Afirman que dejar de subsidiar a Cammesa sin una solución de fondo solo profundizaría la crisis
Las distribuidoras se financian no pagando la energía que compran; el atraso de las tarifas es una parte del problema, según expertos del sector
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CÓRDOBA.- Si el ministro de Economía, Sergio Massa, cumple su advertencia de no girar más recursos a la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (Cammesa), en paralelo deben resolverse los problemas de fondo del sistema, porque si no habrá una profundización de la crisis, de acuerdo con expertos en el sector de la electricidad. El mayor inconveniente es la inexistencia de incentivos para que las distribuidoras paguen la energía que compran para llevar a sus clientes.
Para Alejandro Einstoss, economista jefe del Instituto de Energía General Mosconi, si en el actual contexto el Tesoro deja de subsidiar a Cammesa se va a “profundizar el problema, poniendo en riesgo el sistema”.
“Hay que empezar por normalizar el sector y, para hacer eso, hay que tomar medidas antipáticas, como lo es aumentar las tarifas por el valor agregado de distribución (VAD). Eso implica costos políticos; sin resolver ese problema de fondo, se está en el mismo lugar y un poco peor”, afirma a LA NACION.
El dinero que Cammesa no les cobra a las distribuidoras lo pone el Tesoro. Entre enero y junio de este año, la empresa mixta recibió $521.310 millones en subsidios (121% más en la comparación interanual); esa cifra representa el 68% de los fondos ejecutados en esa partida, según datos de la Asociación Argentina de Presupuesto y Administración Pública (ASAP).
Si bien las deudas con la administradora las concentran Edenor y Edesur (juntas representan el 43,3% del total a julio), hay otras 41 distribuidoras que deben más de un mes de transacciones hasta alcanzar los $420.198 millones. Las empresas que sirven al AMBA son las que más atraso tarifario tienen, pero el resto también apela a financiarse con Cammesa.
No pagar la energía que compran es la forma para financiarse que encontraron las distribuidoras del interior (públicas, privadas y cooperativas). En el interior, a diferencia del AMBA, los consumidores vienen afrontando incrementos de tarifas que no tenían los usuarios de Edenor y Edesur, que registraron un alza del 22% en marzo.
Por ejemplo, comparando precios de energía sin impuestos, hace seis meses en Córdoba se pagaba 189% más; en Salta, 133%; Santa Fe, 109%; Río Negro, 90%; Chaco, 50%, y en Tierra del Fuego, 29%. Los datos son de un estudio de la Bolsa de Comercio de Córdoba.
La tarifa final incluye el valor mayorista de la electricidad, que es el mismo en todo el país (la quita de subsidios será, también, igual aunque cambiará el tope de consumo para que opere) y el VAD, que depende de cada distribuidora. Además, están los impuestos y las tasas municipales.
El Ente Nacional Regulador de la Electricidad (ENRE) fija tarifas solo para Edenor y Edesur; en estas semanas analiza un incremento extra del VAD para las dos empresas.
“No hay incentivo a pagarle a Cammesa; aun teniendo VAD. Es un problema de funcionamiento del sistema -insiste Einstoss-. No hay penalidades, y, llegado el momento, sale un plan en cuotas con tasas subsidiadas que licua la deuda a largo plazo”.
Las distribuidoras esperan la reglamentación del decreto que, en febrero, prorrogó hasta el 31 de diciembre el Régimen Especial de Regularización de Obligaciones para las deudas con Cammesa. La moratoria contempla el pago hasta 96 cuotas mensuales, hasta seis meses de gracia y una tasa de interés equivalente de hasta 50% de la vigente en el Mercado Eléctrico Mayorista (MEM). El decreto reemplazó los artículos 140° y 145° del proyecto de presupuesto 2022, que no fue aprobado en el Congreso.
De hecho, pidieron a las autoridades de Cammesa no avanzar con embargos para cobrar la deuda hasta que no salga esa reglamentación. Según documentación de la administradora a la que accedió este diario, del listado de 41 morosos, llegaron a instancia judicial las cooperativas de Zárate, de Villa Gesell, seis de Chubut, Edemsa de Mendoza, CALF de Neuquén, Edersa de Río Negro y la cooperativa de Río Grande, Tierra del Fuego.
El índice de cobrabilidad de Cammesa entre 2015 y la actualidad, según sus propios números, tuvo un pico del 91% en 2019 y en julio pasado alcanzó el 61%. Entre mayo y junio la administradora acumuló una deuda de US$1500 millones con los generadores.
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