El exministro de Hacienda Alfondo Prat-Gay estuvo con LANACION PM, analizó el caso de Vicentin y dijo que le cuesta pensarlo como una excepción, sino que para él "hay otra intención detrás". Además, criticó que el actual ministro Martín Guzmán no haya participado en la reunión de la cerealera con el Gobierno, y dijo que es "un ministro de deuda".
El caso Vicentin
Alberto Fernández se refirió a la polémica en torno a Vicentin, y dijo: "La expropiación es la herramienta, no hay otro modo". Ante los dichos del mandatario, y en diálogo con el programa de LN+, Prat-Gay explicó: "Confirmó la intención, porque esto (la expropiación) es algo que se tiene que aprobar en el Congreso y no sabemos todavía si va a tener los votos para hacerlo. Yo diría que, con los argumentos que ofreció hasta ahora, no son tan altas las chances".
Para él, "no es muy claro cuál es el objetivo del Gobierno" con esta maniobra. "Dicen que quieren rescatar a la empresa, pero la empresa no necesita que la rescate el Gobierno, sino que necesita organizar su situación con los acreedores para volver a funcionar de la mejor manera posible".
Y fue más allá: "Creo que el Gobierno tuvo que dar un paso atrás con la intervención, que era claramente inconstitucional, y esto demuestra que es un Gobierno que está tan tapado por la cuarentena, que en cuanto intenta meterse en otros temas, incluso temas que debiera manejar bien, no lo sabe hacer".
Tal como consideró "evidentemente hay otra intención detrás". "La 'soberanía alimentaria' no existe como concepto porque no es que la Argentina tenga un problema de alimentos como tienen otros países que no los producen", comenzó argumentando. Y siguió: "Yo creo que la intención la manifestaron, en su momento, el Presidente y el ministro de Producción cuando dijeron que necesitan tener una empresa que sea testigo en el mercado de divisas y en el mercado agropecuario".
Según el exfuncionario de Cambiemos esto remite al conflicto que tuvo el gobierno de Cristina Kirchner con el campo por la 125. "Esto es un objetivo que el kirchnerismo persigue desde el 2008 y que casi le costó, en su momento, el gobierno", dijo Prat-Gay. "El ahora Presidente contó que el matrimonio Kirchner estuvo a punto de irse frente a aquellas manifestaciones, pero es un objetivo que se ve que tienen muy presente".
El economista recordó también que, a principio de año, el dirigente Juan Grabois "mencionó con nombre y apellido a la empresa Vicentin y que había que expropiarla". Y agregó: "Es muy paradójico porque es la única empresa de capital nacional que compite contra las grandes cerealeras y exportadoras multinacionales".
El exministro consideró que el accionar del gobierno es "muy contradictorio", y criticó: "Lo más contradictorio es que el Gobierno no explica, como ya ha pasado en otras oportunidades, esta idea, como si expropiar fuese gratis".
Cómo incide el caso Vicentin en la deuda argentina
En línea con esto, dijo que es paradójico que esto suceda en un momento en el que se está negociando la deuda con los acreedores externos. "Les estás diciendo que no tenés un peso y que no podés ofrecer más de lo que ofreciste y, de golpe, incrementás tu deuda en 1.500 millones de dólares". Más adelante, señaló: "No está establecido que el único que pueda salvar una empresa sea el Estado nacional que, además, tiene su propio problema de deuda" y dijo que se trata de un "capricho" del Gobierno.
Sobre la deuda, lanzó: "Por supuesto, [la postura que se tomó con Vicentin] hace más dificultosa la negociación que, dicho sea de paso, ya debía haberse resuelto hace tiempo. Da la impresión de que el Gobierno, así como entró en una zona de confort con la cuarentena, pareciera ser que entró en una zona de confort también en esta situación donde se negocia, pero no se llega a un acuerdo". Según opinó, "está quedando la sensación de que se podría haber llegado a un acuerdo antes y mucho más favorable para la Argentina del que finalmente se va a lograr".
El exministro cuestionó, entonces, que "esto demuestra que el Gobierno no tiene un programa ni objetivos claros y sí tiene algunos reflejos ideológicos, que trae de muy atrás y que todas las veces que lo llevó a la práctica no funcionaron". Y opinó: "Con la expropiación del YPF era el mismo verso de la soberanía; en este caso, energética. Pero nunca la tuvo porque, durante los años del kirchnerismo, siempre se importó más energía de la que la que se exportó".
