5 tips para innovar como Disney
Este innovador actuó al mismo tiempo como soñador, realista y crítico; aprendé cómo imitarlo para lograr esas tres personalidades y hacerlas converger en un negocio exitoso
Walt Disney ha sido una de las personas más creativas que han existido, dentro y fuera del mundo del espectáculo. De acuerdo a algunos investigadores de su obra, eso podría haber sido el resultado de una particular forma de funcionamiento de su psiquis.
Según Robert Dilts, un experto en programación neurolinguística (PNL), Disney utilizaba un proceso creativo en el que adoptaba alternativamente tres roles o "personalidades". Dilts las llamó El Soñador, El Realista y el Crítico. Cada una de estas personalidades operaba de manera diferente.
Mientras desarrollaba el papel del Soñador, Disney daba rienda suelta a la libre asociación, el brainstorming y la generación de nuevos conceptos. Pero no era sólo un soñador. Al pasar a la fase Realista, una vez planteado el objetivo de un nuevo proyecto, se volvía un ejecutante escrupuloso de la estrategia de implementación, con una gran capacidad de motivar y liderar equipos. Finalmente, cuando asumía el rol de Crítico, era un implacable observador de su proyecto en marcha, para buscarle defectos y formas de mejorarlo permanentemente.
Usando la estrategia de Disney
Esta característica "tripolar" de Disney (su habilidad para asumir los tres roles), es un activo muy valioso para la innovación en cualquier campo, desde la creación artística hasta la empresarial. Más importante aún, aunque no todos tenemos naturalmente esa disposición a abordar un proyecto con esos tres enfoques, sí podemos utilizarlo concientemente. Entrenarnos para hacer "la gran Disney", por decirlo de algún modo.
Estos cinco tips pueden ayudarlo cuando quiera resolver un problema o desarrollar un proyecto:
- 1. Adopte la personalidad del Soñador al comienzo de un proyecto. Pregúntese: ¿qué quiero lograr? ¿Cuál es el objetivo? ¿Por qué me interesa ese tema o proyecto? Si no tuviera obstáculos ni restricciones, ¿qué me gustaría lograr? Esta es la etapa de pensar sin límites ni juicios.
- 2. Anote en una hoja todas las ideas e intuiciones que haya obtenido en esta etapa.
- 3. Adopte la personalidad del Realista. ¿Qué necesita para hacer realidad lo que se propone? ¿Qué recursos requiere (humanos, monetarios, tecnológicos)? ¿Qué obstáculos espera encontrar? ¿Tiene idea de cómo superarlos?
- 4. Escriba su plan para llevar a cabo el proyecto. No importa que no sea aún un plan muy detallado, escriba los grandes trazos y luego avance hasta el nivel de detalle que pueda.
- 5. Apenas comience la puesta en práctica del plan adopte con alguna frecuencia la personalidad del Crítico. ¿Es esto lo mejor que puedo hacer? ¿Estoy satisfecho? ¿Cómo lo verán mis clientes (o mi audiencia, mis lectores o quien sea que vaya a evaluar el trabajo final)? Siga refinando el plan y mejorando su implementación.
Aunque este esquema parece extraordinariamente simple, uno de los desafíos que plantea es no mezclar los roles o personalidades. Hay que tener cuidado de no introducir el análisis o la crítica cuando estamos proponiendo o explorando ideas nuevas, por ejemplo. El Crítico no debe entrar cuando el Soñador está a cargo. Esa es una receta infalible para bloquearse.
Por otro lado, todos tenemos naturalmente nuestras mayores fortalezas en una o dos de las personalidades y nuestras debilidades en el resto. Las personas naturalmente creativas (como los artistas), suelen ser buenos como Soñadores y cómo Críticos, pero no siempre tan buenos como Realistas. No siempre son buenos implementadores que hacen realidad los sueños.
Aunque uno puede mejorar, hasta cierto punto, sus habilidades en cualquier rol o personalidad, la mejor regla suele ser reconocer dónde están nuestras mayores debilidades y asociarnos u obtener ayuda de personas que nos complementen. En definitiva, no todos somos tan completos como Disney, pero todos podemos usar su método.