Adiós a Pindonga y Cuchuflito. Las marcas líderes vuelven a Precios Cuidados
A menos de tres días de su vencimiento, el Gobierno negocia con la industria y los supermercados la nueva canasta de Precios Cuidados, que en principio se anunciará el lunes. El objetivo oficial es volver al espíritu del programa que creó hace seis años el entonces secretario de Comercio, Augusto Costa, con una canasta más "refinada" (algo más de 300 productos) y una oferta de marcas líderes.
En términos de Cristina Kirchner, la nueva canasta de Precios Cuidados contendrá menos productos "Pindonga y Cuchuflito" y volverá a estar copada por las marcas líderes que habían desaparecida en los últimos años.
Una de las críticas más escuchadas a la canasta de Precios Cuidados en tiempos de Macri fue que la oferta estaba muy concentrada por segundas y terceras marcas que la mayoría de los casos eran fabricadas por grandes compañías de alimentos y bebidas. Ahora, en la nueva etapa, el programa volverá a tener una impronta mucho más "marquista" y fuentes oficiales destacan el regreso de nombres emblemáticos del consumo masivo, como los pañales Pampers, la cerveza Quilmes, el detergente Ayudín, el arroz gallo o el café instantáneo Nescafé.
"Vuelven las primeras marcas. Estamos refinando la lista. No puede ser que haya tres marcas de chimichurri", contaron a LA NACION en el Ministerio de Desarrollo Productivo, donde admitieron que la cantidad de productos puede ser menor que la que existía hasta ahora.
El borrador con el que están trabajando la industria y los supermercados incluye una lista de un poco más de 300 productos frente a los 553 que integraban la última versión del gobierno de Macri.
En la administración actual están avanzando a contrarreloj para llegar con el anuncio para el lunes, aunque no descartan que la fecha se pueda adelantar o retrasar unas horas. "Se está trabajando para cerrarlo cuanto antes. Están reunidos ahora", explicaron.
El punto más álgido de la negociación pasa por la fijación de los precios que en principio estarían vigentes por los próximos tres o cuatro meses. Para determinar el valor de cada producto, en un primer momento, los fabricantes se sientan a negociar con los funcionarios y después entran a tallar los supermercados, convalidando o no los valores alcanzados.
De parte del Gobierno la negociación es liderada por la secretaria de Comercio Interior, Paula Español. El protagonismo de Español no es un dato menor, ya que se trata de una funcionaria que viene del riñón del exministro de Economía y actual gobernador bonaerense, Axel Kicillof. El programa Precios Cuidados fue uno de los caballitos de batalla de la gestión de Kicillof en su paso por el Ministerio de Economía y en el torno del gobernador y de su actual ministro Augusto Costa siempre destacan el alto nivel de aceptación popular que tuvo el plan.
"La idea de los actuales funcionarios siempre fue recuperar el espíritu del viejo programa de Precios Cuidados y que los productos que integren el plan sirvan no solo para ofrecer una canasta de alimentos a un valor razonable, sino que también ayuden a anclar los precios de su categoría. Pero para lograrlo es fundamental que vuelvan las marcas líderes", explicó un empresario que se sienta a negociar con el Gobierno.
Las dos caras
Cuando, en febrero de 2014, la Secretaría de Comercio liderada por Augusto Costa inició las primeras negociaciones para armar la canasta de Precios Cuidados, entre las empresas reinaba el escepticismo. Y las que aceptaban la invitación para sumarse a la iniciativa, lo hacían más por miedo que por convencimiento.
Seis años después el panorama es completamente diferente. Más allá de las dudas que despierta la efectividad de los acuerdos de precios como una política para contener la inflación, en las compañías de alimentos y bebidas son conscientes de que, en tiempos de aumentos desbocados y falta de referencias para saber si un producto es caro o barato, el "cartelito" de Precios Cuidados funciona como el mejor argumento de venta.
Los altos niveles de aceptación popular de los que goza el programa llevaron a las empresas a cambiar sus estrategias comerciales y en muchas compañías descubrieron que sumarse a la canasta oficial representaba la mejor inversión en la imagen de marca que podían hacer.
El indudable éxito desde un punto de vista de marketing, sin embargo, nunca alcanzó a tapar que se trató de un programa que no pudo cumplir su principal objetivo: convertirse en una herramienta eficaz para frenar la inflación.
Desde el debut de los Precios Cuidados en las góndolas, un 6 de enero de 2014, la economía argentina completó seis años con una inflación que, más allá de los cambios de presidente y ministros de Economía, nunca pudo bajar del 25% anual.
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