"Fue carísimo porque en aquellas sesiones en el Congreso nos explicaban que al Estado no le iba a costar ni una moneda, pero al final terminaron, como suele hacer [Axel] Kicillof, pagando derechito un dólar encima del otro, en bonos fueron más de 6 mil millones de dólares", criticó.
De esta manera, reforzó la idea de que "es un traspié político importante, que muestra la falta de rumbo en la cuestión económica". Además, recordó que Fernández había dicho, "en varias ocasiones, que no iban a expropiar empresas" y que, en una entrevista con Mesa Chica, Santiago Cafiero dijo: "Hay muchas empresas concursadas y no vamos a expropiarlas a todas". "En todo caso, lo que dijo es que van a expropiar más", disparó Prat-Gay.
"Me cuesta pensar que esto sea una excepción porque si fuese una excepción estaría mejor fundamentado", advirtió luego. "Hay límites en el Poder Judicial, como se vio en la manera en que tuvieron que recular con la intervención, y hay límites también en el Poder Legislativo".
Economía en cuarentena y el plan pospandemia
El exministro sostuvo que no hay duda de que fue la cuarentena y no el coronavirus en sí mismo lo que destrozó la economía. "La pandemia por supuesto que había tenido un costo sobre sobre la economía, fundamentalmente por el lado de la demanda, si todos hubiéramos teniendo que elegir por nuestra cuenta qué hacer y qué no hacer", comenzó argumentando, pero retrucó: "Acá alguien eligió por nosotros, eligió que se queden todos en su casa y que no produzcan. Entonces, no hay ninguna duda de que la destrucción de la economía es mucho más por parte de la cuarentena que por parte del bichito, del virus".
De esta manera, habló de la problemática generada por la pérdida de puestos de trabajo desde que se instalaron las medidas de aislamiento. "En marzo, durante los 13 días de la cuarentena, la caída del empleo fue el doble que la de todo el 2019, y todo indica que abril fue peor", proyectó.
En línea con esto, dijo que "la cuarentena como herramienta de contención del virus es medieval". "Hay otras maneras de cuidar la salud sin destrozar la economía, esto creo que no se exploró y me parece que se apresuraron a tomar algunas decisiones. El Gobierno está muy cómodo en un lugar donde no le tienen que dar explicaciones ni rendir cuentas a nadie, pero así no funciona la república". Prat-Gay planteó entonces que el Congreso debería tomar un rol más activo.
Tal como sostuvo, "al elegir el asesor se elige el consejo" y por eso el Presidente se rodea de infectólogos "que le van a decir todo lo que él quiere escuchar en vez de convocar especialistas de otras disciplinas". "El Gobierno se encerró en un lugar donde siempre hace la misma pregunta y siempre recibe la misma respuesta".
Para Prat-Gay ni hay un plan claro de cómo salir del aislamiento ni el Gobierno tiene un programa para desarrollar la economía pospandemia. "Si lo tiene, no lo mostró", dijo. "No tenerlo resuelto implica incertidumbre, que es el gran lastre que viene arrastrando a la economía argentina durante las últimas décadas. Eso es lo que nos hace cada vez más pobres respecto del mundo".
En relación a este punto, consideró que hasta ahora el ministro de Economía Martín Guzmán "parece ser un ministro de deuda porque no se lo ve involucrado en ninguna de las discusiones que no tengan que ver con la deuda". Ejemplificó diciendo que no participó de la reunión con los directivos de Vicentin, pero "es el que al final escribe el cheque para comprar la empresa".
El vínculo entre el Gobierno y la oposición
Prat-Gay resaltó que tanto en las primeras medidas en torno a la cuarentena como con la deuda, la oposición, liderada por Cambemos, acompañó al Gobierno. "Pero ese es un acompañamiento que no puede durar para siempre y tampoco puede suceder que, cuando algún dirigente político le señala algo, el Presidente salga a descalificar en vez de argumentar. ¿Estamos o no en una república democrática donde todos podemos opinar? Hay mucha gente de la oposición que quisiera poder ayudar, pero no los dejan".
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