Acuerdo con el FMI: los seis puntos de conflicto entre Alberto Fernández, Martín Guzmán y Máximo Kirchner
El ala más dura del oficialismo respaldó la decisión del diputado de dejar la presidencia del bloque por no coincidir con los términos que aceptó el ministro de Economía en la negociación
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Poco más de 72 horas después de que el presidente Alberto Fernández anunciara un principio de acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), Máximo Kirchner presentó su renuncia a la jefatura del bloque de Todos dentro de la Cámara de Diputados. A través de una carta, el diputado explicó que la razón por la que decidió dejar de liderar la bancada oficialista fue la negociación con el organismo internacional y el preacuerdo que detalló el ministro de Economía, Martín Guzmán.
La carta de Kirchner -sobre la que todavía no se pronunció la vicepresidenta, que según el Presidente habría estado en desacuerdo con su hijo- evidenció las tensiones internas y los desacuerdos en el oficialismo, y plantea dudas sobre la posibilidad de alcanzar el entendimiento, que debe ser aprobado por el Congreso de la Nación.
El diputado Leopoldo Moreau, uno de los alfiles del kirchnerismo en la Cámara Baja, advirtió que buscarán realizar modificaciones para “aliviar el impacto” que lo firmado por el Gobierno puede generar.
Tanto la carta de Kirchner como las declaraciones de Moreau dejaron de manifiesto las diferencias clave que persisten entre el ala kirchnerista del oficialismo y el ministro Guzmán, de estrecho vínculo con el Presidente:
1. Default
Con respecto al riesgo de no pagar y de no alcanzar un acuerdo, Moreau dijo que “no se estaba discutiendo default sí o no” y que “con el Fondo no hay default, lo que hay es mora”. El diputado dijo en declaraciones a Radio 10 que parte del oficialismo intentará que “algunas cuestiones se remuevan” para evitar una “situación compleja”.
Por su parte, en su carta de renuncia a la jefatura del bloque, Máximo Kirchner sugirió que la entrada al default es una amenaza del FMI: “Como veo que siempre se interesan por los gastos, podrían ahorrar en economistas caros, ya que para hacer lo que hacen sólo basta con gente que sepa apretar prometiendo el infierno si no se hace lo que ellos quieren”.
En cambio, para Guzmán la posibilidad de ir al default “abría la puerta de la angustia”. El ministro dijo en una entrevista en América que no acordar podría haber implicado “una seria crisis de empleo” y un empeoramiento de los problemas de inflación.
Para Gabriel Caamaño, economista de la consultora Ledesma, no alcanzar un acuerdo hubiese tenido consecuencias. “La Argentina no está en una situación de integración al mundo, claramente está fuera del mercado internacional de capitales, tanto en flujo como en acceso al financiamiento. Un atraso con el FMI hubiese sacado el poco crédito que queda, que es el de organismos internacionales y líneas especiales para la prefinanciación de las exportaciones, hubiera implicado también un atraso con el Club de París”, explicó. “En definitiva, convertía a la Argentina en un paria internacional. Era costoso, implicaba profundizar más esa situación de inestabilidad”, agregó.
Claudio Caprarulo, director de la consultora Analytica, opinó que ir a un default no era una opción: “Esa alternativa alejaba cualquier posibilidad de financiamiento externo, más allá del Fondo, para el sector público y las empresas. Sin financiamiento en dólares, con una brecha en 100% e inflación arriba del 50%, el costo de no acordar podía provocar un deterioro muy grande en términos económicos y sociales”.
2. Pagos anteriores
Moreau cuestionó que, en medio de las negociaciones, el titular de la cartera económica haya decidido pagar los vencimientos anteriores con acreedores privados sin tener resoluciones con el Fondo. “Es su responsabilidad, porque vino liquidando las divisas desde el inicio de su gestión innecesariamente en una negociación con el Fondo cuando todavía no había acuerdo”, señaló.
“Si suspendíamos los pagos, no se hubiera llegado con la lengua afuera y casi sin dólares al tramo final de la negociación. Eso es lo que nos ha impuesto el acuerdo, que está lleno de peligros”, advirtió Moreau.
