Analistas opinan que imponer aranceles a la importación de bienes y servicios subirá la inflación
Se trata de una de las medidas que analiza Economía para evitar la devaluación, pero, segun algunos economistas, podría ser contraproducente, porque afectaría la actividad y haría subir los precios
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La posible imposición de aranceles de importación a bienes y servicios, uno de los malabares que analiza el ministro de Economía, Sergio Massa, para evitar la devaluación que le exige el Fondo Monetario Internacional (FMI), no solo puede tener sus costos en materia de actividad y de mayor inflación, sino que puede ser imposible de aplicar según las limitaciones que imponen el Mercosur y la Organización Mundial de Comercio (OMC), según analistas consultados.
La discusión de esta medida en el Palacio de Hacienda se da además en un contexto en el que las SIRA (el sistema oficial para autorizar o no importaciones) ya están causando problemas en la producción y en la previa de una semana que será clave, por los pagos que deben hacerse al FMI y por la definición de las listas de candidatos para las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO).
El economista Gabriel Caamaño, de Estudio Ledesma, comentó que hay que ver qué bienes y servicios serán alcanzados por este arancel y cómo se implementa, pero, en principio, siempre que se encarecen las importaciones lo que se termina haciendo es cerrar más la economía. “Se encarece el costo de vida y los insumos de los sectores que producen bienes exportables. Menos importaciones o importaciones más caras, deriva en menores exportaciones”, afirmó.
Según Caamaño, con el argumento de querer cuidar los dólares lo único que se está provocando es que haya menos dólares. “Eso, en el corto y el largo plazo, hace que a la economía le cueste más crecer. Una economía cada vez más cerrada se vuelve cada vez más volátil en términos de actividad. En definitiva, esto acarrea menos importaciones, menos exportaciones y menos crecimiento vinculado a los sectores transables”, opinó el economista.
El economista Camilo Tiscornia, director de C&T Asesores Económicos, señaló que poner aranceles a la importación de bienes y servicios es una forma de devaluar. “Es como fijar un tipo de cambio nuevo, más alto, para lo que son las importaciones. Obviamente, tiene un efecto inflacionario, porque lo importado va a ser más caro, al tiempo que se da más protección a los que compiten con esos productos de afuera”, indicó el especialista.
Asimismo, Tiscornia advirtió que otra cuestión con la que hay que tener cuidado es con el hecho de que la Argentina, como parte del Mercosur, tiene un arancel externo común con los países socios del bloque. “Si bien debe haber algún tipo de flexibilidad, no se puede hacer cualquier cosa discrecionalmente con ese tema. En definitiva, creo que es una medida complicada de instrumentar y que no aporta absolutamente nada”, analizó el economista.
Matías Wilson, economista Jefe de la Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC) , dijo que todas las medidas tomadas sobre la importación van a estar todas dirigidas a mitigar el impacto de la sequía. “Cuando se caen las exportaciones, las importaciones se financian a través de deuda o de inversión extranjera directa, dos cosas que hoy no están bien en la Argentina. Parcialmente, se está cubriendo con el swap con China, pero eso no va a alcanzar”, analizó el especialista.
Wilson agregó que un hipotético arancelamiento de las importaciones de bienes y servicios implica un aumento del precio de aquello a lo que se le fijó el arancel. “Si efectivamente se tomara esta medida, se estaría ajustando la importación por precios, que tendría un efecto más o menos igual al de una devaluación. Lo que pasa es que, en este sentido, tanto la devaluación como la fijación de aranceles es recesivo. Hay que asumir que hay un faltante de US$22.000 millones menos de exportaciones debido a la sequía y que, al no poder cubrirlo con deuda, el impacto en la actividad es inevitable”, concluyó el economista.
Por su parte, el economista Aldo Abram, director de la Fundación Libertad & Progreso, dijo que ante esta posible medida lo que hay que preguntarse es qué impacto tendrá en la economía y, fundamentalmente, en los precios. “Esto tiende a hacer que todo aquello a lo cual se le subió los aranceles pase a ser más caro para los argentinos. En realidad, un arancel es un subsidio que va del bolsillo del consumidor al bolsillo del que recibió ese privilegio. Así que hay una pérdida fundamentalmente de bienestar económico de los consumidores para que ganen los empresarios protegidos”, remarcó el especialista.
Pero además habría dificultades para aplicar esta imposición de aranceles, puesto que, en línea con la apreciación de Tiscornia, Marcelo Elizondo, especialista en negocios internacionales, subrayó que la política arancelaria del Mercosur es común. “Por lo tanto, no se pueden poner ni quitar aranceles unilateralmente. ¿Qué se podría? Hacerlo para todos los miembros, pero eso requiere un acuerdo, o pedir un permiso como excepción, pero eso requiere una autorización dentro del bloque”, explicó el analista.
Eso no es todo. Elizondo afirmó que los servicios no pueden tener aranceles, debido a lo que ya se acordó hace muchos años en la OMC, de la cual la Argentina es parte.
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