Analizan mejorarles el tipo de cambio a los extranjeros que paguen consumos locales con tarjetas
Sería a través de un reintegro automático de impuestos a turistas para gastos cancelados con plásticos; el objetivo es fomentar el mercado oficial de divisas
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Ante el inminente inicio de una progresiva regularización del turismo internacional, que trae consigo el peligro de fomentar una balanza fuertemente deficitaria, el Gobierno comenzó a estudiar la posibilidad de fomentar los pagos con tarjetas de crédito entre los turistas extranjeros que lleguen al país.
La idea -apenas en ciernes- es mejorarles por esta vía el tipo de cambio efectivo que se le reconozca, para alentarlos a que los dólares con que cancelen consumos locales ingresen al mercado oficial de cambios, mediante una devolución de impuestos (básicamente el IVA) que alcanzaría sólo a las compras pactadas por esta vía.
El objetivo final es evitar que el saldo en divisas de la balanza turística (que fue negativo casi todos los años desde 2006, cuando comenzó a relevarse con la metodología vigente), vuelva a ser fuertemente deficitario: alcanzó un tope de US$8700 millones en 2017 y superó los US$4800 millones en 2019, pese a la fuerte devaluación del peso.
De hecho, en el año en curso y hasta el mes pasado salieron del país 322.000 residentes e ingresaron apenas 75.000 extranjeros, aunque son cifras fuertemente afectadas por el recorte aplicados a los vuelos en medio de la pandemia.
La estimación oficial es que un recurso de este tipo (que mejoraría hoy de $98,8 a $119,50 el cambio efectivo) serviría para atraer el turismo internacional, mientras tendría efecto para el turismo regional (de países limítrofes), ya que con visitantes muchos más inclinados a venir con divisas y manejarse en efectivo para extraerle la mayor diferencia posible o, incluso, con topes o penalizaciones para realizar consumos con tarjetas en el exterior.
“No es una apuesta para el turismo de frontera: está pensada para el turista de países centrales muy acostumbrado a cancelar pagos con tarjetas. De allí que sólo sería un beneficio acotado para pagos con tarjetas emitidas fuera de Argentina, alejado de la tradicional devolución de impuestos por presentación de tickets a la Aduana”, explicaron fuentes oficiales.
Las asimetrías que presenta el mercado cambiario local -entre otras cosas- hace que la Argentina se haya “encarecido” fuertemente en dólares para los extranjeros del primer mundo, más acostumbrados a operar al tipo de cambio oficial, lo cual desalienta su llegada.
En contraposición, una brecha con el dólar paralelo que se amplió al 80% es un imán para los visitantes de países limítrofes, que se manejan con efectivo y hacen valer sus divisas o -si las cambian por pesos- lo hace al valor del blue.
“Para alentar el uso de canales legales en lo cambiario e impositivo es necesario contemplar el eventual impacto de la actual brecha cambiaria, que está en el orden del 85%, sobre la dinámica de los potenciales visitantes al país a medida que los flujos fronterizos se normalicen”, propone el economista Jorge Vasconcelos, de Fundación Mediterránea.
Informe de Coyuntura: Las señales de precios son un GPS clave para la economía, pero el rumbo se pierde por la interferencia de cepos y controleshttps://t.co/7AaZUt2BEA#Argentina #Economía #Precios #Cepo #Control #Rumbo #Tarifas #Políticas #Inflación #Datosabiertos #Gobiernos pic.twitter.com/FtNL9iejNg
— Fundación Mediterránea (@FMediterranea) October 21, 2021
Vasconcelos analizó la experiencia del cepo 2012/15 y concluyó que mientras los visitantes de países limítrofes “aprovechan” la brecha cambiaria, canalizando sus divisas a través del blue, ésta desalienta a los turistas que llegan del resto del mundo, que utilizan predominantemente tarjetas como medio de pago.
“En las actuales condiciones existe el riesgo de repetir un flujo por debajo del potencial en viajeros del resto del mundo, tal como ocurrió entonces, que son por definición los que realizan estadías más prolongadas en el país. Y es porque, bajo las reglas cambiarias actuales vinculadas a la liquidación de las tarjetas de crédito/débito, muestran evidentes asimetrías que desalientan los consumos con estos medios de pago”, alerta.
El economista cree posible conseguir un “equilibrio entre el flujo de divisas ingresado por canales legales y la salida de dólares producida por el ítem ‘Viajes, turismo y tarjetas´ del balance de pagos generando un dólar tarjeta separado del dólar ahorro que sirva para canalizar las operaciones del turismo receptivo y emisivo y tenga por referencia, por ejemplo, el dólar Contado con Liquidación (CCL)”.
Pero en el Gobierno juzgan por ahora más adecuado generar una diferenciación impositiva que no obligue a revisar el esquema cambiario ni quitar los recargos impositivos que buscan desalentar la demanda de divisas para el pago de consumos.
Por lo pronto, del análisis primario en el seno del gabinete económico surgió la idea de avanzar con alguna propuesta en este sentido en virtud de la progresiva normalización que se espera del turismo internacional en los próximos meses. En especial porque imaginan al costo fiscal de la medida “acotado”.
“El turismo regional y, en especial, el de frontera, por idiosincrasia seguirá manejándose con efectivo, un aporte que esperamos ayude a descomprimir el mercado del dólar paralelo. Pero hay que generar algún mecanismo para que el turismo del resto del mundo canalice sus operaciones por el mercado cambiario oficial”, confió una fuente oficial, consciente del peso que la balanza turística suele tener en la cuenta cambiaria de servicios y de la presión extra que esto podría generar sobre la endeble posición de reservas del Banco Central (BCRA).