ley provincial. Él no paga costos por decirlo, lo que hace es amansarlos. Me impresión es que va amansando a todos sin mandar las cosas que todos le piden, por ahora va durando porque la pandemia es una buena excusa. La cuestión es cuanto más dura. Basado en el veranito, él puede decir: "¿ven que las cosas van saliendo? Paciencia, templanza y estrategia".
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