Analistas prevén que los defaults de empresas del agro afecten el crédito
Proyectan algo de desconfianza para el mercado de pagarés y que haya más empresas del sector en una situación similar; errores de cálculo por la acumulación de stock
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Después de la sorpresa que generó que tres empresas del agro no pudieran hacer frente a distintos vencimientos de pagarés bursátiles, analistas consultados dijeron que esto generará cierto nivel de desconfianza en el sistema financiero sobre todo con compañías del sector, lo que perjudicaría a firmas con capital y condiciones para buscar financiamiento. Otros expertos dicen que también podría haber problemas en la cadena de pagos que afecten a productores en épocas de márgenes estrechos y con la continuidad de las retenciones.
Según Salvador Vitelli, head of research de Romano Group, más allá de si las empresas en cuestión se sobreendeudaron y luego quedaron sobrestockeadas, el resultado es que “el mercado de crédito se va a poner un poco más áspero”. “Se va a hacer un poco más difícil rollear [renovar] vencimientos porque, en definitiva, esto puede llegar a afectar a toda la cadena de pagos; no hay que verlo como un hecho aislado. Que grandes empresas de insumos y acopio estén así de complicadas no va a afectar solamente a esos grupos empresarios, sino también a los productores que no van a poder pagar otros compromisos. El sector viene complicado, pero en lo financiero me parece que se va a poner un poco más complicado. Todo el mercado de pagarés me parece que va a estar más complicado”, juzgó.
En tanto, el analista económico y de mercados Salvador Di Stefano dijo que el problema de los defaults es de los proveedores y no de los productores, que son los que enfrentan una gran presión tributaria y piden que se terminen las retenciones. “Acá hubo una decisión equivocada de empresas que se stockearon antes de las elecciones y compraron caro, y las consecuencias son que los inversores van a prestar menos y a más corto plazo. Evidentemente como siempre el mercado va a reducir su exposición al riesgo, lo que agrava la situación del sector. Esto no ocurrió con otros sectores, como los supermercados, porque el grado de apalancamiento era inferior al del campo, que además sufrió una sequía”, explicó.
Según Di Stefano, es probable que algunas empresas entren en convocatoria de acreedores y renegocien su deuda. “Faltan 90 días y 90 noches, como dice Sabina, para llegar a la campaña: levantás la cosecha y esto se resuelve. El tema es quién te va a financiar los 90 días y las 90 noches”, agregó.
En el mismo sentido, el economista y ex-CEO para Latinoamérica de Syngenta Antonio Aracre anticipa que va a haber cierto nivel de desconfianza en el sistema financiero para ver a quién se le presta y a quién no. “Pagarán justos por pecadores, aunque habrá que ver hasta dónde baja la espuma. Creo que esto será siempre dentro del sector. Puede tocarle al que venda maquinaria o al que exporte granos, o a una cooperativa que interactúa con estas empresas satélite. No veo que tenga incidencia en el mercado de alimentos, acero o construcción”, opinó.
Por otro lado, el exfuncionario criticó también prácticas del mercado de pagarés. “Durante 2022 y 2023, como no se podían comprar dólares por la brecha del 200 por ciento, la gente prestaba pesos hasta con tasa negativa con tal de que le devolvieran dólares. Pero había poco trabajo de análisis crediticio. Es decir, no se miraba el flujo de las empresas o si tenían un patrimonio que los respaldara”, señaló, y vaticinó que iban a caer algunas empresas más.
Complicadas
Guillermo Barbero, socio de First Capital Group, dice que los pagarés bursátiles, como todos los instrumentos de oferta pública, están regulados por la Comisión Nacional de Valores, que dictamina la forma en la cual se tienen que emitir los papeles. “En el caso de los pagarés bursátiles, son deuda de las compañías que se emite en el mercado de capitales y se compra por inversores comunes. Al momento de efectuar la emisión, la empresa tiene que hacer una serie de declaraciones, como por ejemplo ¿quiénes son las autoridades de la empresa?, ¿cómo está constituido su balance y su patrimonio?, ¿para qué va a destinar los fondos que recibe?, ¿cómo está su negocio? Entonces, los inversores deciden o no comprar esos instrumentos”, detalló.
“Evidentemente –agregó–, ahora los inversores van a tomar más precauciones al hacer rollover de la deuda, al renovar nuevos pagarés que se van a ir emitiendo para cancelar los anteriores, y se va a separar un poco la paja del trigo. El inversor va a revisar las condiciones en las cuales está la compañía que solicita endeudamiento. La parte negativa es que varias compañías, que son solventes pero pueden estar en alguna situación de iliquidez transitoria por la estacionalidad o por la circunstancia que pasa su negocio, pueden tener dificultades para renovar su deuda. Pero lo bueno es que en este momento el mercado bancario de crédito está disponible. Entonces, las compañías que tengan buen crédito, buenos números, van a poder acceder al mercado bancario para cubrir estos baches. No podemos pensar que les va a pasar a todos lo mismo en todos los vencimientos. Esto va a ser caso por caso”.