Al Messi de las finanzas, los inversores le piden goles
El objetivo de corto plazo es mostrar en septiembre un índice de inflación que comience con “2″
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E l Gobierno tiene cinco meses para terminar de hacer el trabajo sucio y llegar al año electoral con una economía a partir de la cual construir un relato proselitista que le permita a la Libertad Avanza ganar posiciones en el Congreso. El objetivo es ser una fuerza con peso propio. El novel partido tiene todo por conquistar. De ahí la obsesión del equipo económico por mostrar que la inflación estará prácticamente domada para entonces. El objetivo de corto plazo es mostrar en septiembre un índice que comience con “2″.
Esto, aunque más no sea apelando a algunas prácticas heterodoxas. En algunos casos, hasta desde oficinas públicas les sugirieron a algunas empresas que anuncien aumentos bien entrado al mes, así no tienen tanto peso en la medición final. Nada que no se haya hecho antes.
Septiembre será un mes clave para el Gobierno. No solo porque se espera para entonces la novena revisión del programa aún vigente con el Fondo Monetario Internacional (FMI) –y que se reanuden con fuerza las negociaciones por un nuevo acuerdo después de las vacaciones de verano en el hemisferio Norte–, sino porque ya el presidente Javier Milei anunció que para entonces rebajará finalmente en 10 puntos el Impuesto PAIS. Economía espera compensar el impacto en la recaudación con el dinero que ingrese de la moratoria y parte del blanqueo. Será todo un desafío.
Este mes, de hecho, quienes siguen de cerca los números macro ya advierten que, pese a que el ministro Luis Caputo anticipó que en agosto volvería el superávit financiero (lo que queda de los ingresos después de cubrir gastos y además pagar los vencimientos de deuda), será muy difícil que esto suceda. La semana pasada, la Argentina debió pagarle al FMI 500 millones de DEG (derechos especiales de giro, la canasta de monedas que usa el organismo), y se quedó con poco margen para poder lograr en agosto, como lo había hecho de enero a junio, tanto superávit fiscal como financiero. Al igual que en julio, deberá contentarse sólo con el primero.
En Cammesa, la empresa que se encarga de intermediar en el mercado eléctrico entre las generadoras y las distribuidoras, se encendieron en los últimos días varias señales de alerta. Por lo pronto, después de meses de haber logrado normalizar las cuentas, algunas grandes distribuidoras que operan en la provincia de Buenos Aires no cumplieron con el pago del 100% de la factura de electricidad. Es el caso de las empresas Desarrolladora Energética S.A. (DESA), dueña de Edelap, de Edea, Eden, Edes y Edesa (que brindan servicio en la provincia de Buenos Aires, menos la última, que opera en Salta), y de varias cooperativas que operan en territorio bonaerense, que desde junio apenas están cubriendo el 70% de lo que les facturó Cammesa. En las empresas esgrimen que el congelamiento de tarifas aplicado por el gobierno de Axel Kicillof les impide cumplir con sus obligaciones. Durante el kirchnerismo y el gobierno de Fernández se había vuelto una práctica habitual que las distribuidoras se financien con Cammesa ante la falta de actualización de las tarifas. La provincia de Buenos Aires evidentemente no ha cambiado las mañas.
El Gobierno no tiene demasiado tiempo para avanzar en la segunda fase de su programa. Ya son muchas las empresas -grandes- que, aun después de la aprobación del Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI) están a la espera de alguna definición sobre el cepo para finalmente desembolsar sus inversiones. Con el historial de la Argentina, si se mantiene el cepo y el Banco Central (BCRA) pierde reservas, por más que exista un régimen cambiario especial para las nuevas inversiones, tiene sentido esperar. Los dólares son los mismos: tanto para las empresas y ahorristas, como para las compañías que participen del RIGI. Y hoy ese stock de dólares no está creciendo. “Todos nuestros clientes están esperando a ver qué pasa”, reconoció un abogado con varios proyectos en marcha, entre ellos, grandes inversiones mineras. A Mauricio Macri los inversores en su momento también le fueron corriendo el arco, y era un dirigente más predecible para los hombres de negocios. Por lo pronto, cumplía en recibirlos. Ya muchas multis abandonaron la titánica tarea de intentar ser recibidas por el Presidente.
Cambio en las reglas de juego
No ayuda tampoco que en las provincias receptoras de muchas de estas inversiones estén buscando ahora cambiar las reglas de juego para sacarle más rédito al momentum. Tal es el caso de Salta, que con la firma del gobernador Gustavo Saéz acaba de enviar a la legislatura provincial un proyecto de ley para subir las regalías de 3% a 5%, tal como en su momento había amenazado con hacer (y todavía no hizo) Santa Cruz durante la votación de la ley Bases. La suba de regalías en el caso de Salta incluye tanto a los proyectos en marcha como a los nuevos; hoy será sometido a consideración de la legislatura. “Para los proyectos grandes, puede no cambiarle tanto la ecuación, pero a los medianos y chicos, los destroza”, advirtió un hombre de la industria. Catamarca, por su parte, no está logrando solucionar todavía el fallo de la Corte Suprema provincial de comienzos de año, que puso en jaque los proyectos de explotación de litio en el Salar del Hombre Muerto.
Nadie sabe con certeza entre la comunidad inversora qué régimen monetario y cambiario piensa aplicar el gobierno de Milei una vez que levante el cepo. ¿Será un tipo de cambio flotante con una competencia de monedas, como quiere el FMI, o será una suerte de convertibilidad (previo salto cambiario)? Nadie puede afirmarlo. Los economistas que mantienen un diálogo frecuente con miembros del equipo económico terminan muchas veces desconcertados. “El Gobierno cree que está jugando al póker, se muestra confiado y nos hace creer que somos todos unos tarados. Lo que no sé es si no mostrando las cartas va a tener mejores resultados”, describió un hombre con años en el circuito.
Tampoco se dan explicaciones con respecto a la vacante en la Secretaría de Política Económica. Tras la salida del economista Joaquin Cottani -que a sus íntimos les confesó que nunca había llegado a formar parte de la cofradía que acompañó desde un comienzo a Luis Caputo en el ministerio-, el gobierno anunció que sería reemplazado por otro nombre igual de prestigio, José Luis Daza. Sin embargo, pasaron desde entonces casi dos meses y no ha habido novedades. ¿Será que Daza finalmente no cubrirá el cargo? Es una versión que suena cada vez con más fuerza, aunque desde Economía tampoco dan precisiones.
El Gobierno mantiene vivas todas sus conversaciones para hacerse de fondos para poder garantizar los pagos de capital que vencen en el primer semestre y además ver si suma lo suficiente para acelerar el levantamiento de los controles cambiarios. Esta semana, Bloomberg confirmó que Santander le había ofrecido US$1000 millones. No sería el único banco negociando hacer algún aporte. También el Gobierno le tocó la puerta a algunas empresas, entre ellas, a un gigante chino. Pero lejos está de haber cerrado algo aún. El contexto internacional, con mercados altamente volátiles tras la decisión del Banco de Japón de subir las tasas de interés de referencia a 0,25%, no ayuda. En definitiva, todavía es mucho lo que resta saber para terminar de entender si el proyecto libertario terminará por funcionar o no.
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