Para el diputado de origen radical, “el final hubiera sido distinto” si el presidente Fernández no le giraba los montos al FMI y llevaba el reclamo a la Corte Internacional de Justicia. “En los últimos años le pagamos al Fondo miles y miles de millones sin acuerdo. Además, pagamos la deuda de las empresas privadas con sus casas matrices. Se nos fue todo el saldo comercial entre el pago al Fondo sin acuerdo y el pago a los acreedores privados”, protestó Moreau.
3. Negociación
Las palabras de Máximo Kirchner en su carta con respecto a las negociaciones fueron contundentes: “Hay que llamar a las cosas por su nombre: no se puede hablar de una dura negociación cuando no lo fue, y mucho menos hablar de ‘beneficios’. La realidad es dura”
“No aspiro a una solución mágica, sólo a una solución racional. Para algunos, señalar y proponer corregir los errores y abusos del FMI que nunca perjudican al organismo y su burocracia, es una irresponsabilidad. Para mí lo irracional e inhumano, es no hacerlo”, sostuvo el diputado. “Al fin y al cabo, el FMI demuestra que lo importante no son las razones, ya que sólo se trata de fuerza. Quizás su nombre debiera ser Fuerza Monetaria Internacional”, agregó.
El viernes, Guzmán había dicho que las negociaciones de “varios meses” habían resultado “durísimas”. “Hubo un trabajo político y técnico muy fuerte, donde en principio las demandas eran tales que si las aceptábamos, socavábamos la senda de la recuperación económica”, había aclarado el funcionario.
El ministro volvió a defender su posición este lunes: “La gente iba a estar peor si no se arreglaba en las condiciones en las que se arregló. Lo que construimos fue una alternativa razonable, el acuerdo es un paso firme que abre un camino que se puede recorrer. Lo que se hizo es todo lo que se pudo hacer y llegamos a un acuerdo que es el mejor que se pudo obtener”, destacó Guzmán.
“Esto es una cuestión de poder. No existe la caridad”, subrayó Guzmán. “Es un proceso político, una negociación internacional sobre deuda. Se expuso a la Argentina a lo más poderoso del mundo, donde hay intereses en juego muy fuertes. Con este acuerdo, vamos a tener financiamiento neto positivo por parte de todos los otros organismos de crédito”, justificó el ministro.
En tanto, Moreau dijo que “la discusión no era si pagar o no pagar”, sino resolver “cómo era la negociación y cómo culminaba“. El legislador reconoció que “se discutió hasta el último minuto” y que “hubo dos miradas diferentes: la del ministro de Economía, que terminó imponiéndose, y la de otros sectores del Frente de Todos”.
“Es una negociación dilatada. La Argentina siempre quiso algo que no estaba en la caja de herramientas del Fondo, quería algo especial, hecho a medida. Guzmán dice que lo consiguió, pero no sabemos si es así”, sostuvo Caamaño. “Si el objetivo era hacer lo menos posible para que el Fondo permita no pagar, probablemente sea el mejor acuerdo. Si el objetivo es estabilizar, no es el mejor”, sugirió el economista.
4. Subsidios
Como parte de lo acordado con el Fondo, Guzmán anunció la semana pasada el escenario fiscal para los próximos años. La reducción del déficit de 2,5% del PBI en 2022 a 0,9% en 2024 es una de las metas que indicó el ministro, que se logrará a través de “una mejor focalización de los recursos del Estado” que “no inhiba la continuidad de una recuperación”.
Según expuso Guzmán, para lograr una reducción gradual del déficit fiscal se deberá trabajar en fortalecer la administración tributaria, atacando la evasión y los problemas de lavado de dinero. Sin embargo, ya fue anunciado un aumento de tarifas, buscando reducir las erogaciones del Estado en materia de subsidios. Al día siguiente del anuncio del preacuerdo, la flamante subdirectora gerente del Fondo, Gita Gopinath, aclaró en redes sociales que “se van a reducir los subsidios energéticos de manera progresiva”.
We agreed that a strategy to reduce energy subsidies in a progressive manner will be important.https://t.co/kTGJncduql
— Gita Gopinath (@GitaGopinath) January 30, 2022
Es probable que a este punto se haya referido Máximo Kirchner en su carta de renuncia, cuando llamó al acuerdo una “imposición” del organismo internacional. “Decido liberar al Presidente para que no se sienta ‘presionado’, como tantas otras veces ha hecho trascender su entorno. ¿Presionar? No. Eso lo hace el Fondo Monetario Internacional”, manifestó el referente camporista.
