Alimentos: el Gobierno exige información de costos a empresas para frenar aumentos de precios
La inflación, según datos privados y públicos, volvió a subir con fuerza en febrero
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La encargada del reto -no hostil- fue la secretaria de Comercio Interior, Paula Español. Frente a cerca de 60 empresarios -productores de insumos y de bienes finales- vinculados a la cadena alimentaria, la funcionaria se quejó de que los proveedores de la industria habían subido sus precios entre 40% y 50% el año pasado, bien por encima de la inflación, pero también de la variación del dólar comercial.
En medio de un significativo incremento de precios de los alimentos en los últimos meses, la segunda reunión del Gobierno con la cadena alimentaria cerró con un pedido oficial a esas empresas para que den más información que justifique esos aumentos. El sector privado lo vinculó frente al oficialismo con la baja oferta por la pandemia, la mayor demanda de China y su efecto en los precios internacionales, y por la importante brecha que se generó en septiembre pasado entre el dólar comercial y la cotización blue.
La decisión oficial -el pedido de información- no conformó a los industriales que elaboran alimentos, ya que si bien el Gobierno terminó admitiendo que sus costos -por los insumos- subieron más que los precios en las góndolas en 2020, se llevaron la idea de que no habrá mucho lugar para recomponer precios -y su rentabilidad- en un año electoral luego de meses de Precios Máximos (el programa oficial que congeló los valores al 6 de marzo pasado). “Mejor que nos digan que no nos van a dejar subir los precios. Esto parece un grupo de autoayuda”, se quejó uno de los presentes.
Estuvieron el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, y sus pares de Trabajo, Claudio Moroni, y de Agricultura, Luis Basterra; la titular de la AFIP, Mercedes Marcó del Pont; el vicepresidente del BCRA, Sergio Woyecheszen; la vicejefa de Gabinete, Cecilia Todesca; Paula Español, y los secretarios de Política Económica, Fernando Morra; de Agricultura, Ganadería y Pesca, Jorge Solmi, y de Alimentos, Bioeconomía y Desarrollo Regional, Marcelo Alos, según informó el Gobierno.
Fueron Español y la vicejefa de Gabinete, Cecilia Todesca, quienes hablaron justamente de los congelamientos de precios del año pasado (que tuvieron dos ventanas de aumentos generalizados por debajo de la suba de costos). Dijeron que era necesario converger a un punto de acuerdo para que las empresas de consumo masivo recuperen algo de rentabilidad perdida el año pasado. Eso entusiasmó a algunos que recordaron a Martín Guzmán y su proyección de 29% de inflación, y que creen que en base a ese techo, el Gobierno avalaría un porcentaje de aumento. Guzmán ya dijo que el dólar oficial tendería a una leve apreciación. Sin embargo, algunos ayer alertaron por la suba de tarifas a comercios e industrias.
Pedido de los proveedores
Diego Cifarelli, presidente de la Federación Argentina de la Industria Molinera (FAIM) e integrante de la Mesa del Trigo en el Consejo Agroindustrial Argentino, dijo a LA NACION que, “más allá de que haya que aumentar, solicitamos que sea de manera gradual, porque ya estamos complicados (la industria molinera tiene precios controlados por Comercio) y si seguimos agregando costos vamos a estar peor”.
En el mercado los empresarios vinculados a los fertilizantes estiman que las causas de las subas tuvieron que ver particularmente con restricciones de oferta frente a una gran demanda de Estados Unidos y compras estacionales para la zafra en Brasil. Los productores de agroquímicos, particularmente de glifosato, aclararon que la incidencia de sus precios en los valores finales de un litro de leche, un kilo de pan o en la carne son insignificantes. En el pan llega apenas al 1% del precio final.
Días atrás, en el Gobierno, un miembro del equipo económico dijo a LA NACION que una posible autorización oficial de aumentos de valores dentro de Precios Máximos sería muy lenta y selectiva.
En la cartera que dirige Matías Kulfas, donde se llevó a cabo la reunión entre empresarios y miembros del equipo económico, dijeron que la información de las empresas privadas comenzará a fluir desde mañana mismo. Algunos cuestionaban también esa decisión y la describían como una maniobra puramente dilatoria. “El Gobierno ya tiene toda esa información”, criticó un empresario.
“Van a trabajar sobre los costos sin permitir subas o quizás aumentando en base a la suba de los insumos durante este año. Pero los que heredan problemas de rentabilidad en 2020 se joroban. Todos los costos subieron sin control alguno el año pasado, mientras que los precios en la góndola se mantuvieron congelados. Ahora hay que mandar el excel completito”, se quejó otro de los presentes.
La visión del Gobierno es otra. Pese a las autorizaciones de aumentos en Precios Máximos el año pasado, de 4,5% y 3% promedio, la suba de valores en góndola, según el Indec, fue de 23%. Quienes controlan los precios aseguran que hubo aumentos por afuera de las autorizaciones oficiales en superficies con poco control gubernamental o a través de diversas estrategias como lanzamientos de nuevos productos.
“Frente al desfasaje creado en el sector alimentos con respecto a la inflación 2020 y el impacto de los costos de los insumos y la logística se empezó a trabajar hoy con los insumos no alimenticios”, afirmó a LA NACION Daniel Funes de Rioja, presidente de Copal (coordinadora que aglutina a las alimenticias). En Copal creen que deberán existir “mecanismos compensatorios” este año para mejorar la rentabilidad.
La inflación se acelera
La inflación fue de 4% en enero, aunque los alimentos subieron más: 4,8%. En doce meses acumularon un alza de 42,3%. Para la consultora de C&T Asesores Económicos, la suba de precios en febrero fue de 3,5%, pero los alimentos habrían subido 5,4%. En la Ciudad de Buenos Aires, donde se cocinan las estadísticas porteñas, anticipan que Alimentos tuvo el mes pasado un alza mayor al 4%.
“Nuestro gobierno cuida y seguirá cuidando la mesa de las familias argentinas. No es posible que como sociedad caigamos una y otra vez en el viejo sistema donde algunos amasan fortunas especulando con los precios y los consumidores retroceden en su capacidad de comprar”, dijo en el Congreso el presidente Alberto Fernández, pese a que el ministro Guzmán volvió a señalar que la inflación es un problema macroeconómico. En Casa Rosada hay dos prioridades en un año electoral. La primera es la vacuna. La segunda, los precios de los alimentos.
Con la colaboración de Fernando Bertello
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