Acuerdo con el Fondo: varios zoom de madrugada y traducciones calientes a contrarreloj
El ministro de Economía, Martín Guzmán y el presidente Alberto Fernández fueron protagonistas del minuto a minuto del fin de la negociación con el FMI; Cristina Kirchner, como con los privados, esta vez no fue parte
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A las 4 de la madrugada, Martín Guzmán seguía aún en el quinto piso del Ministerio de Economía con su MacBook abierta. Nunca, en las últimas jornadas de las intensas negociaciones del tramo final del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) había logrado dejar de día su oficina del Palacio de Hacienda.
Lo mismo –decían en esos pasillos- ocurrirá esta noche, pese a haber sellado el acuerdo. No están aún las versiones definitivas de los documentos que cristalizan a qué se comprometió el país para los próximos años.
Antes de las 22 del miércoles, Guzmán había logrado picar algo recostado con su computadora en su regazo en uno de los sillones de su despacho. Fue un pequeño oasis antes de que las negociaciones volvieran a empantanarse con la traducción de algunos conceptos. “Traduttore traditore”, retrataban con un viejo dicho italiano. A medianoche, el ministro habló con el presidente Alberto Fernández por el tema. No quería dejar cabos sueltos. Le molestaba dejar abiertas algunas interpretaciones, sobre todo, algunas vinculadas a los desembolsos por US$45.000 millones que el Gobierno recibiría del Fondo en cada una de las diez revisiones trimestrales que deberá hacer en el país el staff técnico del organismo.
En tiempo de descuento, el Presidente apoyó al ministro y las discusiones continuaron hasta entrada la madrugada. El ministro estaba acompañado por Sergio Chodos, representante argentino en el FMI y hombre de su extrema confianza, y Rita Tanuz, secretaria Legal y Administrativa del Ministerio de Economía. Los memorándum iban y venían entre Buenos Aires y Washington, las palabras cambiaban, los ruidos aparecían, y se peleaba hasta la última coma, dicen.
“El otro también juega y ellos podían jugar con el tiempo”, contaron fuentes al tanto de la negociación sobre el deadline a fines de este mes con el Club de París y el pago de capital al FMI. “De hecho, en Washington son dos horas menos y no estás negociando con un club de barrio. Estás negociando con el FMI”, ironizaban.
Guzmán mantuvo en la noche contactos con la directora gerente del Fondo, Kristalina Georgieva, como lo había hecho el martes al cerrar los principales tramos del acuerdo, aunque los detalles cotidianos –y finales– siempre se trabajaron con Julie Kozack, subdirectora del Departamento del Hemisferio Occidental del Fondo.
A las 7 de la mañana, el ministro volvió a hablar con el Presidente. Los contactos fueron permanentes, ya que el primer mandatario exigía minutas actualizadas del avance del acuerdo. Lo acompañaba Vilma Ibarra. “No entró esta cláusula. La logramos evitar”, festejó un Chodos de camisa celeste algo desaliñada, ya cerca del mediodía. Caminaba por el quinto piso de Hacienda con su computadora en mano evaluando uno a uno los detalles de los documentos finales.
El aviso a Cristina
A las 13, Guzmán le avisó al Presidente que habían logrado cerrar el acuerdo de la deuda con el organismo internacional. A esa misma hora, el ministro de Economía llamó al presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, que ya estaba con los jefes de bloque. Además, le envió una síntesis del proyecto que entraría en la cámara baja del Congreso. Nadie descarta ni confirma en Economía si Guzmán finalmente habló con Cristina Kirchner para informarla, tal como hizo al cierre de las tratativas con los acreedores privados. Eran otros tiempos para esa relación. En el núcleo de influencia de Cristina Kirchner cuentan que no fue el ministro de Economía el que hizo llegar a la ex presidenta los detalles.
La orden de empezar a comunicar públicamente que el ida y vuelta con el Fondo había concluido llegó a las 14. “Fuentes oficiales seguras: Alberto Fernández y Martín Guzmán cerraron el acuerdo con el FMI”, fue la alerta que comenzó a llegar a los periodistas. Unos minutos después se comenzaba a distribuir el comunicado del Ministerio de Economía y la confirmación del FMI.
Guzmán no celebró. Sólo volvió a recluirse en su oficina a repasar con Tanuz y Chodos todos los aspectos legales del acuerdo cerrado. El Memorándum de Políticas Económicas y Financieras, y el Memorándum de Entendimiento Técnico no fueron girados inmediatamente al Congreso. En el Ministerio de Economía, como se hizo con el proyecto de presupuesto 2022 que no fue aprobado, se creía que esos detalles iban a ingresar –de manera virtual- a la mesa de entrada de Diputados entrada la noche. Pese a eso, ya circulaba entre los diputados la síntesis del proyecto de ley. El original, contaban algunas fuentes con conocimiento del tema, tiene unas 20 páginas.
Hasta hoy no estaba confirmada la presencia de Guzmán en el Congreso el lunes para dar respuesta de lo que el país había acordado a los legisladores. El ministro irá, aunque no se había definido aún el cuándo. Ese será, descuentan, un momento definitorio. Lo acosará la oposición de Juntos por el Cambio, pero también aquellos en el cristinismo más duro que cuestionan el cierre de un acuerdo con el FMI, entre ellos, quienes aún responden a Máximo Kirchner.
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