La salida a bolsa corre el velo sobre los negocios de Glencore
La salida a bolsa de Glencore International AG, que podría tener lugar el jueves, pondrá de relieve una de las sociedades más sigilosas, y lucrativas, del mundo. También pondrá en el tapete la relación rentable, pero cada vez más complicada, entre el operador suizo de materias primas y Xstrata PLC, el gigante de minería en el cual tiene una participación importante.
Se espera que Glencore anuncie pronto, tal vez hoy, su intención de debutar en la bolsa. La operación que podría recaudar más de US$10.000 millones se convertiría en la mayor salida a bolsa en la historia de la Bolsa de Valores de Londres, según fuentes cercanas. La oferta inicial de acciones, que se realizaría un mes después del anuncio, podría tasar a Glencore en hasta US$60.000 millones.
Durante casi una década, la participación de 34% de Glencore en Xstrata ayudó a convertir a ambas compañías en potencias mineras. El respaldo de Glencore permitió a Xstrata expandir su vasta red global de minas, las cuales a su vez han provisto insumos básicos para la lucrativa operación de corretaje de materias primas de Glencore.
El arreglo permitió a los audaces presidentes ejecutivos de las compañías -Ivan Glasenberg, de Glencore, y Mick Davis, de Xstrata- acometer proyectos globales que enriquecieron a ambos ejecutivos y a sus accionistas.
Ahora, no obstante, los intereses de las compañías parecen divergir dejando en entredicho una de las relaciones más rentables del mundo empresarial.
Glasenberg quiere usar la venta de acciones como un paso más en su intento por adquirir Xstrata por completo. Si no puede conseguir la propiedad total de Xstrata, la única alternativa podría ser que Glencore venda su participación en Xstrata, que está valorada en más de US$20.000 millones.
Una combinación de las compañías crearía un gigante con un valor de mercado en torno a los US$130.000 millones, que le pisaría los talones a Rio Tinto, la tercera minera del mundo. Glencore también aumentaría su ya significativa influencia en el comercio global de materiales cruciales que impulsan la maquinaria económica mundial.
Las empresas, operadas por ejecutivos astutos y enérgicos que se conocen desde sus días de estudiantes en Sudáfrica, han sido tan cercanas que llegaron a compartir un presidente de la junta directiva. En los primeros años de su alianza, el respaldo de Glencore brindó a Xstrata los recursos financieros para emprender una oleada de adquisiciones que la transformó de una compañía de US$500 millones en un coloso con un valor de mercado de US$70.000 millones.
La salida a bolsa de Glencore es seguida de cerca por razones que trascienden su relación con Xstrata.
Arrojaría luz sobre una compañía discreta que es, en esencia, una operación de corretaje adosada a un conjunto de activos como minas, refinerías y participaciones en empresas que cotizan en bolsa, como Xstrata y el gigante ruso del aluminio United Co. Rusal.
La información requerida de las empresas que cotizan en bolsa descorrería el velo sobre algunos de los secretos más celosamente guardados de Glencore, en especial la riqueza que ha generado para sus socios. Según un informe anual enviado a sus tenedores de bonos a comienzos de marzo, las participaciones accionarias de "directores y otros miembros de gerencia clave" aumentaron US$938 millones tan solo el año pasado. La cifra equivale aproximadamente a un cuarto del ingreso neto de US$3.800 millones que la empresa generó en 2010.
Glencore fue fundada en 1974 por Marc Rich. El ex operador de materias primas, que fue fugitivo de la Justicia estadounidense y fue perdonado por el presidente Bill Clinton en sus últimos días en el cargo, vendió la empresa a sus lugartenientes en 1994. Glasenberg asumió como presidente ejecutivo ocho años después. Él y sus socios han convertido a Glencore en una de las compañías que no cotizan en bolsa más grandes del mundo, con ventas que el año pasado bordearon los US$145.000 millones.
Los orígenes de Xstrata se remontan a 1926. Glencore compró su participación en un predecesor de Xstrata en 1990, pero la compañía suiza renació en 2001 cuando se juntó el actual equipo de gerencia y rápidamente realizó una salida a bolsa en Londres.
Xstrata firmó simultáneamente un acuerdo de US$2.500 millones para comprar un paquete de activos de carbón que Glencore planeaba sacar a bolsa antes de los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001. Ese negocio se convirtió en la columna vertebral de una compañía que ahora es un gran productor de otras materias primas, como el cobre y el zinc.
La salida a bolsa y el pacto del carbón con Glencore dieron inicio a una ola de adquisiciones de Xstrata que culminó en la compra en 2005 de la canadiense Falconbridge Ltd. por US$18.800 millones.
La brasileña Vale lanzó a finales de 2007 una oferta de US$90.000 millones en efectivo y acciones por Xstrata, un acuerdo que Davis estaba deseoso de aceptar. Fuentes cercanas ofrecen diferentes explicaciones del colapso del negocio, pero al parecer la insistencia de Glencore en comercializar la producción de la compañía combinada complicó las negociaciones.
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