Los secretos del creador de dos unicornios: por qué la inteligencia artificial puede salvar a la Argentina y qué hay detrás de su “Boca-River” con Galperin
Alec Oxenford, fundador de OLX, LetGo y Alpha Capital, abrió a las puertas de su casa-museo a LA NACION y reveló la receta para crear negocios exitosos
Una especie de trompeta gigante asoma desde la entrada de la casa de Alec Oxenford en Pilar. Se trata de Sound Mirror (2016), una obra de arte del artista argentino Eduardo Navarro que Oxenford trajo desde Brasil. Además de esa especie de trompeta, la obra incluye un largo caño de 12 metros que conecta con su habitación y una palmera que tuvo que importar desde la tierra del samba adonde hoy vive. “Esta obra capta los sonidos y los manda por ese tubo hasta mi habitación. Sentado en una silla, en mi cuarto, escucho amplificados los sonidos de la naturaleza”, describe.
Arte, naturaleza y tecnología son las tres pasiones de este emprendedor serial que tiene en su haber la creación de dos unicornios: OLX y LetGo. Es decir, dos empresas que superaron la barrera de los US$ 1000 millones de valuación de mercado.
En un nuevo capítulo de Hacedores que inspiran, el ciclo de entrevistas de LA NACION + EY, Oxenford describe sus futuros pasos, analiza su carrera y relata cómo fue que se terminó la rivalidad con Marcos Galperin, creador de Mercado Libre, a quien respeta y destaca en la entrevista.
-¿Desde hace cuanto tiempo el arte es protagonista en tu vida?
-Hace 23 años. Me invitaron a una reunión en un edificio que no estaba inaugurado, que era el Malba y me convertí en el primer presidente de la Asociación de Amigos. Ahí mezclé el emprender con el arte. Yo no era coleccionista ni había estudiado arte, así que lo tomé como un mensaje universal. Yo creo en esas cosas, de que todo pasa por algún motivo. La conocí a Inés Katzenstein (Directora fundadora del departamento de arte de la Universidad Di Tella), que después me ayudó muchísimo y se volvió muy amiga. A los pocos años construí esta casa y ahí le dije a Inés, ¿me ayudás a comprar obras? Cuando se acabaron las paredes, decidimos que íbamos a seguir comprando y ahí fui coleccionista.
-Te convertiste en uno de los principales de América latina…
-Hay algunas características de lo que hacemos que son bastante singulares. El foco es artistas vivos. Creo que el arte argentino es una de las tres o cuatro ventajas comparativas que tiene el país frente al resto del mundo. Es un arte de enorme calidad, mucha creatividad y muy diferente.
-Tu vida como emprendedor tiene varias personas que te marcaron y a algunas de ellas las destacaste en tu blog personal como tu abuela Kitty que te cuidó cuando eras chico y tenías asma y siempre estaba lista para darte su medicamento.
-Ella fue súper y muy importante en mi vida. Una persona no particularmente fácil y con muchísima personalidad, pero conmigo siempre estuvo. Es decir, fue muy cariñosa y muy cuidadora. El asma es bastante desagradable cuando sos chico porque tenés sensación de muerte bastante seguido.
-¿Eras vulnerable?
-Sí, muy. Y ella estaba, me acompañaba. Teníamos charlas siempre. Unos valores que no son muy comunes hoy, de cuidar a la familia, la generala, si era muy especial.
-La resiliencia aparece como otra de las claves que destacabas en tu blog de hace más de 20 años. Allí decías que como emprendedor 14 veces te dijeron que no para luego tener tu primer sí.
-Es sorprendente lo que hace uno cuando la alternativa es la extinción. El instinto de supervivencia que tenemos es fuerte. Y yo sabía en ese momento, que estábamos con DeRemate, que si no levantábamos la ronda de capital y no levantábamos una ronda grande, porque teníamos mucha competencia, 42 competidores había, nos íbamos a morir. O sea, básicamente cerrar y todo el esfuerzo, toda la gente, todos los sueños se iban a terminar. Y por diferentes motivos en ese momento Telefónica y Terra, que era una división de Telefónica, tenían que ser ellos. Entonces yo fui y hablé primero con la gente, me acuerdo, en Sao Paulo, en Río, en Miami, en Nueva York, en Barcelona, en Madrid, otra vez en Buenos Aires, otra vez en Madrid, otra vez en Buenos Aires, en México, por todos lados y hablamos con diferentes personas hasta que al final una, Ramón Ros, nos dijo que sí, pero después de habernos dicho 14 veces no.
-Ese fue un primer gran aprendizaje…
-Nos dijeron que sí, invirtieron 60 millones de dólares en DeRemate.
-En algún momento dijiste que haberlo vendido fue un gran duelo, que lo querías como un hijo.
-Creo que con ningún proyecto aprendí tanto, aprender es lo mismo que decir me equivoqué tanto en positivo, pero bueno creo que también es normal porque era el primero. Viendo el vaso medio lleno terminó súper bien porque de las 42 compañías que existían haciendo lo mismo fuimos la única además de Mercado Libre obviamente, que es el ganador, que se quedó con toda la categoría. Pero fuimos los únicos que tuvimos un éxito, o sea que pudimos vender la compañía.
-De ahí surge la rivalidad o mito con Marcos Galperin o la idea que están peleados…
-No estamos para nada peleados. Es cierto que éramos el Boca-River, o el Coca-Pepsi y además muy jóvenes y apasionados. Los dos fuimos al San Andrés. Luego uno a Stanford y otro a Harvard. Pero eso es de hace mucho. Hoy tengo una anécdota divertida, un proyecto en San Pablo donde se expondrá mi colección de arte y MercadoLibre será sponsor.
