¿Adiós a Hunter? La histórica compañía escocesa de botas de lluvia se declaró en bancarrota
La empresa atribuyó la caída en ventas al factor climático en su mercado más grande, Estados Unidos, además de la pandemia y el Brexit; Authentic Brands Group compró los derechos para explotar el nombre de la marca
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Tras más un siglo y medio siglo de historia, Hunter -la marca detrás de las célebres botas de lluvia- se declaró en bancarrota. La firma británica hizo responsable a los problemas en cadenas de suministro, la inflación y a los patrones climáticos, ahogada en una deuda que superaba los 140 millones de dólares.
La caída de Hunter comenzó a ser detectada hace meses y, entre los factores, la compañía atribuyó la disminución de la demanda al clima inusualmente cálido en su mercado más grande: Estados Unidos.
Semanas atrás, la firma de origen escocés dispuso el cierre de la única tienda de venta propia que quedaba en el Reino Unido. Ahora, según informó el diario El País, los empleados quedaron a merced de lo que decidan el fondo de inversiones Pall Mall Legacy y el banco americano Wells Fargo, sus principales acreedores junto a la hacienda británica.
¿Qué pasará con la marca? The New York Times informó que el grupo estadounidense Authentic Brands Group (ABG) -experto en rescatar marcas del agujero financiero- compró los derechos para explotar el nombre Hunter. “Nuestro negocio se basa en la premisa de que hay marcas increíbles que significan mucho para las personas que han estado operando con modelos ineficientes o rotos durante años, y Hunter cae en ese campo”, dijo el director de marketing y presidente de Authentic, Nick Woodhouse. “Pero sea cual sea el país en el que se encuentre, Hunter es el primer nombre en el que piensa cuando se trata de la bota Wellington, y eso es muy poderoso. Es intrínsecamente y caprichosamente británico, y creemos que exportarlo en todo el mundo todavía tiene un valor enorme y sin explotar”, reforzó.
Desde la vicepresidenta Cristina Kirchner a it girls como Alexa Chung o hasta la princesa Diana de Gales, las botas de lluvias Hunter lograron imponerse como un clásico alrededor del mundo para usuarias de todo tipo, incluso se volvieron un infaltable para muchos de los asistentes del mítico festival de música Glastonbury, en Inglaterra.
La historia de Hunter
La firma escocesa fue fundada Henry Lee Norris, un empresario estadounidense que aterrizó en Escocia en busca de instalar su empresa de fabricación de botas, 1856. Instalada en Edimburgo, la compañía se bautizó North British Rubber Company (que más tarde se conocería como Hunter Boot Ltd) y comenzó con cuatro empleados. En 1875, el equipo ya había crecido a 600 personas.
Según consta en los registros oficiales de la marca, la producción de las reconocidas botas Wellington aumentó con el estallido de la Primera Guerra Mundial, cuando la Oficina de Guerra británica pidió a la empresa que produjera una bota resistente a las condiciones en las trincheras inundadas. En total se fabricaron más de un millón de pares frente a la demanda del ejército. Después de la Segunda Guerra Mundial, la fabricación de botas escaló tanto que la compañía tuvo que mudarse a una fábrica más grande para hacer frente al aumento de la demanda.
Uno de los modelos más famosos de la marca, la bota de agua Original Green, se convirtió en una insignia de la realeza británica, que le valió una Orden Real de Su Majestad, la Reina Isabel.
La historia de la marca llegó a su récord de ventas en el verano de 2007, y tuvo una destructiva caída en la pandemia del coronavirus.
Ahora, el sitio oficial de Hunter saluda a los usuarios con un escueto mensaje: “Estamos creando una nueva experiencia para usted. ¡Regístrese a continuación para recibir una notificación cuando lancemos!”.
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