El basquetbolista habló sobre la importancia de la transformación digital para mejorar el rendimiento físico de los jugadores y ofrecer experiencias inmersivas a los fanáticos
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¿Hasta qué punto la tecnología puede cambiar el rumbo de la industria del entretenimiento y, específicamente, del deporte? Para el basquetbolista Emanuel Ginóbili, las posibilidades son infinitas. En el marco del evento Converge AI: Disrupt, Delight, Connect, organizado por Globant, el atleta conversó sobre el potencial de estas herramientas para alcanzar un rendimiento físico de mayor calidad y tomar mejores decisiones al momento del juego.
“Empecé a seguir la evolución de las estadísticas y lo importante que se estaban volviendo en el juego. Además, soy un fanático de la tecnología y la ciencia. Entonces, cuando me di cuenta de que mi tiempo en la liga estaba llegando a su fin, comencé a conectarme con emprendedores, fundadores y directores ejecutivos. Me di cuenta de que era algo que quería explorar”, expresó Ginóbili en diálogo con el exjugador de rugby australiano, George Gregan, y Simone Ahuja, fundadora de Blood Orange.
Mientras la información que podía obtenerse del juego a principios de los 2000 -como tiros y rebotes de la pelota- era escasa, hoy los datos son ilimitados, algo que Ginóbili define como “nutritivo” para el deporte. “Estás aprendiendo constantemente porque cada año hay algo nuevo. Diferentes cámaras, diferente detección de movimiento, distancia de saltos, pulsaciones, y participación y análisis de los fanáticos”, detalló. Y añadió: “Es increíble la evolución del deporte en los últimos 20 años”, añadió.
Pero, ¿para qué sirve esa información? Según explicó el deportista, el uso de los datos es fundamental no solo para estudiar al equipo rival y la fuerza de cada jugador, sino también para prevenir lesiones. “Eso es muy importante, porque si los jugadores pierden un mes al año por una lesión, todos perdemos. Los fanáticos, el equipo y el deporte”, indicó.
Además de cámaras y sensores de movimiento dentro del estadio, los datos también se registran a través de las zapatillas de los jugadores, que cuentan con materiales y tecnologías avanzadas. “Cuantos más datos tengamos, mejores decisiones vamos a poder tomar”, sostuvo.
A su vez, dado que para muchas organizaciones deportivas este proceso de cambio e innovación puede resultar difícil, Ginóbili señaló la importancia de la colaboración entre distintas disciplinas, edades y culturas. “Los matemáticos y analistas de datos pueden aportar mucho valor. También un fanático de 22 años que ve las cosas diferente. Cada equipo debe traer personas de diferentes orígenes y países”, dijo.
Por otro lado, el atleta subrayó el rol de los fanáticos y la posibilidad de ofrecer al público experiencias inmersivas. “Durante años no supimos nada sobre quiénes compraban entradas para ver los partidos. Como organización, es importante conocer a tus fans, saber lo que les gusta y, al mismo tiempo, el fanático se siente apreciado”, dijo.
En este sentido, hizo mención a cómo los fanáticos siguen con mayor precisión un partido a través de diferentes dispositivos y sistemas de entretenimiento en los estadios.
“Una vez que sos un atleta, sos un atleta por siempre. Estoy fascinado con la tecnología y dispuesto a dar lo mejor de mí con este nuevo conjunto de reglas. Hay tantas áreas que podemos abordar, y siempre habrá una oportunidad allí”, concluyó.
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