Alberto Bernal: “No se ve una decisión de la sociedad de jugársela por salir de la crisis”
El economista colombiano, que desde Estados Unidos asesora sobre inversiones en América Latina, señaló que en la Argentina no hay una decisión de la sociedad de hacer lo que se debe hacer para luchar contra la inflación; qué recomienda para decidir dónde poner los ahorros
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Estudió Economía en la Universidad de Nueva Orleans (EE.UU.) e hizo una maestría en el Instituto Internacional de Economía de Kiel (Alemania); trabajó como economista jefe para América Latina de Bear Stearns y fue jefe de investigación en Bulltick Capital Markets; es director de estrategia global de XP Investments, en Nueva York
El economista colombiano Alberto Bernal asesora desde Nueva York a inversores internacionales sobre las oportunidades que ofrecen los bonos y acciones de América Latina. En una entrevista con LA NACION se refirió a cuáles son las mayores dudas que tienen en el exterior acerca de la Argentina.
–En los últimos meses pareciera que hay un mayor interés por instrumentos financieros argentinos. ¿Usted lo ve?
–Desde la pandemia, desde la renegociación de la deuda que hizo [el exministro Martín] Guzmán y hasta la semana pasada, tuve solo dos llamadas con clientes para hablar sobre las oportunidades en la Argentina. Básicamente, el país estaba totalmente inexistente para los inversores. Mucho radio silence. Pero, la semana pasada, un cliente muy importante me pidió una llamada para hablar sobre las perspectivas de la Argentina para 2023. Pareciera que otra vez hay un poco de interés por parte de los inversores extranjeros para explorar las opciones que hay dentro del crédito en este momento.
–¿A qué se debe eso?
–Tiene todo que ver con los acontecimientos políticos y con que, mal que bien, la Argentina creció bastante bien en 2022. Además, en 2015 hubo un rigging change [cambio] cuando asumió Macri, pues lo que subieron los mercados fue impresionante. Le comentaba a este cliente que los bancos, por ejemplo el Galicia, desde que Cristina perdió las PASO en 2013, hasta el punto que llegamos a los precios máximos en la gestión de Macri, en diciembre de 2017, pagó 1200% en dólares.
–¿Cree que puede ocurrir el mismo efecto si gana un candidato opositor de Juntos por el Cambio, dado que al gobierno de Macri no le terminó yendo bien?
–Estoy convencido de que podría pasar, si se corrobora lo que muchas personas en el mercado están esperando: que habrá un cambio hacia la centro derecha. Para estas elecciones, seguramente, el tema más importante será cómo hacer para bajar la inflación. Y cualquier plan de ajuste para bajar la inflación, por definición, implica más responsabilidad fiscal, más responsabilidad monetaria y, muy seguramente, un acercamiento a los mercados. Eso es lo que ven los inversores. Además, los precios son ridículamente bajos. Es un mercado extremadamente barato.
–¿Qué implica eso?
–Con las utilidades que generan las empresas que están en el Merval, el índice bursátil básico de la Argentina, en tres años ya se recupera lo que costó comprar las acciones. En Estados Unidos, hoy es 17 veces. Si alguien invierte en el índice Standard & Poor’s (S&P) 500, se necesitan 17 años para recuperar en utilidades todo lo que invertiste. La Argentina es, por mucho, el mercado más barato de todo América.
–Los países vecinos de la región están pasando por situaciones políticas complicadas, como Brasil o Chile. ¿Eso hace más atractiva a la Argentina?
–No, la Argentina tiene su propia dinámica. Hace más de veinte años, cuando comencé en este negocio, todavía existía el concepto del contagio, que significaba que, si a Brasil le iba mal, entonces a la Argentina le iba mal. Ahora este mundo se ha vuelto muy idiosincrático y cada historia es muy específica. Eso tiene que ver con el hecho de que las personas tienen mucho más acceso a la información. Lo que pasa en Brasil es en Brasil, y lo que pasa en la Argentina es distinto. Hay poco efecto contagio. Brasil también está muy barato, pero no tan barato como la Argentina. Brasil está a 6,7 veces earnings, que es la forma en que se hacen los análisis de los valores relativos. El Nasdaq, a pesar de la caída, todavía está 23 veces, que significa que se necesitan 23 años para recuperar la inversión. Chile está siete veces.
–Pero, tal vez, al ver al resto de los países de la región, la Argentina no está mal de manera aislada. Sin embargo, un inversor extranjero puede asustarse al mirar los niveles de inflación y la brecha cambiaria.
–Hay mucha gente que es experta en la Argentina y le ha ido muy bien. Hay otras historias de terror, de inversionistas internacionales que les fue muy mal, como, por ejemplo, el caso del fondo Templeton. Es un tema muy claro del error que cometió Templeton al haber apostado tanto ahí. Pero hay otras historias de gente a la que le ha ido bastante bien y que ha hecho las cosas con muy buen timing. La Argentina es en gran medida una historia de timing. En finanzas le decimos boom and bust, que es: o todo está volando porque está increíble, o todo está destrozado. Es una historia muy ciclotímica, o todo el mundo está muy positivo, o todos están muy negativos. Y como es un mercado chico, con poca liquidez, cuando entran los inversionistas poderosos, lo mueven mucho.
–¿Qué es lo que más les preocupa a los inversores de la Argentina?
