Ahora, China es como kriptonita para el acero
La sobreproducción del país repercute en los precios mundiales
BEIJING—Un aumento importante en la producción de acero chino y un aluvión de exportaciones está presionando los precios de ese metal en todo el mundo, en lo que constituye el ejemplo más reciente del impacto global de la enorme sobrecapacidad industrial de China.
El incremento demuestra las dificultades que enfrentan los líderes chinos en su intento por reorganizar la segunda economía del mundo para que dependa más del consumo y los servicios y menos de las manufacturas y los grandes proyectos de infraestructura como carreteras y aeropuertos. China fabrica poco menos de la mitad del acero del mundo, pero en los últimos años el gobierno ha tratado de reducir el número de fundiciones que considera cada vez más contaminantes, de poco valor y desactualizadas.
Cifras divulgadas esta semana por el proveedor de datos respaldado por el Estado Custeel mostraron que la producción de acero chino creció 8,4% en abril, frente a igual mes del año previo, a 65,7 millones de toneladas, el segundo mayor nivel de la historia. La producción de acero chino alcanzó su máximo más reciente en marzo con 66,3 millones de toneladas, un aumento interanual de 7,7%.
El alza se produce a pesar de un crecimiento económico menor al previsto en China en el primer trimestre y otros indicadores débiles en los últimos meses.
Las fábricas chinas produjeron un promedio diario de 2,19 millones de toneladas de acero crudo en abril, superando los 2,14 millones de toneladas de marzo y quedando apenas por debajo del récord de 2,20 millones de toneladas registrado en febrero, informó Custeel.
La mayor producción está repercutiendo en el mercado global de acero y resucitando temores de una ola de exportaciones chinas. Las exportaciones netas de acero de China ascendieron a 4,29 millones de toneladas en abril, el nivel más alto desde septiembre de 2008. "Está generando un efecto tsunami sobre la siderurgia global que está presionando los precios en todos lados", sostuvo la analista Michelle Applebaum, desde Chicago. "Presumo que los chinos sólo están esperando que otras regiones entablen demandas comerciales y saben que simplemente tendrán que detenerse en ese momento, porque si Beijing está haciendo algo para controlar el exceso de producción, es invisible".
Los precios globales del acero han caído 3,5% desde febrero a un promedio de US$710 la tonelada, según la consultora MEPS. Aunque China no ha estado enviando mucho más acero directamente a EE.UU., gran parte de este material es destinado a la mayor economía mundial después de pasar por Japón, Corea del Sur, Singapur o Malasia, señaló Applebaum.
El gobierno chino ha intensificado la presión pública sobre las siderúrgicas. El viceprimer ministro Zhang Gaoli indicó en declaraciones publicadas por el gobierno central el miércoles que China no permitirá una mayor expansión de sectores industriales como el acero y el aluminio. "Debemos prohibir estrictamente una nueva expansión de la capacidad del acero, cemento, aluminio, vidrio plano, astilleros y otros sectores, (y) detener la construcción de proyectos ilegales, para promover el desarrollo medioambiental", dijo Zhang durante una visita a una acería.
Las industrias automotriz y de paneles solares también sufren de exceso de capacidad, según estimaciones de los sectores.
Los analistas calculan que el exceso de capacidad anual de Chila asciende a unas 160 millones de toneladas, alrededor de un sexto del tamaño de la industria. La Asociación China de Hierro y Acero reconoció en enero que los esfuerzos por limitar la expansión de capacidad no han surtido efecto y estimó que el exceso de oferta probablemente siga plagando al sector.
Las siderúrgicas chinas sostienen que están siguiendo las directrices del gobierno. La estatal Baosteel Group Corp., por ejemplo, ya no busca "metas de producción, sino que se concentra en un mayor valor e innovación", indicó Meng Haibiao, vocero de la empresa.
El enorme sector siderúrgico del país, que cuenta con poco más de 1.000 fundiciones, es un legado de la era maoísta, cuando China buscaba ser autosuficiente en la provisión de los materiales industriales más importantes. La fragmentada industria, no obstante, ha experimentado frecuentes ciclos de auge y caída.