A casi un año de quebrar, Cresta Roja se vendió en US$ 121 millones
La avícola en crisis fue adquirida ayer por Proteinsa, su administradora, que se comprometió además a tomar el personal
El futuro de Cresta Roja, la empresa que el macrismo tomó como símbolo de recuperación económica, comenzó a definirse ayer. La segunda avícola en importancia del país, que llegó a controlar 13% del mercado interno, fue vendida a Proteinsa, el consorcio de empresas que la administra actualmente tras su quiebra en diciembre del año pasado.
La oferta de la compañía compuesta por Ovoprot, Tanacorsa y Grupo Lacau por US$ 121 millones, que contó con financiamiento del banco brasileño BTG Pactual, se impuso a la de su competidora Avícola del Plata y deberá depositar el dinero en los próximos 20 días hábiles. Así lo determinó la jueza Valeria Pérez Casado, quien intervino en la licitación, cuyo precio base fue de US$110 millones y de la que participó la empresa Finanzas & Gestión, especializada en adquisiciones y fusiones
“Es un orgulloso y es el broche de oro que culmina el proceso que iniciamos a principios de año. Estamos muy contentos”, dijo Santiago Perea, gerente general Ovoprot Argentina, a LA NACION.
Las propuestas constaron de tres secciones. La presentación formal que involucraba los requisitos societarios, los planes sobre el futuro de la empresa y la propia oferta económica.
“Fue un River-Boca”, resumieron fuentes que siguieron desde el inicio el desenlace de la compañía. Avícola del Plata, integrada por Tres Arroyos, la avícola más importante del país, y Adeco Agro, perteneciente al grupo inversor de George Soros, presentó una oferta de compra por US$ 80 millones de pago al contado (el dinero que recibe el juzgado), aunque también contemplaba un plan de inversiones por US$ 61.500.000 para rediseñar la estrategia comercial.
“No lo tomamos como una derrota, simplemente la jueza determinó que la oferta de nuestro competidor fue superadora”, indicó Joaquín de Grazia, presidente de Tres Arroyos. Según pudo saber LA NACION, Pérez Casado consideró inadmisible el ofrecimiento ya que no alcanzaba el monto base solicitado. “Se deben haber presentado para quedar bien posicionados en caso de que el otro oferente no presentara nada o tuviera problemas para juntar el dinero”, resumieron fuentes judiciales.
Cresta Roja fue fundada en 1959 por la familia Rasic. La avícola llegó a tener 3700 empleados, pero tras una crisis prolongada por sobredimensionamiento de la empresa, deudas impagas del gobierno kirchnerista por US$ 65 millones de dólares, la falta de competitividad por el dólar bajo, la pérdida del mercado venezolano y errores de los propios dueños, quedaron poco más de 3000.
Desde que Proteinsa se hizo cargo se reincorporaron 1800, y quedan aproximadamente 1200 trabajadores más que harían lo propio en el futuro. “Los vamos a sumar otra vez”, dijo Perea, que espera, tras la adjudicación de la empresa, lograr elevar la exportación del 10% actual, cuyo principal mercado es China, a un 35% para pasar de los 180.000 pollos de faena actual diaria a 400.000 en el segundo semestre de 2017. Se estableció como fecha límite para la incorporación de los empleados el 30 de junio del año próximo.
El mercado avícola es pendular. Si hay algo que lo caracteriza es la velocidad con la que se puede recomponer, pero así también caer. Paradojas del destino: el abuelo de Perea fue dueño de la segunda avícola en importancia del país, que terminó quebrando en 2001 y desapareció. De las nueve plantas industriales, había una de procesamiento de huevos. El juez de entonces convocó a operadores para explotarla hasta que se pudiera vender. Perea se presentó. Así nació Ovoprot. La historia se repite.