Nuevos billetes: el frenético camino del hornero que muestra por qué la plata no vale “nada”
Se presentará una nueva familia, pero el único cambio será la ilustración; en el último año, la cantidad de “horneros” creció 88,2%; perdieron el 91,46% de su valor en dólares desde que se crearon
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El 64% de los billetes en circulación son de $1.000. Para muchos, se trata de una vuelta al pasado y, en particular, a los años que van entre 2014 y 2016, en los cuales la denominación de $100 representó entre el 90% y 95% de los papeles en circulación. Los datos se desprenden de un análisis realizado por LN Data a partir de información del Banco Central.
En 12 meses -entre el 15 de mayo de 2021 y 2022-, la cantidad de horneros creció 88,2% (de 927,6 millones a 1748,7 millones). La mayor parte de la producción de la “maquinita” del Banco Central se concentró en estos papeles.
El fenómeno inflacionario se nota aún más al analizar los últimos cuatro años. En ese período, los de $1000 pasaron de ser el 4,58% a llevarse casi dos tercios de la base monetaria. Mientras tanto, el Gobierno se prepara para lanzar una nueva familia de billetes -anunciada múltiples veces en la gestión de Alberto Fernández sin concretarse-, para ilustrar próceres y figuras femeninas. Asegura que no sumará nuevas denominaciones, pese a que hubo avances en propuestas para imprimir el de $5000, que fueron vetadas.
El problema crece. En marzo, los bancos entregaron a través de ventanilla y cajeros automáticos $1,5 billones de pesos. Se trata de 1.500 millones de billetes de $1000 o su equivalente: 1,5 piscinas olímpicas de papeles, de acuerdo con la Asociación de Bancos de Argentina (ADEBA). El efectivo de bajas denominaciones, ineficiente para muchos especialistas, complica de tal manera la logística y el comercio que las entidades bancarias comunicaron a sus clientes empresariales, ajustes en los cargos que cobran por ventanilla en depósitos de grandes sumas de efectivo, usando mayoritariamente billetes de baja denominación. La justificación es que, de lo contrario, se dispararían sus costos de transporte.
Las denominaciones vigentes son las de $1000, $500, $200, $100, $50 y $20. Los de dos dígitos se llevan tan solo el 7,5% de la circulación. Un dato curioso es que hay más billetes de $100 que de $200, pese a su mayor poder adquisitivo. El primero constituye el 8,69% de la masa, mientras que el segundo, tan solo el 3,64%.
El billete de $1000 vale lo mismo en dólares que el de segunda menor denominación en su país emisor. A tipo de cambio blue, representa US$4,87. El de $500, US$2,45 y el resto de los papeles en circulación no llegan a equivaler un dólar.
“Los de $1000 son los nuevos $100 de hace 10 años”, expresó Fernando Marull, de FMyA consultores. “El valor de mayor denominación ya no sirve para nada. Se necesita un billete de $10.000 o $100.000″, agregó.
A fines de 2017, cuando se lanzó el hornero, su valor era de US$57. Desde ese entonces, sufrió una pérdida de 91,46%. “Hoy harían falta billetes de $6000 para comprar lo que se compraba con los de $1000 cuando salieron, en diciembre de 2017. Y, si vamos atrás, para tener lo que se compraba con $100 en los 90, se necesitarían $15.500″, expresó María Castiglioni, de C&T Asesores Económicos, en su cuenta de Twitter.
La cantidad total de billetes en circulación aumentó un 10,41% en un año. Incluso, en los últimos dos años, la Argentina debió acudir a la importación para satisfacer las demandas de dinero por haber llegado al tope de producción en la Casa de la Moneda.
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