Alejandro Tfeli: “Los cinco bancos principales no están pensando en la dolarización”
El economista afirmó que las entidades financieras se están moviendo desde el desarrollo de un negocio transaccional (cobros y pagos) hacia uno en el que ganen protagonismo los créditos; qué preguntan sobre la Argentina los inversores del exterior
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Estudió Economía Empresarial en la Universidad Di Tella (UTDT) y realizó un MBA en Northwestern University (Estados Unidos); comenzó su carrera profesional en Accenture y luego se especializó en el sector financiero, a través del banco brasileño Itaú; desde 2011 trabaja en la consultora BCG, donde ahora es gerente general de la Argentina
Alejandro Tfeli trabaja desde 2011 en BCG, la consultora internacional que asesora a otras empresas para mejorar sus operaciones. En una entrevista con la nacion, el economista especializado en la industria de servicios financieros dijo que en los últimos meses creció el número de consultas de inversores internacionales sobre la Argentina.
–¿Qué interés ven en el exterior sobre la Argentina a partir del cambio de gobierno?
–Estamos viendo algo más de interés en proyectos de inversión o proyectos de crecimiento. Esto se está dando en los últimos tres o cuatro meses. A grandes rasgos, tenemos una práctica bastante fuerte en energía y minería. Hemos tenido bastantes consultas ahí sobre posibles proyectos de inversión en energía, tanto en convencional como en no convencional, y también en minería, con una visión de cambio de contexto y para ver si se le puede dar impulso. En el sector de servicios financieros empezamos a ver un cambio de tendencia por parte de los bancos. La Argentina es un mercado muy transaccional, enfocado a los pagos, los cobros y los flujos de dinero, que no es lo normal. Los bancos en general están mucho más enfocados en el financiamiento, que es lo lógico acerca de cómo tiene que ganar dinero un entidad bancaria. Últimamente empezamos a ver un cambio de tendencia fuerte. Los principales bancos de la plaza empiezan a hablar de cómo estar ágiles y flexibles y con una propuesta de valor buena para lanzar productos de crédito. Ya lo estamos viendo en el mercado con los hipotecarios; hay más de 10 bancos que lanzaron préstamos, pero lo vemos en todas las líneas: en prendarios, tanto para el sector de automóviles para individuos, como para empresas, con créditos de capital de trabajo para ampliación de industria, de plantas, fábricas, logística y demás. Se empieza a ver un cambio de tendencia en el tipo de proyectos.
–Para que haya crédito tiene que haber consumo y ventas y tiene que reactivarse la economía. ¿Los inversores ya se anticiparon a esta situación o van a esperar a que suceda?
–Hoy vemos que se están preparando para lo que viene. En el caso del sector de servicios financieros, la Argentina tiene un mercado de créditos de solo 6% del PBI. En algún momento de los últimos cuatro años era de 18% del producto bruto, y en países como Brasil o Chile están entre 70 y 100% del PBI. El espacio de crecimiento es enorme. No es probable que esto vaya a suceder en las próximas semanas, pero se empiezan a preparar, porque si sigue este camino de normalización, de baja de tasas, de inflación a la baja, de foco de los bancos en hacer crédito y financiamiento tanto a individuos como a empresas, vamos a ver ese crecimiento.
–Sin embargo, vimos en los últimos meses dos bancos internacionales que se fueron del país, Itaú y HSBC. ¿A qué se debió?
–Esas salidas fueron una decisión más estratégica de cada grupo. En el caso de HSBC, el banco tomó una decisión global de vender todas sus operaciones, salvo en los mercados core [donde está la actividad principal y la fuente de rentabilidad]. En América Latina ya se habían desprendido de todos sus bancos en los últimos años, menos en la Argentina. La Argentina era un mercado no core para un banco como el HSBC, que tiene mucho foco en Europa y en Asia-Pacífico, y terminó encontrando un socio en Galicia. En el caso de Itaú, es un banco regional que opera en todos los países, como Colombia y Chile, más allá de Brasil que es su casa central, y en la Argentina era un banco subescala. La banca sigue siendo un negocio de escala, con resultados promedio o desafiantes. El Itaú venía buscando la posibilidad también de desinvertir hace tiempo y logró complementarse con el Macro, que tenían negocios bien distintos y eso aportaba una diversificación. Fueron dos casos particulares, que no obedecen a una tendencia generalizada.
–En minería y en petróleo, ¿hay inversiones concretas o se está esperando la quita de los controles de cambio, o la aprobación del régimen de incentivos para grandes inversiones (RIGI)?
–Hasta ahora, lo que hemos escuchado son más consultas de proyectos de inversión que la inversión concreta. Me imagino que deben estar esperando las leyes, la normalización de la inflación y del tipo de cambio. Pero veo con buenos ojos los proyectos en un período de tres o cuatro meses, por el nivel de consultas que hemos recibido de empresas globales de primer nivel, que aumentó de manera importante.
–¿Cuál es la pregunta que más les hacen sobre la Argentina desde el exterior?
