Adictos a las series: las habilidades que se pueden aprender en Netflix
"Solo un episodio más -lo prometo- y después me voy a dormir; si no, mañana no me voy a poder levantar para ir al trabajo". A partir de Netflix, la frase puede estar en el pensamiento de cualquiera de los millones de adictos a las series, minutos antes de ser sorprendido por el despertador. En ese fatal momento, la culpa se apodera del fanático... ¡Basta de sentimientos culposos! Además de evitar la vergüenza de no estar al día y de correr el riesgo de ser tratado como un paria, las series ofrecen aprendizajes superiores a muchos programas de capacitación ejecutiva. Las comedias son ideales porque también preparan al vicioso a encarar el día de buen humor. Analicemos el caso de Unbreakable Kimmy Schmidt.
La serie cuenta la historia de cuatro mujeres que fueron secuestradas y mantenidas prisioneras en un búnker subterráneo durante quince años por El Reverendo, el fundador de un culto que profesa la inminencia del Apocalipsis. El día en que las mujeres son liberadas, un asombrado vecino que observa la escena exclama: "¡Están vivas c...! Pero mujeres, son fuertes como el infierno. ¡Irrompibles!" Así deja establecido el tema de la resiliencia que va a atravesar toda la historia de la serie.
La resiliencia es una cualidad -difícil de definir con precisión- que impulsa a personas que han pasado situaciones límite a emerger fortalecidas. Kimmy es un caso extremo de ese carácter.
A continuación algunas de las cualidades de la protagonista de la serie que pueden ser adaptadas al mundo corporativo.
1Proyectarse al futuro: Un periodista les coloca el apodo que las va a acompañar de ahí en más: "Las mujeres topo de Indiana". Como retribución por una entrevista, les dan algo de dinero y un pasaje a su pueblo natal. Kimmy -que tenía 14 años el día de su secuestro y que nunca se había alejado más que unas cuadras de su casa- no lo acepta, decide dejar atrás el pasado y se lanza a la aventura de probar suerte en Manhattan. "Soy una mujer topo, pero quiero superarlo", se dice con determinación.
2 Optimismo: El primer día en su nueva ciudad, consigue un trabajo y una habitación compartida en el sótano de la casa de una hippie detenida en la década del 60 que se resiste a cambiar. Su compañero de cuarto es un genial Titus Adromedon, (actor desocupado, negro, "gay como un pingüino" y "pelado por elección", como se autodefine) que está fundido y que desde hace años espera que algún productor lo llame para tener su oportunidad en televisión o el cine. En menos de 24 horas, Kimmy pierde su trabajo y le roban la mochila con todo su dinero. Lejos de desalentarse, dialoga consigo misma: "¡Segundo día en Nueva York y ya tienes una habitación con puerta y un amigo negro! ¿Me estás cargando? ¡Solo tengo que recuperar mi trabajo!". Como cantan los Monty Phyton al cierre de La vida de Brian, "siempre mira el lado brillante de la vida".
3 Curiosidad y mente abierta: Las ganas de aprender de Kimmy la impulsan a descubrir en lo cotidiano estímulos que para el resto de la sociedad pasan inadvertidos: "Quiero aprender cosas reales, como por qué el cielo es azul o por qué los pistachos son tan deliciosos". Su curiosidad se potencia por su actitud abierta: "¡Todo lo que pensaba está mal!", se sorprende frente a cada nuevo hallazgo.
4Adaptabilidad y confianza: Kimmy sabe que aterrizó en una gran ciudad recién a los 29 años sin ninguna experiencia. Para superar el contraste con su vida anterior, tiene una fórmula infalible: "Si quieres sobrevivir en esta ciudad, solo debes actuar como si pertenecieras". Y lo completa con: "Hay que entender el mundo: es duro, pero así somos nosotros también".
5 Perseverancia: ¿Cuál será la fórmula para que una persona resista 15 años encerrada en un búnker sin enloquecer? Kimmy tiene un método sencillo que resume en las siguientes frases: "Se puede aguantar cualquier cosa por 10 segundos. Entonces empiezas los siguientes 10 segundos... Todo lo que hay que hacer es tomar 10 segundos por vez".
Hay muchas otras cualidades como la alegría ("tengo la alegría de una princesa de cuentos infantiles"); el ayudar a otros ("Me gusta ayudar a las personas. ¡Puedo arreglar todo!"); la autoestima ("No somos basura [como nos decía El Reverendo], ¡somos personas!") y un bombardeo interminable de pistas.
La resiliencia es una capacidad que distingue a algunos del resto. Steve Jobs, Juan Martín Del Potro, J. K. Rowling o Stephen Hawking tienen algo en común: se sobrepusieron a grandes dificultades y terminaron alcanzando el éxito en su ámbito.
Cada uno tiene su propia fórmula, pero el que quiera hacer un curso acelerado, no debe perderse Unbreakable Kimmy Schmidt.
El autor es profesor de la Escuela de Negocios de la UTDT
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