Airbus y el desafío de expandirse cuando el panorama de muchas aerolíneas es incierto
Luego de hacer frente al bajón más pronunciado de la industria aérea en años, Tom Enders, el presidente ejecutivo de Airbus, encara un nuevo desafío: alcanzar un crecimiento sostenible.
Aunque muchas aerolíneas de todo el mundo atraviesan tormentas financieras, la demanda de aviones sigue siendo robusta. Algunas aerolíneas quieren estar preparadas para un repunte incipiente en el tráfico, mientras otras planean recortar costos al reemplazar sus modelos más antiguos por naves más eficientes en el uso de combustible.
Tanto la europea Airbus como la estadounidense Boeing Co. acaban de anunciar planes para impulsar la producción de sus populares aviones de un pasillo y elevar la de modelos más grandes que se han topado con problemas de desarrollo.
Enders, sin embargo, reconoce que la frontera entre aprovechar una buena oportunidad y sobreexpandirse es difusa. Cuando Airbus, una división de European Aeronautic Defence & Space Co. (EADS), empieza a fabricar un avión para una aerolínea, la capacidad del cliente para pagar al momento de entrega, muchos meses después, es incierta.
Cada cambio en la producción, por leve que sea, es una apuesta multimillonaria. "Es fundamental que no caigamos en la codicia", enfatiza Enders.
Un aumento en la producción exprime los recursos gerenciales de por sí ya extendidos, afirman ejecutivos de Airbus. Algunos bancos que financian la producción se preguntan si tiene sentido elevarla en un momento en que las aerolíneas aún tienen problemas financieros después de tres años marcados por alzas en los precios del combustible y una caída en la demanda.
Acelerar la fabricación también podría ejercer presión sobre los proveedores, cuyas finanzas se han visto minadas por retrasos en la producción del superrumbo A380, de Airbus, y el 787 Dreamliner, de Boeing. Los dos proyectos insignias, y otros menos trascendentales, acumulan varios años de retraso.
Enders y Jim McNerney, su par en Boeing, han reconocido que en los últimos años sus empresas pecaron de ambiciosas. Enders, en todo caso, insiste que los planes actuales recogen las lecciones de los problemas recientes. "Es de esperar que hayamos aprendido algo de errores del pasado", indicó.
Al mismo tiempo, Enders no puede perder de vista a Boeing. La semana pasada, Jim Albaugh, presidente ejecutivo de la división de aviones comerciales de Boeing, les dijo a los inversionistas que el fabricante se siente confiado "de poder alcanzar a Airbus en términos de entregas de naves en 2011, y de todas maneras en 2012".
Cuando Enders asumió el timón de Airbus en 2007, la empresa se recuperaba de una serie de cambios gerenciales y costosos problemas relacionados a la producción del A380 de doble cabina. El ex paracaidista alemán de 51 años, que antes fue copresidente ejecutivo de EADS, se abocó a componer las operaciones. Le advirtió al personal de Airbus que aún quedaba un arduo trabajo por hacer para reencaminar al superjumbo.
"Mi equipo me criticó y dijo que era muy pesimista", recuerda. "Ahora tenemos razones para un optimismo cauteloso", manifestó el ejecutivo. Los gerentes de Airbus aseguran que los problemas de producción del avión de pasajeros más grande del mundo se están resolviendo. Aun así, el proyecto arrojará pérdidas durante varios años.
En 2006, Airbus se fijó como meta que el A380 empezara a generar ganancias este año. Ante las pérdidas relacionadas al superjumbo, Airbus promovió la venta de sus modelos más antiguos. Los pedidos abundaban en 2007, pero en vez de apresurarse a satisfacer esa demanda, como Airbus y Boeing acostumbraban a hacer durante períodos de auge, Enders llamó a la prudencia.
Airbus incrementó la producción de manera gradual y el número de pedidos no entregados se disparó a niveles récord, equivalente a más de seis años de producción.
Boeing optó por una estrategia similar. Gracias a su moderación en los años del auge, Airbus y Boeing lograron mantener la producción durante el bajón cíclico de la industria. Es más, el año pasado las entregas de Airbus subieron 3% con respecto a 2008 y alcanzaron un récord de 498. El resultado se atribuyó al seguimiento de un plan establecido antes de la crisis económica.
"En los últimos años pudimos haber acelerado el paso de manera más radical, pero preferimos recibir un exceso de pedidos", señaló Enders. "Fue gracias a eso que el año pasado pudimos incrementar la producción". Ahora, Airbus busca apretar el acelerador y podría beneficiarse de la recuperación en los mercados de financiación para el sector.
Durante la crisis, la financiación privada casi se extinguió de modo que los gobiernos europeos y estadounidense debieron intervenir para avalar los préstamos de las aerolíneas.
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