A los docentes y científicos jubilados no les suspenderán, finalmente, la movilidad de sus haberes
Los sistemas de movilidad de los haberes jubilatorios de docentes y científicos no quedarán finalmente suspendidos por los próximos 180 días en caso de aprobarse el proyecto de ley que, a pedido del Poder Ejecutivo, se debate hoy en el Congreso. Y lo mismo podría ocurrir los magistrados y funcionarios del Poder Judicial retirados La excepción a la suspensión también incluye los pagos a los menores de 21 años o personas mayores pero con discapacidad, que tengan a alguno de sus progenitores fallecido por violencia intrafamiliar o de género (es la llamada ley Brisa, que otorga una compensación equivalente al monto de una jubilación mínima).
En el dictamen de mayoría que llegó al recinto de la cámara de diputados, se retiraron del texto del artículo 51 las menciones al decreto 137 del año 2005 y a la ley 22.929. Ese artículo es el que describe cuáles son los sistemas de actualización automática de haberes que quedarían suspendidos. Y las dos normativas mencionadas son las que se refieren al régimen previsional especial para docentes y al de quienes trabajan en tareas científicas de investigación y desarrollo. Ambos grupos tienen sistemas específicos, que garantizan un determinado ingreso en relación a los ingresos activos y la aplicación de un sistema de movilidad. También se quitó de la redacción del artículo la referencia a la ley 27.452, la ley de reparaciones económicas a menores hijos de quienes hayan sido víctimas de violencia.
En el recinto, en tanto, y cuando habían pasado ya unas horas del debate, el oficialismo habría decidido quitar también de ese artículo a los artículos citados de la ley 24.018, referidos a la movilidad de los retiros de magistrados y funcionarios del Poder Judicial.
El capítulo dedicado a las jubilaciones dentro del megaproyecto de ley propone la suspensión por 180 días de la vigencia de la fórmula de movilidad que rige para el sistema previsional general gestionado por la Anses. También, según la iniciativa, quedarían sin aplicarse en el próximo semestre las subas que les corresponden a los retirados de varios regímenes especiales, entre los cuales están los de personal de servicio exterior y guardaparques, y a los excombatientes de Malvinas. A diferencia del caso de docentes y científicos, que finalmente no quedarían afectados por la medida, las normativas correspondientes a esos otros grupos quedaron mencionadas en la parte del dictamen del proyecto referida a la suspensión de la movilidad.
Al quedar sin vigencia los mecanismos de actualización automática, y según especifica el proyecto, el Poder Ejecutivo obtendría facultades especiales para poder disponer incrementos trimestrales por decreto y de manera discrecional. Desde el Gobierno señalan que eso ocurrirá en marzo, en tanto que dicen confiar en que para junio ya habrá una nueva fórmula.
El proyecto hace hincapié en que se atenderá en forma prioritaria, con la proyectada política de discrecionalidad, "a los sectores de más bajos ingresos". El ministro de Trabajo, Claudio Moroni, al hablar ayer en el Congreso, dijo que la intención es reducir la brecha entre bajos y altos haberes. Es decir que, en caso de que se otorguen aumentos para todos los jubilados, recibirán más los que cobran ingresos reducidos y percibirán menos los que tengan haberes medios y altos, aun cuando estén perdiendo poder adquisitivo, que es el escenario más probable dentro de esa dinámica. Un objetivo del Gobierno es disminuir el nivel de incremento del gasto previsional que supone cumplir en 2020 con lo establecido por la ley que se aprobó en 2017.
La política de fragmentación de aumentos de haberes según rangos de ingresos había sido dispuesta ya entre los años 2002 y 2006. En ese entonces, congelar cientos de miles de jubilaciones y pensiones (todas las que no estaban en la mínima) fue una de las claves para que el gobierno de Néstor Kirchner lograra equilibrar las cuentas fiscales. Como consecuencia de esa estrategia, los pasivos comenzaron a ir a la Justicia, donde la Corte Suprema determinó, en la causa del jubilado Adolfo Badaro, que esa decisión había sido inconstitucional, y ordenó aprobar un mecanismo de movilidad que rigiera para la totalidad de los jubilados y pensionados del sistema nacional.
Más allá de las medidas directas sobre los haberes, el megaproyecto contempla también modificaciones en cuanto a las fuentes de financiamiento de las prestaciones de la seguridad social. Por un lado, hay cambios generales al esquema de las contribuciones patronales (se congela, por ejemplo, el monto del salario que está libre de esa carga y que, según lo previsto, debía actualizarse). Por otra parte, según advierte el abogado especializado en temas previsionales Federico Despoulis Netri, se incluyen en el texto cuestiones que llevarían al desfinanciamiento del régimen: el artículo 54, concretamente, faculta al Poder Ejecutivo a establecer incrementos salariales obligatorios para el sector privado y a eximirlos, aunque solo temporalmente, del pago de aportes y contribuciones. También podría tomarse esa decisión respecto de subas salariales otorgadas por negociaciones colectivas. Y, además, se busca disponer la posibilidad de que, por decreto, se disminuyan estos costos para las empresas de determinadas jurisdicciones o de ciertas actividades (el proyecto no aclara cuáles, por lo cual esa decisión quedaría en manos del Presidente).
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