Amazon da otro salto en su ambiciónde controlar toda la cadena logística
Un reciente jueves por la mañana, una brigada de furgonetas llegó a un depósito cerca del Aeropuerto Internacional de Los Ángeles. Trabajadores con chalecos verdes brillantes cargaron unos 150 paquetes de Amazon.com en cada vehículo antes de que la flota partiera hacia los domicilios de los compradores.
No eran empleados de United Parcel Service Inc., FedEx Corp. o el Servicio Postal de Estados Unidos, que llevan años entregando los productos del gigante del comercio electrónico, sino que era una operación de la propia Amazon, que está allanando el camino para establecer su propio negocio de envíos en un audaz desafío a los gigantes del sector.
Incursionar en este rubro es, según comentarios públicos de ejecutivos de Amazon, una forma lógica de añadir capacidad de entregas, en particular durante la ajetreada temporada navideña. Sin embargo, entrevistas con cerca de dos decenas de actuales y ex gerentes de Amazon y socios de negocios indican que la empresa tiene ambiciones más grandes de lo que ha reconocido en público.
El objetivo de Amazon, dicen estas personas, es transportar y entregar paquetes también para otros minoristas y consumidores. Algunos ejecutivos llaman la iniciativa “Consumir la ciudad”, en línea con sus planes construir una extensa red de entregas que pueda con el tiempo competir con las de socios como UPS, según fuentes al tanto.
Los ejecutivos de las empresas de envíos, así como analistas y expertos en logística, dicen que sería difícil y costoso desarrollar una red que compita con las de los gigantes estadounidenses del sector, especialmente después del fallido intento de miles de millones de dólares de DHL Express, de Deutsche Post AG, en la década previa.
FedEx, con sede en Memphis, afirma que gasta más de US$5.000 millones al año en expansiones y mejoras. UPS, por su parte, invierte una cifra superior a US$2.500 millones. Las dos empresas tienen en total cerca de 4.000 centros de distribución y otras instalaciones en todo el mundo para procesar decenas de millones de paquetes al día. Combinadas, operan más de 1.000 aviones y 200.000 vehículos.
“El nivel de inversión en instalaciones, clasificación, aviones, vehículos, personal para reproducir el servicio que proveemos, o que provee nuestro principal competidor, es simplemente abrumador, y francamente, en nuestra opinión, irrealista”, sostiene el presidente ejecutivo de FedEx, Alan Graf. “Hemos estado 40 años en esto”.
UPS, con sede en Atlanta, ha restado importancia a una amenaza competitiva. En una teleconferencia con analistas, su director comercial, Alan Gershenhorn, dijo que la red de UPS sería “muy difícil de igualar”.
En un email, un vocero de Amazon dijo: “Estamos muy contentos de contar con la capacidad de entregas que nuestros socios transportistas pueden proveer. Ofrecen un servicio de alta calidad y nuestros esfuerzos de entregas son necesarios para complementar esa capacidad en lugar de reemplazarla”.
Dentro de la empresa, los ejecutivos describen, en las palabras de un alto cargo, cómo Amazon “está construyendo una red de logística y transporte de servicio completo efectivamente desde cero”.
Su incursión en el sector de envíos es un reflejo de la voluntad de las poderosas empresas tecnológicas de hacer frente a las restricciones tradicionales de los negocios y saltar a nuevos rubros.
Amazon, que comenzó como un vendedor de libros por internet, ha ganado credibilidad como productor de series de TV y películas. Amazon Web Services, que provee servidores de datos en la nueva a grandes empresas, es una división de rápido crecimiento, con al menos US$10.000 millones en ventas previstas para este año.
Ahora, el escenario está listo para que Amazon vaya contra los socios que la han ayudado a lograr gran parte de su éxito. Los costos de envíos como porcentaje de las ventas han estado al alza desde 2009. Amazon gastó el año pasado US$11.500 millones en envíos, o 10,8% de su facturación, comparado con 7,5% en 2010. Sus ingresos totales en 2015 fueron de US$107.000 millones.
Podría ahorrar US$1.100 millones al año si dejara de usar UPS y FedEx, según analistas de Citigroup Inc. Mantener los paquetes bajo su control en trayectos un poco más largos podría ahorrarle alrededor de US$3 o más en una entrega típica, según analistas. El costo promedio de enviar un paquete por UPS o FedEx es de US$7,81, calculan.
Actualmente, Amazon entrega sus paquetes en EE.UU. desde 70 instalaciones en 21 estados, la mayoría de estas construidas en los últimos dos años, según datos de la consultora de cadena de suministro MWPVL International Inc. Hoy, 44% de la población estadounidense está dentro de un radio de 32 kilómetros de una instalación de Amazon, frente a 5% en 2010, según el banco de inversión Piper Jaffray.
Todo esto ayuda a explicar por qué Amazon quiere un mayor control de su cadena de envíos, desde las fábricas en China a los centros de distribución. Espera ofrecer más horarios de entrega, dicen fuentes al tanto. El costo de un sistema así es difícil de estimar.
Amazon ha contratado a decenas de ejecutivos de UPS y FedEx, así como a cientos de empleados de la primera en los últimos años, según fuentes. También está comprando camiones de carga de larga distancia, desarrollando drones y considerando el transporte marítimo. En agosto, presentó el primero de una flota de 40 aviones Boeing 767300 que alquila para su servicio Prime Air.
Una red de logística completa podría darle a Amazon una porción del mercado mundial de entregas que, según la firma de servicios financieros Robert W. Baird, genera cerca de US$400.000 millones en ingresos anuales. Sin embargo, también dañaría su relación con UPS y FedEx.
Amazon ya ha dejado de emplear empresas de envíos más pequeñas y está enfocada en resolver el problema del tramo final de la entrega, que es el más costoso. Para que este tramo sea rentable, según expertos en logística, las empresas necesitan hacer viajes más cortos y repartir más paquetes por parada. Amazon aún no realiza suficientes entregas para alcanzar ese umbral.
La empresa lleva a cabo pruebas en ciudades grandes como Los Ángeles, Chicago y Miami, donde hay una alta densidad de miembros de su programa de entregas ilimitadas Prime, que cuesta US$99 al año. Amazon está realizando algunos envíos utilizando sólo camiones e infraestructura bajo su control, dicen personas al tanto.
La compañía de comercio electrónico también ha empezado a distribuir cajas y materiales para empaquetar a un pequeño grupo de clientes de Los Ángeles para que estos, a su vez, puedan utilizar Amazon como servicio de entregas, según las fuentes. La prueba ayuda a que los camiones de Amazon no vuelvan vacíos a los depósitos y brinda a los clientes más incentivos para que sigan comprando en su sitio.
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