Moreau también cuestionó los “pedidos” del FMI para quitar subsidios a la energía, subir las tasas de interés y bajar la emisión. “Es un frenazo en la economía enorme”, señaló el diputado cercano a Cristina Kirchner.
Por otra parte, recordó la resistencia de Guzmán a que se extienda el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) para no sobrecargar las arcas fiscales. “Se encaprichó. Se lo dijimos hasta el cansancio. Bajó el gasto y perdimos cinco millones de votos”, sostuvo Moreau, responsabilizándolo en parte por el mal desempeño oficialista en las urnas el año pasado.
“El sendero de reducción del déficit fiscal se puede lograr, es más benevolente que en otros acuerdos recientes del FMI. Igualmente, va a implicar tarde o temprano caída del gasto público”, indicó Caprarulo. “Si el Gobierno logra hacerlo bien, de forma progresiva, o sea que afecte a los que tienen mayores ingresos, el efecto contractivo sobre la actividad económica puede ser bajo. Los subsidios energéticos llegaron a 2,3% del PIB el año pasado. No tiene sentido emitir pesos para financiar el consumo de energía de los sectores con mayor poder adquisitivo”, planteó el economista.
5. Revisiones trimestrales
Tal vez el punto que más despertó reacciones en el oficialismo fue el de las revisiones trimestrales que efectuará el Fondo para ver cómo evolucionan los números y cómo se cumplen las metas fijadas en el entendimiento. Según lo acordado entre el equipo de Guzmán y el organismo que conduce Kristalina Georgieva, habrá un nuevo programa de dos años y medio de duración, durante el cual el Fondo hará revisiones cada tres meses para verificar el cumplimiento de las metas acordadas, además de la refinanciación.
“Sería más que incorrecto aferrarse a la Presidencia del Bloque cuando no se puede acompañar un proyecto de una centralidad tan decisiva en términos del presente y los años que vendrán”, afirmó Kirchner en su carta de dimisión.
“Las revisiones nos ponen a tiro de que el Fondo sea el que decida en qué momento nos empuja a un escenario de cesación de pagos”, planteó Moreau. “Recién hace 15 días Guzmán le avisó al Presidente que este acuerdo no era de facilidades extendidas y ocultó que en realidad era un refinanciamiento de la deuda; hemos vuelto a un Stand By, y eso es lo que ha permitido el tema de las revisiones trimestrales”, se lamentó.
“El Gobierno fue a negociar un acuerdo accesible y cumplible que les permita no tener que pagar y obtener un refinanciamiento. Lo que tuvieron que aceptar a cambio fue eso: revisiones trimestrales. Todo no se puede, el FMI también tiene sus limitantes y eso fue una de las cosas que tuvieron que aceptar”, analizó Caamaño.
En la misma línea opinó Caprarulo, quien dijo que “las revisiones periódicas son normales en los programas que financia el organismo con cualquier país”.
6. Emisión monetaria
Guzmán explicó que uno de los bloques macroeconómicos a trabajar a partir del entendimiento con el FMI estará vinculado a lo monetario y financiero. “Compatible con el esquema fiscal acordado, va a haber una reducción gradual pero decidida de la asistencia monetaria que realiza el Banco Central al Tesoro”, anunció el ministro desde el Palacio de Hacienda.
“En 2021, el financiamiento monetario al tesoro finalizó en alrededor de 3,7 puntos del PBI, una reducción con respecto al 7,3% de financiamiento monetario registrado en el peor momento de la pandemia, en 2020″, expuso. Para 2022, deberá ser del 1% del producto; del 0,6% en 2023; e igual a cero en 2024.
Con respecto a este punto, Moreau reiteró su visión crítica de las exigencias del organismo al Gobierno argentino y volvió a cargar contra el ministro. ”No es cierto lo que dice Guzmán cuando dice que el Fondo reconoció que la inflación es algo multicausal, no reconoció nada, por eso nos exige ir a emisión cero”, declaró.
Según Caamaño, es necesario esperar a ver la letra chica del acuerdo para saber exactamente cómo se va a reducir la asistencia del Banco Central al Tesoro. “La emisión que tenemos hoy es infinanciable, guste o no hay que ajustar”, aseveró.
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