A tres días de las elecciones: interna, desmentidas y rectificaciones en el Gobierno por el precio de los combustibles
La decisión de atrasar las elecciones legislativas un mes trajo un conflicto inesperado para los directivos de YPF, que, aunque a veces pase desapercibido, es una empresa privada que cotiza en la bolsa de Nueva York y tiene que dar explicaciones a sus accionistas.
El CEO Sergio Affronti hizo malabares ayer en una conferencia con inversores para responder la principal consulta: ¿cuánto tiempo más pueden estar los precios de los combustibles congelados, cuando a nivel internacional, la cotización del barril aumentó US$20 desde mayo a la fecha? El ejecutivo terminó haciendo referencia a “futuros aumentos”, sin precisar cuando.
La pregunta incómoda para YPF ocurre a menos de tres días de las elecciones y unas horas antes de que el Indec difunda el dato de inflación de octubre, donde se espera un piso de 3%. Fue Pablo González, el presidente de la petrolera y exgobernador de Santa Cruz, quien se encargó hoy por la mañana de contradecir al CEO al decir que no habrá “ningún aumento de combustible” en la radio AM 750.
“No hay nada definido sobre los aumentos de naftas. No se confirma ningún aumento. No hubo congelamiento de las naftas. Congelamiento hubo con el decreto 566 del año 2019. Tres días después de perder las PASO, [en el gobierno de Mauricio Macri] congelan las naftas con un precio ficticio del dólar y el Brent. Acá eso no sucedió. Nosotros presentamos un plan de inversiones y anunciamos tres aumentos y con mucho esfuerzo lo estamos sosteniendo. Es una presión del mercado”, dijo González.
El presidente de YPF también se refirió a las declaraciones del secretario de Comercio Interior, Roberto Feletti, quien ayer en conferencia de prensa había dado por confirmado el incremento al mencionar que “el aumento de YPF forma parte del programa de pauta tarifaria que ya estaba previsto. Ahora, esta modificación que hace YPF no va a afectar en los acuerdos de precios hasta el 7 de enero”.
“Creo que cuando Roberto Feletti se expresa en relación con esto, está pensando que en diciembre vence una prórroga del impuesto a los combustibles líquidos, algo que impacta directamente sobre el surtidor. La secretaría de Energía de la Nación está trabajando en prorrogar ese vencimiento hasta tanto la ley de Promoción de Actividades Hidrocarburíferas lo resuelva. Si no se saca una prórroga antes de fin de mes, eso va a pasar; pero se está trabajando para que no suceda”, indicó el ejecutivo santacruceño, quien buscará la gobernación en 2023.
Ayer a la mañana, en la conferencia con inversores internacionales por la presentación del balance trimestral, Affronti dijo que, dado que el consenso del mercado es establecer un sendero de precios que se aproxime a los valores internacionales, “estableciéndose en US$70 [el barril] como mínimo, probablemente consideraremos introducir más ajustes en el surtidor en los próximos meses para cerrar esa brecha, y reducir las distorsiones de precios actualmente”.
“Sin embargo, al mismo tiempo, tendremos que considerar la evolución del tipo de cambio y ajustar los precios en pesos de manera manejable y sustentable. Estamos convencidos de que, además de las fluctuaciones y distorsiones de corto plazo, tener los precios locales adecuadamente referenciados a los precios internacionales es la forma de asegurar el desarrollo saludable y sustentable de nuestro sector, habilitando el verdadero potencial de nuestros activos de hidrocarburos de clase mundial”, agregó.
En la misma conferencia, Alejandro Lew, el director de finanzas de YPF, también admitió que “la evolución futura de los márgenes para el segmento downstream, no solo para YPF, sino para la industria en su conjunto, representa uno de los riesgos clave para nuestro sector en el futuro”.
La otra brecha que preocupa
En la Argentina, el barril de petróleo se comercializa a US$60, mientras el Brent, la cotización internacional que se toma de referencia, superó los US$82. Esta distorsión de precios se percibe en los pasos fronterizos, donde los extranjeros cruzan a la Argentina para cargar sus tanques a precios más accesibles (el litro de nafta súper está $95 pesos, cuando en Brasil cuesta $215), como contó LA NACION la semana pasada.
Esta situación no es sostenible en el tiempo, coinciden las refinadoras y las productoras. Además, hay productos premium con bajo azufre que las refinadoras deben importar a valores internacionales y los venden a pérdida por el congelamiento de facto del surtidor local. En algunos casos empieza a haber desabastecimiento, como sucede con las estaciones de servicio blancas (sin marcas), que representan el 10% de las bocas de expendio.
El mercado de combustibles no está regulado, como sucede con las tarifas de gas y electricidad, pero todos los gobiernos lo controlan de manera implícita a través de YPF, que es responsable del 55% de los despachos de nafta y gasoil. Luego le siguen Raízen (opera la marca Shell), con el 18%; Axion, con el 15%, y Trafigura (Puma Energy), con el 5%. En un mercado tan competitivo, ninguna mueve sus precios, si YPF no lo hace primero.
En los primeros cinco meses del año, el sector aplicó aumentos de hasta 29% en los precios en surtidor. Al momento, las refinadoras coinciden en que los precios deberían subir al menos 5%, que es la devaluación que tuvo la moneda desde mayo. Sumado a ese atraso, la industria deberá buscar la forma de trasladar también el aumento de por lo menos 10 dólares que tuvo el precio del barril de crudo (de US$60 a US$70) y el incremento del impuesto a los combustibles, que la Secretaría de Energía decretó para el 1° de diciembre.
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