-Después del duelo que fue para vos DeRemate vino la revancha. Tenés en tu haber la creación de dos unicornios…
-Una vez que le vendí a Mercado Libre y Fabrice (Grinda, su socio) había vendido su proyecto en Francia nos encontramos libres y con energía. Dijimos juntémonos y pensemos el próximo capítulo. Éramos amigos, teníamos buena onda. Nos hospedamos en Villa la Angostura para pensar, súper lindo todo pero nos tocó lluvia, todos los días llovía y aprovechamos para pensar un nuevo emprendimiento donde los dos queríamos ser CEO. Pensamos, nos quedamos acá hasta que nos pongamos de acuerdo en qué vamos a hacer. Pasa un día, pasan dos, pasan tres y seguíamos los dos. Hasta que decidimos los dos ser coCEO y dirigir juntos y fue genial.
-OLX, LetGo y la lista sigue…
-Nuestro sueño era conquistar el mundo. Y uno está siempre a los bandazos, entre estoy construyendo el siguiente unicornio o pasado mañana cerramos la cortina. Pero la clave es buscar las oportunidades y disfrutar el camino.
-LetGo surge como la idea de soltar aquello que no usamos y generar un mercado de ello…¿A vos que te cuesta soltar?
-Yo tuve suerte de conocer gente muy, muy piola hasta rivales pero muchos socios y muchos amigos y una de las personas que me influyó mucho es un filósofo japonés que me dijo algo que me quedó muy grabado: la vida es un juego y la mejor manera de tener éxito es entenderlo así. Y en ese juego infinito ganás, perdés, jugás, perdés, pero ganás un día y vas al siguiente nivel. Cada vez que vas pasando nivel vas soltando, ¿entendés? Y vas yendo al próximo. A mí me gusta construir cosas que tengan impacto, pero a un cierto tamaño, cuando se vuelven un poco burocráticas, empiezan a tener muchos niveles de toma de decisiones, reuniones demasiado multitudinarias, me divierten un poco menos. Entonces ahí me empiezo a desenganchar y arranco la próxima. Es un poco lo que pasó con los siete años de DeRemate, diez años de OLX, LetGo seis años y algunos proyectos más cortitos. De todos aprendo también de mis rivales como fue el caso de Marcos.
-¿Qué aprendiste de Marcos?
-Aprendí mucho de Marcos. Perserverancia, consistencia, adaptación, ambición pero de la buena. Muchas cosas de como adaptarse a un contexto cambiante sin perder la esencia original. Si sacás mercados grandes muy cerrados que en el fondo hacen un poco de trampa como China y Rusia es el único caso que se construyó con la escala que tiene y que le gana claramente hoy a un Amazon y un ebay. Mercado Libre es un bicho increíble.
-Ahora estás como cazador de proyectos…
-Sí, buscamos compañías de tecnología early stage, o sea son jóvenes, lo que se dice pre-serie A, muchas veces antes de que entren inversores institucionales, con foco principal en Estados Unidos, un poco más de 70% son americanas, con una constante de fundadores de las compañías que tengan, a nuestro entender, capacidad de escalarlas y convertirlas en algo muy valioso. Muchos focos, somos los tres fundadores, tanto Martín Varsavsky como Matías Nisenson como yo, los tres creamos compañías de cero, las hicimos crecer, las vendimos y generamos valor.
-Eso es parte del camino…Qué le dirías hoy al Alec de 18 años…
-Que me divierta. Yo tardé bastante en registrar que a veces uno tiene más impacto cuando más se divierte. Es imposible dar lo mejor nuestro si no tenemos entusiasmo.
-¿Y al Alec del futuro?
-Que mientras siga vivo continúe haciendo cosas, me imagino que tendrán que ver con tecnología, con emprendedurismo, con arte porque son las categorías que más me empujan hoy. Tengo mucha suerte de tener gente muy buena de la que aprendo y la que me hace feliz en todos los ámbitos. Así que me imagino seguir haciendo cosas con gente que va para adelante.
-¿Cómo hay que prepararse hoy para el futuro?
-Mira, yo creo que lo primero es perder el miedo, Cada vez que uno tiene que cruzar un río, lo primero que tiene que hacer es sacarse el miedo de encima, no te vas a ahogar. Algo que creo que está bueno, porque me parece que el futuro va a tener mucho que ver con inteligencia artificial, con tecnologías que van a darnos muchísima fuerza para desarrollarnos, pero si las resistimos nos pueden anular. Es un poco lo que pasa con la tecnología, o sea, si la usas como una herramienta te ayuda, te potencia, te suma, si la rechazas y te peleas te puede destruir. Creo que la manera positiva de ver esto es, pensemos Alemania en Europa o Corea del Sur en Asia. Los dos países que tienen más robotización, tienen más automatizados todos los procesos y a la misma vez Alemania menor desempleo de Europa, Corea del Sur menor desempleo de Asia. O sea, más tecnología, más robotización, menos desempleo. Todo al revés de lo que nos dicen todos los días. Esos dos sistemas no solamente se adaptaron, se prepararon. Las salieron a buscar, decidieron posicionar los países como líderes en el uso de esa tecnología. Los alemanes más en la fabricación de automóviles y otras cosas, robots, los coreanos en chips, pero buscaron la tecnología y dijeron vamos a utilizar todo el país, la educación, etcétera, para prepararnos para lo nuevo. Y lo hicieron y se despegaron del resto. En la medida en que hagamos eso, el futuro es promisorio y espectacular. La Argentina tiene esa oportunidad.