Al redactar normas, la Fed cierra la cortina
Su actitud respecto a nuevas regulaciones contrasta con su política de transparencia
La Reserva Federal ha operado casi enteramente a puertas cerradas mientras reescribe las reglas que rigen el sistema financiero de Estados Unidos, un marcado contraste con su campaña de transparencia en sus políticas de tasas de interés y programas de préstamos de emergencia.
Aunque muchos no se den cuenta, la Fed ha asumido un papel regulatorio mucho más grande que en cualquier otro momento de la historia. Desde que la reforma financiera Dodd-Frank se convirtiera en ley, en julio de 2010, la Fed ha realizado 47 votaciones sobre regulaciones financieras y tiene otras decenas en carpeta.
De paso, está transformando el sector financiero de EE.UU. al imponer normas para los bancos acerca del capital que deben mantener, qué tipo de operaciones pueden efectuar y qué clase de tarifas pueden cobrar a los minoristas sobre las transacciones con tarjetas de débito.
La Fed está implementando tales cambios —los más radicales desde la Gran Depresión— casi sin reuniones públicas. En lugar de debatir las reglas y votar en público, como se hace en otros organismos con los que la Fed colabora a menudo, el presidente del banco central, Ben Bernanke, y otros cuatro gobernadores regionales han tenido apenas dos reuniones abiertas desde julio de 2010. En 45 de los 47 borradores o medidas regulatorias finales durante ese período, los votos fueron enviados a la secretaria de la entidad.
Los sufragios, a su vez, no se dieron a conocer públicamente hasta la semana pasada, luego de que The Wall Street Journal solicitara la información para este artículo. El 14 de febrero, por primera vez, la Fed publicó en su sitio web los nombres de los gobernadores de la Fed que votaron a puerta cerrada a favor o en contra de cada medida regulatoria de la ley Dodd-Frank desde que ésta fuera promulgada.
La Fed no está violando ninguna ley al no llevar a cabo reuniones abiertas. Sin embargo, se está rompiendo una larga tradición de ventilar los asuntos regulatorios en reuniones abiertas. Críticos demócratas y republicanos —incluyendo legisladores y ex reguladores— dicen que el enfoque de puertas cerradas priva al público de ver cómo se redactan las reglas y hace más difícil que el Congreso y otros supervisen sus decisiones.
"La gente tiene derecho a conocer y escuchar el debate y a escuchar las presentaciones y las razones de esas reglas", señala Sheila Bair, ex presidenta de la Corporación Federal de Seguro de Depósitos de EE.UU. (FDIC, por sus siglas en inglés).
La nueva actitud de la Fed respecto a la redacción de regulaciones financieras es muy diferente a la de los años 80 y 90, cuando se celebraban hasta 31 reuniones públicas al año, según datos de la entidad.
Los gobernadores discutían en público no sólo las regulaciones, sino también asuntos triviales como cuánto gastar en los retratos de los ex presidentes. Estas reuniones empezaron a disminuir a fines de los 90 y se hicieron aún menos frecuentes en la década siguiente.
Hoy en día, raramente tienen lugar. La Fed sostiene que es bastante abierta en cuanto a sus deliberaciones, pero que las reuniones públicas, que suelen seguir un libreto y a veces son superficiales, no siempre agregan valor al proceso.
La demanda cada vez mayor sobre el tiempo de los gobernadores ha hecho más difícil coordinar los horarios para permitir reuniones frecuentes que en las décadas pasadas, añaden.
"Como agente del gobierno, el banco central debe ser responsable en la consecución de sus metas obligatorias, responder a la gente y a sus representantes electos, y ser transparente en sus políticas", señaló Bernanke en un discurso de 2010, sobre su política en materia de decisiones monetarias. Los funcionarios de la Fed afirman que su proceso de redacción de normas ya es transparente. En general, da al público entre 60 y 90 días para comentar las medidas propuestas, más tiempo que en el pasado. Losbancos y otros interesados dicen que tienen frecuentes reuniones a puertas cerradas para expresar sus puntos de vista. Los asistentes a esas reuniones aparecen en el sitio web de la Fed, una práctica adoptada desde la ley Dodd-Frank.
The Wall Street Journal