Con más de mil desarrollos internos basados en IA y chips propios como Trainium2, Amazon busca abaratar los costos del sector. Mientras tanto, la compañía despliega su estrategia para aplicar inteligencia artificial en salud, comercio, conectividad y entretenimiento.
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En su carta anual a los accionistas, el CEO de Amazon, Andy Jassy, dedicó una porción sustancial a describir cómo la inteligencia artificial se ha convertido en el motor central del presente y futuro de la compañía. “La IA generativa va a reinventar prácticamente cada experiencia de cliente que conocemos”, escribió, subrayando que no se trata de una promesa lejana sino de una transformación que ya está en marcha.
Para Amazon, esta revolución tecnológica representa tanto una oportunidad de innovación como una necesidad estratégica. En 2024, más de mil aplicaciones basadas en IA generativa fueron desarrolladas dentro de la empresa, con el objetivo de mejorar productos y servicios en áreas tan diversas como el comercio electrónico, la atención al cliente, el desarrollo de software, la salud, la publicidad y el entretenimiento.
Uno de los pilares de esta apuesta es Amazon Web Services (AWS), que continúa expandiendo su oferta de herramientas para desarrolladores. “Seguimos creyendo que la IA es una reinvención única en la vida de todo lo que conocemos, la demanda no se parece a nada que hayamos visto antes, y nuestros clientes, accionistas y negocios se verán bien servidos si invertimos agresivamente ahora”, escribió.
Entre los lanzamientos destacados se encuentra Trainium2, un chip personalizado que, según la compañía, ofrece entre un 30% y un 40% mejor rendimiento en precio que las unidades gráficas tradicionales utilizadas en IA. Además, Amazon presentó nuevos modelos fundacionales dentro de su línea Nova y fortaleció las capacidades de sus plataformas SageMaker y Bedrock, claves para construir y escalar modelos generativos.
Detrás de esta expansión hay una inversión considerable en infraestructura. Amazon está destinando miles de millones de dólares a centros de datos y semiconductores especializados, con la expectativa de capitalizar el crecimiento explosivo de la demanda de IA en los próximos años. Aunque esta inversión impacta en el corto plazo, Jassy argumenta que se trata de una jugada de largo aliento, que replicará el modelo de AWS: un servicio intensivo en capital al inicio, pero con retorno sostenido en el tiempo.
El costo de los chips, sin embargo, sigue siendo uno de los principales cuellos de botella para la adopción masiva. Por eso, Amazon también trabaja en técnicas para reducir los costos de inferencia, es decir, las predicciones o respuestas generadas por los modelos ya entrenados. Desde nuevas arquitecturas hasta sistemas de caché inteligente, la compañía apunta a que la IA sea más accesible para empresas de todos los tamaños.
En paralelo, Amazon renovó su apuesta por los asistentes virtuales. Tras años de desarrollo, lanzó Alexa+, una versión mejorada de su asistente de voz, capaz no solo de responder preguntas complejas sino también de ejecutar acciones reales: pedir comida, reservar un taxi, reproducir contenido entre dispositivos o gestionar elementos del hogar inteligente. La compañía asegura que su diferencial frente a otros asistentes es la capacidad de actuar, no solo conversar.
La realidad es que Jassy no es el primer líder de una gran compañía que habla con tanta determinación a sus empleados y accionistas acerca de la inteligencia artificial. Tobi Lütke, el director ejecutivo de Shopify —una plataforma que ofrece servicios de comercio en línea— dijo a sus empleados en un comunicado interno que la compañía no iba a contratar más personas, con la excepción de que se demuestre que la tecnología no puede hacer el trabajo.
Lütke introdujo nuevas pautas que buscan fomentar la innovación para todo el mundo —incluso aquellos en cargos más importantes. Una de ellas es exigirles a los equipos que, antes de solicitar más gente para las tareas laborales, demuestren que bajo ninguna circunstancia la inteligencia artificial podría cumplir con lo que están necesitando. “¿Cómo sería esta área si los agentes autónomos de IA ya formaran parte del equipo?” es la pregunta que ahora los empleados de Shopify deben hacerse.
Además, el director ejecutivo señaló que el uso efectivo de la inteligencia artificial ahora es una expectativa que tiene sobre todos los trabajadores en Shopify. En el comunicado explicó que es una herramienta que solo crecerá en importancia y que es muy difícil resistirse a ella. “Podés probar, pero honestamente no creo que funcione. El estancamiento es casi seguro, y el estancamiento es un fracaso a cámara lenta. Si no estás subiendo, estás resbalando”, reflexionó.
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