–La volatilidad política y la percepción que tienen algunos de que no hay una capacidad de la población de defender políticas de ajuste. Es una cosa que me dicen muchos inversionistas: “En Brasil usted puede ajustar; en Chile, puede ajustar; en Colombia, lo mismo, pero en la Argentina no puede ajustar”. Esto es algo que le preocupa mucho al inversionista, que no hay una decisión tomada del votante de decir que hay que arreglar el problema de la inflación y que, para ello, hay que gastar menos, subir las tasas de interés y hacer las cosas bien. No hay una decisión de la sociedad de jugársela por salir de la crisis. Es la percepción de algunos inversionistas.
–¿De quién es la culpa de eso? ¿De los políticos que no saben explicar los beneficios a largo plazo de un ajuste, o de la sociedad que se acostumbró a varios beneficios?
–Yo creo que es una combinación de ambos. Mucha gente también ve con interés todo el fenómeno de Milei, que dice cosas como que, para bajar la inflación, hay que cerrar la mitad del Estado. Tal vez la gente no entiende las consecuencias de eso, pero, por lo menos, hay un discurso que va en contra de más subsidio y más gasto, y que habla de un ajuste estructural. Eso es parte de la tesis que llega al margen de que, quizás, en las elecciones de 2023 haya más endoso de la sociedad a un programa de ajuste. Y si hay un programa de ajuste, Wall Street quiere estar invertido en eso, porque un programa así, por definición, será promercado.
–¿Qué sectores de la Argentina generan más interés?
–La agroindustria y las commodities, todo lo que tenga que ver con Vaca Muerta. Está sonando bastante todo lo que tiene que ver con el potencial del litio. Veo unas oportunidades muy grandes. Veo mucho interés de los inversionistas internacionales, por ejemplo, en litio, en Chile. Si llega a haber un cambio de régimen en la Argentina y entra un gobierno más pro business, yo creo que es muy probable que haya un interés de inversión mucho más alto en el potencial de litio que tiene la Argentina. Si el mundo se va a salvar, se necesita litio, porque sin litio no hay baterías. Australia, Chile, China y la Argentina son los lugares donde están realmente las reservas de litio. Ahí habrá muchísima inversión. La próxima década, si llegamos a tener una serie de gobiernos pro business en la Argentina, puede haber un renacimiento brutal, desde el punto de vista de la capacidad exportadora, por fuera de lo que sigue siendo extremadamente competitivo para el país, que son los granos.
–Usted decía que el año pasado el PBI de la Argentina creció más de lo que se esperaba, en torno a 5%, ¿cómo le explica a los inversores que la economía tiene ese dinamismo con una inflación de 95% y una brecha cambiaria en torno al 100%? ¿Es todo rebote, o la Argentina se acostumbró a seguir adelante pese a las complicaciones económicas?
–Esto es parte de la buena historia. A pesar de semejante nivel de desacoplamiento económico, porque una inflación de 95% es un desmadre y es muy difícil manejarla, se logró generar este crecimiento. Hay que imaginarse, entonces, cuando se llegue a arreglar un poco el problema de la inflación, lo que se puede crecer. En 2022 hubo crecimiento genuino. En 2021 hubo rebote. Me parece una parte fundamental de la historia positiva.
–Algunos analistas dicen que sigue siendo rebote, porque recién se están alcanzando los niveles de actividad económica de principios de 2018, que es cuando la Argentina entró en la crisis financiera.
–Sí, pero no es un tema de que cayó 10% en la pandemia y subió 5%. En la pandemia la caída fue fortísima y en 2021 llegó el rebote. En 2022 hubo un crecimiento más fuerte, comparado con lo que se esperaba al inicio del año. No es para abrir champagne ni nada parecido, pero a la mayoría de los analistas les tocó subir sus números de expectativas de crecimiento.
–¿Qué se puede esperar para este año a nivel global? ¿Seguirá la suba de tasas de interés internacional?
–Nuestra visión es que 2023 será un año con una disminución bien significativa de la inflación. La Reserva Federal (Fed) tiene expectativas fatalistas sobre la disminución de la inflación, porque está muy cauta y espera que baje solo a 3,5% anual. El mercado, en tanto, espera 1,8% de inflación. Nosotros esperamos 2,4%. La pregunta del millón es quién va a tener razón: ¿la Fed, el mercado o nosotros? Es muy difícil estimar, porque no sabemos qué pasará con la guerra o con el precio del petróleo, por ejemplo. Todo eso afectará. Pero la buena noticia es que la inflación caerá fuerte, si el mercado tiene razón, y yo le creo al mercado. Si la inflación cae, las tasas de interés subirán menos. Y si suben menos, hay oportunidades muy atractivas en mercados emergentes. Esa es la tesis que le estamos dando a nuestros clientes: mire los bonos de Chile, la Argentina, Brasil, Colombia, México, porque van a pagar más que las inversiones tradicionales. En este mundo, la Argentina también recibirá buenas noticias.
–¿Qué recomienda para invertir?
–Recomendamos el Bovespa [la bolsa de San Pablo], definitivamente, porque está muy barato, a seis veces en earnings, y le vemos un upside muy significativo a Brasil, por lo menos un 20% en la bolsa. Es una historia que nos gusta. El S&P tendrá un año muy flat, se van a quedar muy quietos los precios, habrá un electrocardiograma, porque habrá una pelea entre los inversionistas que le creen a la Fed y los que le creen al mercado. Europa, por ejemplo, está más barato que Estados Unidos; entonces, creemos que pagará más que Estados Unidos, que estará en 5%, mientras que Europa puede pagar entre 8 y 10%. La deuda mexicana en pesos nos parece mucho más atractiva que la chilena. También hay oportunidades en el caso de la deuda corporativa colombiana.
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