–En servicios financieros nos preguntan cómo imaginamos el escenario del sector en los próximos años. Este negocio argentino bancario que decía de la transaccionalidad, donde lo más importante eran los pagos y los cobros, ya sea con tarjetas, con QR o con lo que fuera, no es un negocio bancario normal. En países como Chile, Colombia y Brasil, el negocio bancario tradicional es agarrar dinero a costos bajos y salir y prestarlo a los individuos o a la empresa pequeña para que arme sus negocios, para que abra nuevas sucursales y para que crezca. Eso no es así en la Argentina. Muchos bancos que ya están presentes y quieren crecer, o algunos bancos que están pensando en ingresar o consolidarse, preguntan cómo se deberían imaginar la Argentina en los próximos cinco años, cómo va a ser la curva de crecimiento del financiamiento, qué nuevas regulaciones van a venir. Los inversores necesitan entender cómo va a ser la cancha para prepararse para jugar. Ese tipo de preguntas recibimos mucho.
–¿Preguntan por una posible dolarización de la economía?
–En la industria de servicios financieros no lo he escuchado tan abiertamente, salvo en algunas discusiones muy tecnológicas, como de los rieles de pagos, de cómo prepararlos para poder realizar las transacciones en multimoneda. Pero hoy, los cinco o seis bancos principales no están pensando en la dolarización, salvo en algunos ámbitos más tecnológicos de pagos.
–¿Hay preocupación por la gobernabilidad? ¿Cómo se ve desde el exterior que en seis meses no se sancionó ninguna ley impulsada por el Gobierno?
–No lo he escuchado en mis charlas de negocio. Pero es muy probable que algunas decisiones de inversión en el país estén a la expectativa de que salgan las leyes, porque había algunos elementos de los proyectos que desde el punto de vista de los negocios también eran atractivos, en términos laborales e impositivos. Es muy probable que genere expectativa ver cómo avanzan en estos días.
–¿Y el cepo cambiario?
–No lo he escuchado abiertamente en la mayoría de mis charlas, pero algunas empresas que son de capitales internacionales atan el cepo con la posibilidad de enviar dividendos, que es algo que cualquier empresa, obviamente, en algún momento espera poder hacer.
–¿Hay algún otro sector que tenga interés en la Argentina, además de servicios financieros, energía y minería?
–Para nosotros esos son los más importantes. Después, las áreas de servicios del conocimiento, las empresas de software, siguen creciendo e invirtiendo.
–¿Por qué dice que se reactivó el interés por el país? ¿Cómo era antes?
–No recuerdo que haya habido tantas grandes transacciones de inversiones extranjeras en los últimos años, que es lo que demuestra realmente el interés. Por ejemplo, en servicios financieros hubo mucho movimiento, pero en el foco transaccional. Si miramos lo que sucedió en la Argentina en los últimos cinco u ocho años, el avance transaccional de penetrar comercios, vendedores, individuos con las billeteras virtuales y los sistemas de QR. Realmente se ha convertido en un eje latinoamericano. Si se mira el avance transaccional que tiene la Argentina contra América Latina es tremendo en cuanto a lo positivo. Estamos mucho más avanzados que nuestros colegas colombianos, peruanos y chilenos, por ejemplo.
–¿Hay estadística de eso?
–Los pagos electrónicos, que es todo lo que no se hace en efectivo, en la Argentina están arriba del 30% del PBI, mientras que en países como Colombia o Perú están en el 15%. Una segunda métrica es la cantidad de puntos de aceptación, que es como anteriormente era el POS físico [llamado coloquialmente posnet], que hoy es un QR, porque ahí se puede aceptar un cobro electrónico. Si miramos la cantidad de estos puntos por cantidad de habitantes, la Argentina tiene más de cuatro veces de puntos de aceptación que Colombia y Perú, más de dos más que Chile, y está solo empatada con Brasil, que siempre fue el faro en América Latina en los pagos transaccionales. Ese no es el negocio bancario total, que es el de dar financiamiento, pero dentro de lo que se encargó el mercado argentino en los últimos años, creció de una manera tremenda. Creo que tiene que ver con el talento que hay, con el foco en la innovación, con esta cultura de avanzar.
–¿Cuánto tiene que ver la inflación o que tengamos billetes de baja denominación en comparación con lo que suben los precios?
–Obviamente ayuda, porque manejar el efectivo es un dolor de cabeza, pero mi experiencia de la industria es que, más allá de la inflación, este crecimiento de la transaccionalidad y esta innovación tiene que ver con factores estructurales, de jugadores que desarrollaron cosas muy innovadoras y las empujaron.
–¿Qué nuevos cambios cree que vienen en el sector financiero?
–Estamos muy expectantes a ver cómo va a venir la innovación en el mercado de créditos, porque he escuchado charlas de cómo unirse con jugadores digitales no bancarios, pero que están en la frontera. Por ejemplo, en hipotecarios, los bancos están lanzando sus productos, pero es esperable que en un futuro cercano empiecen a hacer alianzas con compañías de real estate que muestran propiedades para embeber los productos en ese tipo de soluciones y hacer un flujo totalmente digital, ya sea para individuos o para empresas, si son propiedades del rubro comercial. Eso está bastante avanzado en muchos países como Estados Unidos, o incluso en regiones, como Europa. Y acá todavía falta.
–¿Cree que puede haber otros bancos internacionales entrando en la Argentina?
–Creo que vamos a ver una tendencia de consolidación en la industria. Lo que vimos hasta ahora no terminó de ninguna manera. Creo que más que ver bancos de afuera que ingresen, vamos a ver los bancos que ya están aquí, sean locales o internacionales, que sigan apostando a la consolidación. Creo que Galicia y Macro van a seguir mirando activos para comprar, pero incluso los internacionales que ya operan acá, como Santander, BBVA o ICBC, pueden estar interesados si aparece algún proyecto relevante.
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